38. Venus - Pablo El Veneciano

VENUS

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De “Pinceladas”
de Pablo El Veneciano

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Oh, si sólo pudiera transmitirles la belleza del planeta Venus -la gloria de esa estrella, que también es Mi hogar- pues ella no ha tenido tiempo de oscuridad. Hay soles en su cielo de día y de noche, y la belleza, felicidad y libertad de su gente, quienes rinden todo servicio y exteriorizan todas las formas a través de la Llama dentro de sus corazones. Me hace desear llevarlos allí. Sin embargo, el amor más grande es hacer de esta Tierra tal estrella y enseñarles, a cada uno, volverse hacia esa gloriosa Llama Insustenta (la Llama Triple) y permitirle que forme para ustedes el magnífico sendero sobre el cual sus pies puedan avanzar en sus ocupaciones diarias.

Permitan que esa Llama construya la puerta abierta entre su mente externa y su Ser Crístico en el interior; permitan que forme una capa sobre sus hombros, protegiéndolos del impacto del mundo exterior y de aquellas formas de pensamiento y sentimiento que están buscando anclaje en la conciencia del que tiene mente negativa, el deprimido y el fatigado.

Oh, amados corazones, la estrella de Venus es la estrella donde cada ser, ascendido y no ascendido, es un Maestro del poder de la Llama y esa Llama se vuelve la batería del valiente. Se vuelve el ruego que mueve el cuerpo, se convierte en la bendición que se derrama desde sus corazones y se vuelve la gloriosa voz fluida de la Presencia. Es la luz dentro de sus vidas, la sonrisa en sus labios - todo el ser personal es sostenido dentro de esa Llama y la Llama de todos los seres que forman esa unidad y felicidad en asociación, hace, de Venus, verdaderamente una Estrella de Amor.

Tan pronto como permitan a sus mundos mental y de sentimiento deslizarse fuera de la Presencia de su propia Llama, son propensos a sentir el impacto de otros que neciamente hacen lo mismo, pero si ustedes viven dentro de esa Llama, no experimentarán el impacto de eso que los sacaría de equilibrio. Sosténganse, por lo tanto, dentro del círculo de esa Llama, y esas desagradables experiencias no serán más.

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Ver además: "El planeta Acuaria" de Santo Aeolus

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