Sutra Vimalakirti Nirdesa
Esta traducción del Sutra Vimalakirti Nirdesa fue realizada de la versión inglesa del
Profesor Robert A. F. Thurman.
Por el Upasaka Kumgang del Centro Zen Budista Argentino,
entre el 1 y el 17 de febrero del 2004.
Versión española revisada por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
En junio de 2004
Agradecemos a todos aquellos que han hecho de este espacio de práctica del Zen un
lugar para compartir las enseñanzas de un modo abierto y generoso.
Puedan los méritos derivados de este trabajo contribuir a la liberación del
sufrimiento de todos los seres.
Tabla de Contenido
Sutra Vimalakirti Nirdesa
|
5
|
Comienzo
|
5
|
1. La Purificación del Campo de Buda de los Bodhisattvas
|
11
|
2. Destreza inconcebible en la técnica de Liberación
|
15
|
3. La renuencia de los discípulos para visitar a Vimalakirti
|
18
|
4. La renuencia de los Bodhisattvas
|
28
|
5. La consolidación del inválido
|
35
|
6. La Liberación Inconcebible
|
42
|
7. La Diosa
|
47
|
8. La familia de los Tathagatas
|
55
|
9. La Puerta del Dharma de la No Dualidad
|
64
|
10. La Fiesta traída por la Encarnación Emanada
|
69
|
11. Lección de lo Destructible y lo Indestructible
|
75
|
12. Visión del Universo Abhirati y del Tathagata Aksobhya
|
81
|
Epílogo
|
86
|
Antecedentes y Transmisión del Santo Dharma
|
86
|
Final del Sutra Vimalakirti Nirdesa
|
92
|
Sutra Vimalakirti Nirdesa
Comienzo
Reverencia a todos los Budas, Bodhisattvas, Aryasravakas, y Pratyekabuddhas, del pasado, presente y futuro.
Así he oído:
Una vez el Señor Buda estaba residiendo en el jardín de Amrapali, en la ciudad de Vaisali, acompañado por una gran asamblea de Bhikkhus que eran ocho mil, todos santos. Ellos estaban libres de las impurezas y las aflicciones, y todos habían alcanzado la auto-maestría. Sus mentes estaban completamente liberadas por el conocimiento perfecto. Eran calmos y dignos, como elefantes reales. Habían completado su trabajo, hecho lo que debían hacer, arrojado sus cargas, obtenido sus metas, y destruido totalmente las ataduras de la existencia. Todos ellos habían alcanzado la perfección suprema de cada forma del control de la mente.
De bodhisattvas que eran 32.000, grandes héroes espirituales que eran aclamados universalmente. Ellos estaban dedicados a través de la actividad penetrante de sus grandes súper conocimientos, y eran sostenidos por la gracia del Buda. Guardianes de la ciudad del Dharma, ellos sostenían la verdadera doctrina, y las grandes enseñanzas resonaban como el rugido del león a través de las diez direcciones.
Sin que se les solicitara, ellos eran los benefactores naturales de todos los seres vivos. Ellos mantenían sin ruptura la sucesión de las Tres Joyas, conquistando a los demonios y enemigos y venciendo todas las críticas.
Su plenitud mental, inteligencia, realización, meditación, encantamiento, y elocuencia eran todas perfectas. Habían alcanzado la tolerancia intuitiva de la incomprensibilidad suprema de todas las cosas. Ellos giraban la irreversible rueda del Dharma. Ellos estaban estampados con la insignia de la no marcabilidad. Eran expertos en conocer las facultades espirituales de todos los seres vivos. Eran valientes con la confianza que sobrecoge a todas las asambleas. Habían reunido los grandes cúmulos de mérito y de sabiduría, y sus cuerpos, hermosos sin ornamentos, estaban adornados con todos los signos y marcas auspiciosas.
Ellos eran exaltados en fama y gloria, como la cima elevada del Monte Sumeru. Su luz se convertía en tan dura como el diamante, irrompible en su fe en Buda, Dharma y Sangha; ellos se bañaban en la ambrosía que se desprende de los rayos de luz del Dharma, que brilla en todas partes.
Sus voces eran perfectas en dicción y resonancia, y versátil en el habla de todos los idiomas. Ellos habían penetrado el principio profundo de la relatividad y habían destruido la persistencia de los hábitos mentales instintivos que subyacen en todas las convicciones acerca de finitud e infinitud. Ellos hablaban sin temor, como leones, haciendo sonar el trueno de la enseñanza magnífica. Inigualados, ellos sobrepasaban toda medida. Ellos eran los mejores capitanes del viaje de descubrimiento de los tesoros del Dharma, los almacenes de mérito y virtud. Eran expertos en el camino del Dharma, que es recto, apacible, sutil, suave, difícil de ver, y difícil de comprender. Estaban dotados con la sabiduría que es capaz de comprender los pensamientos de los seres vivos, así como de sus idas y venidas. Han sido consagrados con la virtud de la inigualable gnosis (conocimiento intuitivo) del Buda. Con su gran resolución, se acercaron a los diez poderes, las cuatro no temeridades, y las dieciocho cualidades especiales del Buda.
Habían cruzado el abismo aterrador de las malas migraciones, y asumieron aun voluntariamente la reencarnación en todas las migraciones por el bien de la disciplina de los seres vivos. Grandes Reyes de la medicina del Dharma apropiadamente. Ellos eran minas inagotables de virtudes ilimitadas, y glorificaban innumerables campos de Buda con el esplendor de esas virtudes.
Conferían grandes beneficios al ser vistos, oídos, o aun al aproximarse. Eran uno para enaltecerlos por innumerables cientos de miles de miríadas de eones, ni aun uno extinguiría su poderosa inundación de virtudes.
Estos bodhisattvas eran llamados: Samadarsana, Asamadarsana, Samadhivikurvitaraja, Harmesvara, Dharmaketu, Prabhaketu, Prabhavyuha, Ratnavyuha, Mahavyuha, Pratibhanakuta, Ratnakuta, Ratnapani, Ratnamudrahasta, Nityapralambahasta, Nityotksipthasta, Nityatapta, Nityamuditendriya, Pramodyaraja, Devaraja, Pranidhanapravesaprapta, Prasiddhapratisamvitprapta, Gaganaganja, Ratnolkaparigrhita, Ratnasura, Ratnapriya, Ratnasri, Indrajala, Jaliniprabha, Niralambanadhyana, Prajnakuta, Ratnadatta, Marapramardaka, Vidyuddeva, Vikurvanaraja, Kutanimittasamatikranta, Simhanadanadin, Giryagrapramardiraja, Gandhahastin, Gandhakunjaranaga, Nityodyukta, Aniksiptadhura, Pramati, Sujata, Padmasrigarbha, Padmavyuha, Avalokitesvara, Mahasthamaprapta, Brahmajala, Ratnadandin, Marakarmavijeta, Ksetrasamalamkara, Maniratnacchattra, Suvarnacuda, Manicuda, Maitreya, Manjusrikumarabhuta, y así en adelante, con los restantes treinta y dos mil.
Estaban también reunidos allí diez mil Brahmas, y su Brahma principal, Sikhin, quien había venido desde el universo Ashoka con sus cuatro sectores para ver, venerar, y servir al Buda y para escuchar el Dharma de su propia boca. Había allí doce mil Sakras, de varios universos de cuatro sectores. Y había allí otros dioses poderosos: Brahmas, Sakras, Lokapalas, devas, nagas, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kimnaras, y mahoragas. Finalmente, allí estaba la comunidad cuádrupla, consistente de Bhikkhus, Bhikkhunis, laicos y laicas.
El Señor Buda, así rodeado y venerado por esas multitudes de muchos cientos de miles de seres vivos, erigió un trono majestuoso de león, y comenzó a enseñar el Dharma. Dominando a todas las multitudes, como el Sumeru, el rey de las montañas, asomando por sobre los océanos, el Señor Buda brillaba, irradiaba y relucía mientras se sentaba sobre su magnífico trono de león. Luego de eso, el bodhisattva Licchavi Ratnakara, con quinientos jóvenes Licchavi, cada uno sosteniendo un parasol precioso hecho de siete clases diferentes de joyas, vinieron desde la ciudad de Vaisali y se presentaron en el bosque de Amrapali. Cada uno se aproximó al Buda, se inclinó ante sus pies, lo rodeó en sentido horario siete veces, recostaron su parasol precioso en ofrenda, y se retiraron a un lado. Tan pronto como todos estos preciosos parasoles hubieron yacido, repentinamente, por el poder milagroso del Señor, ellos fueron transformados en un precioso pabellón tan grande que formó una cubierta para esta galaxia entera de billones de mundos. La superficie de la galaxia entera de billones de mundos fue reflejada en el interior del gran pabellón precioso, donde el contenido total de esta galaxia puede ser visto: mansiones ilimitadas de soles, lunas, y cuerpos estelares; los reinos de los devas, nagas, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kimnaras y mahoragas, así como los reinos de los cuatro Maharajas; el rey de las montañas, Monte Sumeru; Monte Himadri, Monte
Mucilinda; Monte Mahamucilinda; Monte Gandhamadana; Monte Ranaparvata; Monte Kalaparvata; Monte Cakravada; Monte Mahacakravada; todos los grandes océanos, ríos, torrentes de bahías, corrientes, arroyos y manantiales; finalmente, todas las villas, suburbios, ciudades, capitales, provincias, e inmensidades. Todo esto podía ser claramente visto por todos.
Y las voces de todos los Budas de las diez direcciones podían ser oída proclamando sus enseñanzas del Dharma en todos los mundos, los sonidos reverberando en el espacio debajo del gran pabellón precioso.
Ante esa visión del milagro magnificente afectado por el poder supernatural del Señor Buda, la totalidad de los invitados estaba en éxtasis, en rapto, asombrados, deleitados, satisfechos y plenos de pasmo y placer. Todos ellos se inclinaron ante el Tathagata, se retiraron a un lado con las palmas juntas, y lo observaron con atención fija. El joven Licchavi Ratnakara se arrodilló con su rodilla derecha sobre el suelo levantando sus manos; las palmas presionadas juntas en saludo al Buda, y lo elogió con el siguiente himno:
Puros son tus ojos, amplios y hermosos, como los pétalos de un loto azul. Puro es tu pensamiento, habiendo descubierto la suprema trascendencia de todos los trances. Inconmensurable es el océano de tus virtudes, la acumulación de tus buenos actos.
Tú afirmas el camino de la paz.
¡Oh, Gran Asceta, obediencia a ti!
Guía, toro de los hombres, nosotros contemplamos la revelación de tu milagro.
Los soberbios y radiantes campos de los Sugatas aparecen ante nosotros,
Y tus extensas enseñanzas espirituales, que llevan a la inmortalidad, se hacen oír a sí mismas a través de todo el alcance del espacio.
Rey del Dharma, tú riges con el Dharma tu supremo reino de Dharma, y por lo tanto confieres los tesoros del Dharma sobre todos los seres vivos.
Experto en el profundo análisis de las cosas, enseñas el significado supremo.
¡Soberano Señor del Dharma, obediencia a ti!
Todas estas cosas surgen dependientemente, de las causas,
Y aun ellas no son existentes ni inexistentes.
Allí no hay ni yo, ni experimentador, ni hacedor,
Ni aun la acción, buena o mala, pierde sus efectos.
Tal es tu enseñanza.
Oh Shakyamuni, conquistando al poderoso huésped Mara,
Encontraste paz, inmortalidad, y la felicidad de esa suprema iluminación,
Que no es realizada por nadie entre los heterodoxos,
Aunque ellos hayan detenido sus procesos de sensación, de pensamiento y mental.
Oh, Maravilloso Rey del Dharma,
Haces girar la rueda del Dharma ante hombres y dioses,
Con su triple revolución, sus múltiples aspectos,
Su pureza de naturalidad, y su extrema paz;
Y de ese modo los Tres Tesoros fueron revelados.
Aquellos que están bien disciplinados por tu Dharma precioso
Son libres de imaginaciones vanas, y siempre profundamente apacibles.
Supremo doctor, pones fin al nacimiento, declinación, enfermedad y muerte.
¡Inconmensurable Océano de virtud, obediencia a ti!
Como el Monte Sumeru, eres inamovible por el honor o el desprecio.
Amas por igual a los seres morales o inmorales.
Equilibrada en la ecuanimidad, tu mente es como el cielo.
¿Quién no honraría semejante joya preciosa de un ser?
Gran Sabio, en todas estas multitudes reunidas aquí,
Quienes ven tu aspecto con corazones sinceros en fe,
Cada ser sostiene al Vencedor, como si estuviera delante de él.
Esta es una cualidad especial del Buda.
Si bien el Señor habla con sólo una voz,
Aquellos presentes perciben esa misma voz diferentemente,
Y cada uno comprende en su propio idioma según sus propias necesidades.
Esta es una cualidad especial del Buda.
Desde el acto del Guía de hablar en una sola voz,
Algunos desarrollan meramente un instinto para las enseñanzas, algunos ganan realización,
Algunos encuentran pacificación de todas sus dudas.
Esta es una cualidad especial del Buda.
¡Obediencia a ti que comandas la fuerza del liderazgo y de los diez poderes!
¡Obediencia a ti que eres denodado, no conociendo temor!
¡Obediencia a ti, guía de todos los seres vivos,
¡Que manifiestas plenamente las cualidades especiales!
¡Obediencia a ti que has cortado la esclavitud de todas las ataduras!
¡Obediencia a ti que, habiendo ido más allá, te paras sobre tierra firme!
¡Obediencia a ti que salvas a los seres sufrientes!
¡Obediencia a ti que no permaneces en las migraciones!
Te asocias con todos los seres vivos frecuentando sus migraciones.
Si bien tu mente está liberada de todas las migraciones.
Así como el loto, nacido del fango, no está manchado,
Así el loto del Buda preserva la realización de la vaciedad.
Tú anulas todos los signos en todas las cosas en todo sitio.
No estás sujeto a ningún deseo de absolutamente nada.
El poder milagroso de los Budas es inconcebible.
Me inclino ante ti, que te yergues en ningún sitio, como el infinito espacio.
Luego el joven Licchavi Ratnakara, habiendo celebrado al Buda con estos versos, se dirigió además a él:
“Señor, estos cinco mil jóvenes Licchavis están verdaderamente en su camino hacia la insuperable, perfecta iluminación, y han preguntado qué es la purificación del campo de Buda de los bodhisattvas. ¡Por favor, Señor, explíqueles la purificación del campo de Buda de los bodhisattvas!”
A su pedido, el Buda dio la aprobación al joven Licchavi Ratnakara: “¡Bien, bien, joven! Tu pregunta al Tathagata acerca de la purificación del campo de Buda es de hecho muy buena. ¡Por consiguiente, joven, escucha bien y recuerda! Te explicaré la purificación del campo de Buda de los bodhisattvas”.
“Muy bien, Señor”, contestó Ratnakara y los quinientos jóvenes Licchavis, y se prepararon para escuchar.
1. La Purificación del Campo de Buda de los Bodhisattvas.
El Buda dijo:
“Nobles hijos, un campo de Buda de bodhisattvas es un campo de seres vivos. ¿Por qué así? Un bodhisattva abraza un campo de Buda hasta la misma extensión en que él causa el desarrollo de los seres vivos. Él abraza un campo de Buda hasta la misma extensión en que los seres vivos se vuelven disciplinados. Él abraza un campo de Buda hasta la misma extensión en que, a través del ingreso en un campo de Buda, los seres vivos son introducidos a la gnosis de Buda. Él abraza un campo de Buda hasta la misma extensión en que, por medio de la entrada en ese campo de Buda, los seres vivos incrementan sus facultades espirituales santas. ¿Por qué así? Noble hijo, un campo de Buda de bodhisattvas florece de los objetivos de los seres vivos.
“Por ejemplo, Ratnakara, uno desearía construir en el espacio vacío, uno podría ir adelante a pesar del hecho de que no es posible construir o adornar nada en el espacio vacío. Exactamente del mismo modo, un bodhisattva desearía, quien conoce perfectamente bien que todas las cosas son como el espacio vacío, desearía construir un campo de Buda en función de desarrollar a todos los seres vivos, él podría seguir adelante, a pesar del hecho de que no es posible construir o adornar un campo de Buda en el espacio vacío.”
“No obstante, Ratnakara, un campo de Buda de bodhisattva es un campo de pensamiento positivo. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos libres de hipocresía y engaño nacerán en un campo de Buda”.
“Noble hijo, un campo de Buda de bodhisattva es un campo de gran resolución. Cuando él obtiene la iluminación, los seres vivos que han cosechado los dos depósitos y han plantado las raíces de virtud nacerán en su campo de Buda.”
“Un campo de Buda de bodhisattva es un campo de aplicación virtuosa. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que viven por todos los principios virtuosos nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es la magnificencia de la concepción del espíritu de iluminación. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que están participando realmente en el Mahayana nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es un campo de generosidad. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que abandonan todas sus posesiones nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es un campo de tolerancia. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos con las trascendencias de tolerancia, disciplina, y el trance superior; por lo tanto, con los treinta y dos signos auspiciosos nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es un campo de meditación. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que están uniformemente equilibrados a través de la plenitud mental y conciencia nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es un campo de sabiduría. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que están destinados a lo supremo nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva consiste en los cuatro inconmensurables. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que viven por amor, compasión, gozo e imparcialidad, nacerán en su campo de Buda.
“Un campo de Buda de bodhisattva consiste en los cuatro medios de unificación. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que están mantenidos juntos por todas las liberaciones nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es la habilidad en las técnicas de liberación. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos hábiles en todas las técnicas y actividades de liberación nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva consiste en las treinta y siete ayudas para la iluminación. Los seres vivos que dedican sus esfuerzos a los cuatro focos de plenitud mental, los cuatro esfuerzos correctos, las cuatro bases del poder mágico, las cinco facultades espirituales, las cinco fuerzas, los siete factores de iluminación, y las ocho ramas del camino santo nacerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es su mente de total dedicación. Cuando él alcanza la iluminación, los ornamentos de todas las virtudes aparecerán en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es la doctrina que erradica las ocho adversidades. Cuando él alcanza la iluminación, las tres malas migraciones cesarán, y no habrá tales cosas como las ocho adversidades en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva consiste en su observancia personal de los preceptos básicos y su restricción en culpar a otros por sus transgresiones. Cuando él alcanza la iluminación, ni siquiera la palabra “crimen” jamás será mencionada en su campo de Buda”.
“Un campo de Buda de bodhisattva es la pureza del camino de las diez virtudes. Cuando él alcanza la iluminación, los seres vivos que están seguros en una larga vida, grandes en salud, castos en conducta, perfeccionados por el habla verdadera, de habla suave, libres de las intrigas divisorias y diestros en reconciliar a las facciones, iluminadores en sus conversaciones, libres de envidia, libres de malicia, y adornados con puntos de vista perfectos nacerán en su campo de Buda”.
“Así, noble hijo, así como es la producción del espíritu de iluminación de los bodhisattvas, así es su pensamiento positivo. Y así como es su pensamiento positivo, así es su aplicación virtuosa.
“Su aplicación virtuosa es equivalente a su resolución elevada, su resolución elevada es equivalente a su determinación, su determinación es equivalente a su práctica, y su práctica es equivalente a su dedicación total, su dedicación total es equivalente a su técnica de liberación, su técnica de liberación es equivalente a su desarrollo de los seres vivos, y su desarrollo de los seres vivos es equivalente a la pureza de su campo de Buda.”
“La pureza de su campo de Buda refleja la pureza de los seres vivos; la pureza de los seres vivos refleja la pureza de su gnosis; la pureza de su gnosis refleja la pureza de su doctrina; la pureza de su doctrina refleja la pureza de su práctica trascendental; y la pureza de su práctica trascendental refleja la pureza de su propia mente”.
En esto, mágicamente influido por el Buda, el Venerable Shariputra tuvo este pensamiento: “Si el campo de Buda es puro sólo hasta la extensión en que la mente del bodhisattva es pura, entonces, cuando Shakyamuni Buda estaba comprometido en la carrera de bodhisattva, su mente debe haber sido impura. ¿De otro modo, cómo podría este campo de Buda parecer ser tan impuro?”
El Buda, conociendo telepáticamente el pensamiento del Venerable Shariputra, le dijo: “¿Qué crees, Shariputra? ¿Es porque el sol y la luna son impuros que los ciegos de nacimiento no los ven?”
Shariputra respondió: “No, Señor. No es así. La falta yace en aquellos ciegos de nacimiento, y no en el sol y la luna”.
El Buda declaró: “Del mismo modo, Shariputra, el hecho de que algunos seres vivos no ostenten la espléndida manifestación de virtudes del campo de Buda del Tathagata es debido a su propia ignorancia. No es la falta del Tathagata. Shariputra, el campo de Buda del Tathagata es puro, pero tú no lo ves”.
Entonces el Brahma Sikhin le dijo al Venerable Shariputra, “Reverendo Shariputra, no digas que el campo de Buda del Tathagata es impuro.
Reverendo Shariputra, el campo de Buda del Tathagata es puro. Yo veo la espléndida expansión del campo de Buda del Señor Shakyamuni como igual al esplendor de, por ejemplo, las residencias de las deidades más altas”.
Entonces el Venerable Shariputra dijo al Brahma Sikhin, “En cuanto a mí, Oh Brahma, yo veo esta gran tierra, con sus altos y sus bajos, sus espinas, sus precipicios, sus picos y sus abismos, como si estuviera llena enteramente con barro”.
El Brama Sikhin contestó: “El hecho de que tú veas tal campo de Buda como si éste fuera tan impuro, reverendo Shariputra, es un signo claro de que hay altos y bajos en tu mente y de que tu pensamiento positivo en consideración a la gnosis de Buda tampoco es puro. Reverendo Shariputra, aquellos cuyas mentes son imparciales hacia todos los seres vivos y cuyos pensamientos positivos hacia la gnosis de Buda son puros, ven a este campo de Buda como perfectamente puro”.
En ese momento el Señor tocó el suelo de este universo galáctico de billones de mundos con su gran dedo gordo, y repentinamente fue transformado en una masa inmensa de joyas preciosas, un arreglo magnificente de varios cientos de miles de racimos de gemas preciosas, hasta que se pareció al universo del Tathagata Ratnavyuha, llamado Anantagunaratnavyuha. Todos en la asamblea completa fueron llenados de maravilla, cada uno percibiéndose a sí mismo sentado en un trono de lotos enjoyados.
Luego, el Buda dijo al venerable Shariputra: “¿Shariputra, ves este esplendor de las virtudes del campo de Buda?”
Shariputra respondió: “¡Lo veo, Señor! ¡Aquí ante mí hay una exhibición de esplendor tal como nunca antes he escuchado o contemplado!”
El Buda dijo: “Shariputra, este campo de Buda está siempre así de puro, pero el Tathagata lo hace aparecer como manchado con varias faltas, para llevar a la madurez de los seres vivos inferiores. Por ejemplo, Shariputra, los dioses del cielo Trayastrimsa todos toman su comida de un solo vaso precioso; sin embargo, el néctar, que nutre a cada uno, difiere de acuerdo a las diferencias de méritos que cada cual ha acumulado. Exactamente así, Shariputra, los seres vivos que nacen en el mismo campo de Buda ven el esplendor de las virtudes de los campos de Buda de acuerdo a su propio grado de pureza.”
Cuando este esplendor de la belleza de las virtudes del campo de Buda brilló más, ochenta y cuatro mil seres concibieron el espíritu de iluminación perfecta insuperable, y los quinientos jóvenes Licchavi que acompañaban al joven Licchavi Ratnakara alcanzaron, todos, la tolerancia de conformidad del supremo no-nacimiento.
Entonces, el Señor retiró su poder milagroso y de una vez el campo de Buda fue restaurado a su apariencia usual. Luego, tanto hombres como dioses que suscribían al vehículo del discípulo pensaron: “¡He aquí! Todas las cosas compuestas son impermanentes”.
De este modo, treinta y dos mil seres vivos purificaron su inmaculado, no distorsionado ojo del Dharma en consideración a todas las cosas. Los ocho mil Bhikkhus fueron liberados de sus engaños mentales, obteniendo el estado de no-aferramiento. Y los ochenta y cuatro mil seres vivos que estaban dedicados a la grandeza del campo de Buda, habiendo comprendido que todas las cosas no son por naturaleza más que creaciones mágicas, todos concibieron en sus propias mentes el espíritu de la insuperable, totalmente perfecta iluminación.
2. Destreza inconcebible en la técnica de Liberación
En ese momento, vivía en la gran ciudad de Vaisali un cierto Licchavi, de nombre Vimalakirti. Habiendo servido a los antiguos Budas, él había generado las raíces de virtud por honrarlos y hacerles ofrendas. Él había obtenido tolerancia así como elocuencia. Él actuaba con el gran súper conocimiento. Él había obtenido el poder de los encantamientos y de la no-temeridad. Había conquistado a todos los demonios y oponentes. Había penetrado el profundo camino del Dharma. Él fue liberado a través de la trascendencia de la sabiduría.
Habiendo integrado su realización con la habilidad en técnica de liberación, era experto en conocer los pensamientos y acciones de los seres vivos. Conociendo la fuerza o debilidad de sus facultades, y siendo dotado con elocuencia sin rival, enseñaba el Dharma apropiadamente a cada uno.
Habiéndose aplicado a sí mismo enérgicamente al Mahayana, lo comprendía y completaba sus tareas con gran finura. Él vivía con el comportamiento de un Buda, y su inteligencia superior era tan vasta como un océano. Él era elogiado, honrado y recomendado por todos los Budas y era respetado por Indra, Brahma, y todos los Lokapalas. Para desarrollar a los seres vivos con su habilidad en técnica de liberación, vivía en la gran ciudad de Vaisali.
Su riqueza era inagotable con el propósito de mantener a los pobres y los desamparados. Observaba una moralidad pura para proteger a los inmorales. Mantenía la tolerancia y el auto-control para reconciliar a los seres que estaban enojados, crueles, violentos y brutales. Él resplandecía con energía para inspirar a la gente que era perezosa. Mantenía la concentración, presencia mental, y la meditación para apoyar a los mentalmente problemáticos. Él obtuvo la sabiduría decisiva para apoyar a los tontos.
Él vestía las ropas blancas de los laicos; sin embargo, vivía impecablemente como un devoto religioso. Vivía en su hogar, pero permanecía apartado del reino del deseo, del reino de la materia pura, y del reino de lo inmaterial.
Tenía un hijo, una esposa, y asistentes femeninas; sin embargo, siempre mantenía la continencia. Parecía rodeado de sirvientes, sin embargo vivía en soledad. Parecía estar adornado con ornamentos, sin embargo siempre estaba ornamentado con los signos y marcas auspiciosos. Parecía comer y beber, sin embargo siempre tomaba nutrientes del sabor de la meditación.
Hacía su aparición en campos de deporte y casinos, pero su meta era siempre madurar a aquella gente que estaba apegada al juego y al deporte.
Visitaba a los maestros heterodoxos de moda, sin embargo siempre mantenía lealtad inmodificada hacia el Buda. Comprendía las ciencias mundanas y trascendentales y las prácticas esotéricas, sin embargo siempre obtenía placer en las delicias del Dharma. Se mezclaba en todas las multitudes, sin embargo era respetado como el más distinguido de todos.
Para estar en armonía con la gente, se asociaba con los ancianos, con aquellos de edad mediana, y con los jóvenes, sin embargo siempre hablaba en armonía con el Dharma. Se comprometía en toda clase de negocios, sin embargo no tenía interés en ganancias o posesiones. Para entrenar a los seres vivos, aparecería en las encrucijadas o esquinas de la calle, y para protegerlos participaba en el gobierno. Para alejar a la gente del Hinayana y comprometerlos en el Mahayana, aparecía entre los oyentes y maestros del Dharma.
Para desarrollar a los niños, visitaba todas las escuelas. Para demostrar los males del deseo, incluso entraba en los burdeles. Para establecer a los borrachos en la presencia mental correcta, entraba en los cabarets.
Era honrado como hombre de negocios entre los hombres de negocios porque demostraba la prioridad del Dharma. Era honrado como el terrateniente entre los terratenientes porque renunciaba a la agresividad de ser propietario. Era honrado como guerrero entre los guerreros porque cultivaba la resistencia, la determinación y la fortaleza. Era honrado como aristócrata entre los aristócratas porque suprimía el orgullo, la vanidad y la arrogancia. Era honrado como oficial entre los oficiales porque regulaba las funciones del gobierno de acuerdo al Dharma. Era honrado como el príncipe de los príncipes porque revertía su apego a los placeres reales y al poder soberano. Era honrado como eunuco en el harén real porque enseñaba a las mujeres jóvenes de acuerdo al Dharma.
Era compatible con la gente ordinaria porque apreciaba la excelencia de los méritos ordinarios. Era honrado como el Indra entre los Indras porque les mostraba la temporalidad de su señorío. Era honrado como el Brahma entre los Brahmas porque les mostraba la excelencia especial de la gnosis. Era honrado como el Lokapala entre los Lokapalas porque fomentaba el desarrollo de todos los seres vivos.
Así vivía el Licchavi Vimalakirti en la gran ciudad de Vaisali, adornado con un conocimiento infinito de destrezas en técnicas de liberación.
En ese momento, fuera de esta verdadera destreza en técnica de liberación, Vimalakirti se manifestó a sí mismo como si estuviera enfermo. Para preguntar por su salud, el rey, los oficiales, los señores, los jóvenes, los aristócratas, los dueños de casa, los hombres de negocio, la gente de pueblo, y miles de otros seres vivos vinieron de la gran ciudad de Vaisali y llamaron al inválido. Cuando llegaron, Vimalakirti les enseñó el Dharma, comenzando su discurso desde la realidad de cuatro elementos principales:
“Amigos, este cuerpo es tan impermanente, frágil, inmerecedor de confianza, y endeble. Es tan insustancial, perecedero, de corta vida, doloroso, lleno de enfermedades, y sujeto a cambios. Entonces, mis amigos, como este cuerpo es sólo un recipiente de muchas enfermedades, los hombres sabios no se fían de él. Este cuerpo es como una bola de espuma, incapaz de soportar mucha presión. Es como una burbuja de agua, no permanece por mucho. Es como un espejismo, nacido de los apetitos de las pasiones. Es como el tronco de un plátano, sin tener esencia. He aquí! Este cuerpo es como una máquina, un nexo de huesos y tendones. Es como una ilusión mágica, consistente en falsificaciones. Es como un sueño, siendo una visión irreal. Es como un reflejo, siendo la imagen de acciones anteriores. Es como un eco, siendo dependiente de los condicionamientos. Es como una nube, siendo caracterizada por la turbulencia y la disolución. Es como un flash o un relámpago, siendo inestable, y decayendo a cada momento. El cuerpo es sin dueño, siendo el producto de una variedad de condiciones”.
“Este cuerpo es inerte, como la tierra; sin yo, como el agua; sin vida, como el fuego; impersonal, como el viento; y no sustancial, como el espacio. Este cuerpo es irreal, siendo una instalación de cuatro elementos principales. Es vacío, no existiendo como un yo o como auto poseído. Es inanimado, siendo como la hierba, árboles, paredes, terrones de tierra, y como las alucinaciones. Es insensato, siendo manejado como un molino de viento. Es mugriento, siendo una aglomeración de pus y excrementos. Es falso, siendo destinado a ser roto y destruido, a pesar de ser cuidado y masajeado. Es afligido por las cuatrocientas cuatro enfermedades. Es como un anciano, constantemente abrumado por la edad. Su duración nunca es cierta - sólo es cierto su final en la muerte-. Este cuerpo es una combinación de agregados, elementos, y sentidos, que son comparables a criminales, serpientes venenosas, y a una ciudad vacía, respectivamente.
Por consiguiente, tal cuerpo debería ser repulsivo para ti. Deberías perder la esperanza en él y despertar tu admiración por el cuerpo del Tathagata”.
“Amigos, el cuerpo de un Tathagata es el cuerpo del Dharma, nacido de la gnosis. El cuerpo de un Tathagata es nacido de almacenes de mérito y sabiduría. Es nacido de moralidad, de meditación, de sabiduría, de las liberaciones, y del conocimiento y visión de la liberación. Es nacido del amor, la compasión, el gozo y la imparcialidad. Es nacido de la caridad, disciplina, y auto-control. Es nacido del camino de diez virtudes. Es nacido de la paciencia y suavidad. Es nacido de las raíces de virtud plantada por esfuerzos sólidos. Es nacido de las concentraciones, las liberaciones, las meditaciones, y las absorciones. Es nacido del aprendizaje, la sabiduría, y la técnica liberadora.
Es nacido de las treinta y siete ayudas para la iluminación. Es nacido de la quiescencia mental y el análisis trascendental. Es nacido de los diez poderes, las cuatro no temeridades, y las dieciocho cualidades especiales. Es nacido de todas las trascendencias. Es nacido de las ciencias y el súper conocimiento. Es nacido del abandono de las cualidades malas, y de la colección de todas las buenas cualidades. Es nacido de la verdad. Es nacido de la realidad. Es nacido de la conciencia conocedora.”
“Amigos, el cuerpo del Tathagata es nacido de innumerables buenos trabajos. Hacia semejante cuerpo deberías tornar tus aspiraciones, y, en función de eliminar la enfermedad de las pasiones de todos los seres vivos, deberías concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi”.
Mientras Licchavi Vimalakirti así enseñaba el Dharma a aquellos que habían venido a preguntar acerca de su enfermedad, muchos cientos de miles de seres vivos concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi.
3. La renuencia de los discípulos para visitar a Vimalakirti
Entonces, el Licchavi Vimalakirti pensó para sí mismo: “Estoy enfermo, yaciendo en mi cama dolorido, sin embargo el Tathagata, el santo, el perfectamente completo Buda, no considera o tiene piedad de mí, y no envía a nadie para preguntar sobre mi enfermedad”.
El Señor conocía este pensamiento en la mente de Vimalakirti y le dijo al venerable Shariputra: “Shariputra, ve a preguntar sobre la enfermedad del Licchavi Vimalakirti”.
Habiéndose dirigido así, el venerable Shariputra respondió al Buda: “Señor, yo estoy de hecho renuente en ir a preguntar al Licchavi Vimalakirti acerca de su enfermedad. ¿Por qué? Yo recuerdo un día, cuando yo estaba sentado al pie de un árbol en la selva, absorto en contemplación, el Licchavi Vimalakirti vino al pie del árbol y me dijo: “Reverendo Shariputra, este no es el modo para que te absorbas en contemplación. Debes absorberte en contemplación de modo que ni cuerpo ni mente aparezcan en cualquier parte en el mundo triple. Debes absorberte en contemplación de modo que puedas manifestar todo el comportamiento ordinario sin abandonar la cesación. Debes absorberte en contemplación de modo que puedas manifestar la naturaleza de una persona ordinaria sin abandonar tu naturaleza espiritual cultivada. Debes absorberte en contemplación de modo que la mente ni se asiente adentro ni se mueva hacia las formas externas. Debes absorberte en contemplación de modo que las treinta y siete ayudas para la iluminación se manifiesten sin desvío hacia cualquier convicción. Debes absorberte en contemplación de modo que seas puesto en liberación sin abandonar las pasiones que son la provincia del mundo”.
“Reverendo Shariputra, aquellos que se absorben a sí mismos en contemplación de tal modo son declarados por el Señor como los que son verdaderamente absortos en contemplación.”
“Señor, cuando escuché esta enseñanza, yo era incapaz de responder y permanecí en silencio. Por consiguiente, estoy renuente de ir a preguntar a ese buen hombre acerca de su enfermedad”.
Entonces, el Buda dijo al venerable Maha Maudgalyayana: “Maudgalyayana, ve a preguntar al Licchavi Vimalakirti acerca de su enfermedad”.
Maudgalyayana respondió: “Señor, yo estoy de hecho renuente a ir a preguntar al Licchavi Vimalakirti sobre su enfermedad. ¿Por qué? Recuerdo un día que yo estaba enseñando el Dharma a los jefes de familia en una plaza en la gran ciudad de Vaisali, y el Licchavi Vimalakirti vino y me dijo:
“Reverendo Maudgalyayana, este no es el modo de enseñar el Dharma a los jefes de familia con sus ropas blancas. El Dharma debe ser enseñado de acuerdo a la realidad”.
“Reverendo Maudgalyayana, el Dharma es sin seres vivos, porque es libre del polvo de los seres vivos. Es sin yo, porque es libre del polvo del deseo. Es sin vida, porque es libre de nacimiento y muerte. Es sin personalidad, porque se esparce con los orígenes pasados y los futuros destinos. El Dharma es paz y pacificación, porque es libre del deseo. No se vuelve un objeto, porque es libre de palabras y letras; es inexpresable, y trasciende todo movimiento de la mente. El Dharma es omnipresente, porque es como el espacio infinito. Es sin color, marca, o forma, porque es libre de todos los procesos. Es sin el concepto de “mío”, porque es libre de la noción habitual de posesión. Es sin ideación, porque es libre de mente, pensamiento, o conciencia. Es incomparable, porque no tiene antítesis. Es sin presunción de condicionalidad, porque no se conforma a las causas”.
“Penetra parejamente todas las cosas, porque todas están incluidas en el reino supremo. Se conforma a la realidad por los medios del proceso de no-conformidad. Reside en el límite de la realidad, porque es expresamente sin fluctuación. Es inamovible, porque es independiente de los seis objetos de los sentidos. Es sin ir ni venir, porque nunca permanece quieto. Es comprimido por la vaciedad, es notable a través de la carencia de marcas, y es libre de presunción y repudio, porque es sin deseo. Es sin establecimiento ni rechazo, sin nacimiento ni destrucción. Es sin ninguna conciencia fundamental, trascendiendo el rango de ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo y pensamiento. Es sin altura ni bajeza. Reside sin movimiento o actividad”.
“Reverendo Maha Maudgalyayana, ¿cómo podría haber una enseñanza en consideración a semejante Dharma? Reverendo Maha Maudgalyayana, aun la expresión “enseñar el Dharma” es presuntuosa, y aquellos que la escuchan, escuchan presunción. Reverendo Maudgalyayana, donde no hay palabras presuntuosas, no hay maestro del Dharma, nadie escucha, y nadie comprende. Es como si una persona ilusoria fuera a enseñar el Dharma a gente ilusoria.”
“Por consiguiente, debes enseñar el Dharma manteniendo tu mente en esto. Debes ser adepto en considerar las facultades espirituales de los seres vivos. Por los medios de la correcta visión del ojo de la sabiduría, manifestar la gran compasión, reconociendo la benevolente actividad del Buda, purificando tus intenciones, comprendiendo las expresiones definitivas del Dharma, debes enseñar el Dharma para que la continuidad de los Tres Tesoros no pueda nunca ser interrumpida”.
“Señor, cuando Vimalakirti había discurrido así, ochocientos jefes de familia en la multitud concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi, y yo mismo quedé sin palabras. Por consiguiente, Señor, estoy renuente a ir a preguntar a este buen hombre sobre su enfermedad”.
Entonces, el Buda le dijo al venerable Mahakasyapa: “Mahakasyapa, ve a visitar al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
“Señor, de hecho estoy renuente a ir donde Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Recuerdo un día, cuando yo estaba en la calle de los pobres mendigando mi alimento, el Licchavi Vimalakirti vino y me dijo:
“Reverendo Mahakasyapa, evitar la casa de los ricos, y favorecer la casa de los pobres, esto es parcialidad en benevolencia. Reverendo Mahakasyapa, deberías vivir en el hecho de la igualdad de las cosas, y debes buscar limosnas en consideración a todos los seres vivos en todo momento. Debes mendigar tu alimento en la conciencia de la suprema no-existencia de la comida. Deberías buscar limosnas por el bien de la eliminación del materialismo de los demás.
Cuando entras a una ciudad, debes mantener en mente su vaciedad real, sin embargo debes proseguir en eso en función de desarrollar a los hombres y mujeres. Debes entrar en los hogares como si entraras en la familia del Buda. Debes aceptar limosnas sin tomar nada. Debes ver la forma como un ciego de nacimiento, oír los sonidos como si fueran ecos, oler los aromas como si fueran vientos, experimentar los sabores sin ninguna discriminación, tocar lo tangible en conciencia de la suprema falta de contacto en gnosis, y conocer las cosas con la conciencia de una criatura ilusoria. Eso que es sin sustancia intrínseca y sin sustancia impartida no se quema. Y lo que no se quema no será extinguido.
“Anciano Mahakasyapa, si equipado (en estado de equilibrio) en las ocho liberaciones sin trascender las ocho perversiones, puedes entrar en la ecuanimidad de la realidad por los medios de la ecuanimidad de la perversión, y si puedes hacer un regalo a todos los seres vivos y ofrendar a todos los santos y Budas con incluso una simple medida de limosnas, entonces puedes comer tú mismo. Así, cuando comes, después de ofrendar, no deberías estar afectado por las pasiones ni libre de las pasiones, ni involucrado en la concentración ni libre de la concentración, ni vivir en el mundo ni residir en la liberación. Más aun, aquellos que dan tales limosnas, reverendo, no tienen ni gran mérito ni pequeño mérito, ni ganan ni pierden.
Ellos deben seguir el camino de los Budas, no el camino de los discípulos. Sólo de este modo, Anciano Mahakasyapa, es la práctica de comer por limosnas significativamente”.
“Señor, cuando escuché esta enseñanza, fui asombrado y pensé: “¡Reverencia a todos los bodhisattvas! Si un bodhisattva laico puede estar adornado con tal elocuencia, ¿quién es aquel que no concebiría el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi? Desde ese momento en adelante, ya no recomendé más los vehículos de los discípulos y de los sabios solitarios, sino que recomendé el Mahayana. Y así, Señor, estoy renuente de ir hacia ese buen hombre a preguntar sobre su enfermedad”.
Entonces, el Buda dijo al venerable Subhuti: “Subhuti, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar sobre su enfermedad”.
Subhuti respondió: “Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Mi Señor, recuerdo un día, cuando iba a mendigar mi comida a la casa del Licchavi Vimalakirti en la gran ciudad de Vaisali, él tomó mi cuenco y lo llenó con algo de comida excelente y me dijo: “Reverendo Subhuti, toma mi comida si comprendes la igualdad de todas las cosas, por los medios de la igualdad de los objetos material, y si comprendes la igualdad de todos los atributos del Buda, por los medios de la igualdad de todas las cosas. Toma esta comida si, sin abandonar el deseo, la ira y la ignorancia, puedes evitar la asociación con ellos; si puedes seguir el sendero del camino único sin siquiera perturbar los puntos de vista egoístas. Si puedes producir el conocimiento y las liberaciones sin conquistar la ignorancia y el deseo por la existencia; si, por la igualdad de los cinco pecados mortales, alcanzas la igualdad de la liberación; si no eres ni liberado ni atado; si no ves las Cuatro Nobles Verdades, y sin embargo no eres el que “no ha visto la verdad”; si no has alcanzado ningún fruto, y sin embargo no eres “el que no ha alcanzado”; si eres una persona ordinaria, y aun sin las cualidades de una persona ordinaria; si no eres santo, sin embargo no eres no santo; si eres responsable de todas las cosas, y aun eres libre de toda noción concerniente a cualquier cosa. Toma esta comida, reverendo Subhuti, si, sin ver al Buda, escuchar el Dharma, o servir en la Sangha, emprendes la vida religiosa bajo los seis maestros heterodoxos; llamados Purana Kasyapa, Maskarin Gosaliputra, Samjayin Vairatuputra, Kakuda Katyayana, Ajita Kesakambala, y Nirgrantha Jnaniputra, y sigues los caminos que ellos prescriben. Toma esta comida, reverendo Subhuti, si, entreteniendo todos los puntos de vista falsos, no encuentras ni extremo ni medio; si, atado en las ocho adversidades, no obtienes condiciones favorables; si, asimilando las pasiones, no obtienes purificación; si el desapasionamiento de los seres vivos es tu desapasionamiento, reverendo; si aquellos que te hacen ofrendas no están de ese modo purificados; si aquellos que te ofrecen comida, reverendo, aun caen en las tres malas migraciones; si te asocias con todos los Maras; si entretienes todas las pasiones; si la naturaleza de las pasiones es la naturaleza de un reverendo; si tienes sentimientos hostiles hacia todos los seres vivos; si desprecias a todos los Budas; si criticas todas las enseñanzas del Buda; si no confías en la Sangha; y finalmente, si nunca entras en la liberación suprema”.
“Señor, cuando escuché estas palabras del Licchavi Vimalakirti, me pregunté qué debería decir y qué debería hacer, pero estuve totalmente en tinieblas.
Dejando el cuenco, estaba por irme de la casa cuando el Licchavi Vimalakirti me dijo: “Reverendo Subhuti, no temas a estas palabras, y lleva tu cuenco. ¿Qué piensas, reverendo Subhuti, si fuera una encarnación creada por el Tathagata la que te habló así, tendrías miedo?”
“Yo respondí: “¡No, de hecho, noble señor!”
Luego él dijo: “Reverendo Subhuti, la naturaleza de todas las cosas es como la ilusión, como una encarnación mágica. Así que no debes temerles. ¿Por qué? Todas las palabras son también de esa naturaleza, y así el sabio no está apegado a las palabras, ni les teme. ¿Por qué? Todos los idiomas no existen definitivamente, excepto como liberación. La naturaleza de todas las cosas es la liberación”.
“Cuando Vimalakirti hubo discurrido de este modo, doscientos dioses obtuvieron la visión doctrinal pura en consideración a todas las cosas, sin oscuridad ni engaño, y quinientos dioses obtuvieron la tolerancia de la conformidad. En cuanto a mí, quedé sin palabras e incapaz de responderle.
Por consiguiente, Señor, estoy renuente de ir a ver a este buen hombre para preguntar sobre su enfermedad”.
Entonces, el Buda le dijo al venerable Purna-maitrayaniputra: “Purna, ve a visitar al Licchavi Vimalakirti a preguntar sobre su enfermedad”.
Purna respondió: “Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a este buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Señor, recuerdo cuando yo estaba enseñando el Dharma a algunos monjes jóvenes en la gran selva, el Licchavi Vimalakirti fue allí y me dijo: “Reverendo Purna, primero concéntrate tú mismo, considera la mente de estos jóvenes Bhikkhus, y luego enséñales el Dharma! ¡No pongas comida podrida en un cuenco enjoyado! Primero comprende las inclinaciones de estos monjes, y no confundas zafiros invalorables con cuentas de vidrio! Reverendo Purna, sin examinar las facultades espirituales de los seres vivos, no presumas acerca de la unilateralidad de sus facultades; no hieras a aquellos que no tienen heridas; no impongas un camino estrecho a quienes aspiran a un gran camino; no intentes verter el gran océano en la huella de la pezuña de un buey; no intentes poner el Monte Sumeru en un grano de mostaza; no confundas la brillantez del sol con la luz de una luciérnaga; y no expongas ante quienes admiran el rugido de un león al aullido de un chacal!”
“Reverendo Purna, todos estos monjes estuvieron anteriormente comprometidos en el Mahayana pero han olvidado el espíritu de la iluminación. Entonces no los instruyas en el vehículo del discípulo. El vehículo del discípulo no es definitivamente válido, y ustedes discípulos son como hombres ciegos de nacimiento, en cuanto al reconocimiento de los grados de facultades espirituales de los seres vivos”.
En ese momento, el Licchavi Vimalakirti entró en tal concentración que aquellos monjes fueron causados a recordar sus varias existencias previas, en las cuales ellos habían producido las raíces de virtud por servir a quinientos Budas por el bien de la iluminación perfecta. Tan pronto como sus propios espíritus de iluminación se volvieron claros para ellos, se inclinaron a los pies de ese buen hombre y presionaron sus palmas juntas en reverencia.
Él les enseñó el Dharma, y todos ellos alcanzaron el estado de irreversibilidad desde el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Me vino a la mente entonces: “los discípulos, que no conocen los pensamientos o las inclinaciones de otros, no son capaces de enseñar el Dharma a nadie. ¿Por qué? Estos discípulos no son expertos en discernir la superioridad e inferioridad de las facultades espirituales de los seres vivos, y no siempre están en un estado de concentración como el Tathagata, el Santo, el perfectamente realizado Buda”.
“Por esto, Señor, estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre a preguntarle sobre su salud”.
El Buda entonces le dijo al venerable Maha Katyayana: “Katyayana, ve a donde el Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
Katyayana respondió: “Señor, de hecho estoy renuente a ir hacia aquel buen hombre a preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Recuerdo un día cuando, después de que el Señor hubiera dado alguna instrucción breve a los monjes, yo estaba definiendo las expresiones de ese discurso por la enseñanza del significado de la impermanencia, el sufrimiento, la carencia de yo, y la paz; el Licchavi Vimalakirti llegó allí y me dijo: “Reverendo Maha Katyayana, no enseñes la realidad suprema adornada con actividad, producción, y destrucción! Reverendo Maha Katyayana, nada ha sido jamás destruido, es destruido o será jamás destruido. Tal es el significado de “impermanencia”.
El significado de la realización del no-nacimiento, a través de la realización de la vaciedad de los cinco agregados, es el significado de “sufrimiento”. El hecho de la no-dualidad del yo y la carencia del yo es el significado de “no yo”. Eso que no tiene sustancia intrínseca y ninguna otra clase de sustancia no se quema, y lo que no se quema no es extinguido; tal falta de extinción es el significado de “paz”.
“Cuando hubo discurrido así, las mentes de los monjes fueron liberadas de sus engaños y entraron al estado de no-aferramiento. Por esto, Señor, soy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad”.
El Buda entonces dijo al venerable Aniruddha: “Aniruddha, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
“Mi Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver al buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Recuerdo, Señor, un día cuando yo estaba dando un paseo, el gran Brahma llamado Subhavyuha y los diez mil otros Brahmas que lo acompañaban iluminaron el lugar con su radiación y, habiendo inclinado sus cabezas a mis pies, se retiraron a un lado y me preguntaron: “Reverendo Aniruddha, has sido proclamado por el Buda como el más sobresaliente entre aquellos que poseen el ojo divino. ¿A qué distancia la divina visión del venerable Aniruddha se extiende? Yo respondí:
“Amigos, yo veo el universo galáctico de billones de mundos del Buda Shakyamuni tan llanamente como un hombre de visión ordinaria ve una nuez de myrobalan en la palma de su mano”. Cuando terminé de decir esto, el Licchavi Vimalakirti llegó allí y, habiendo inclinado su cabeza a mis pies, me dijo: “¿Reverendo Aniruddha, está tu ojo divino no compuesto en naturaleza? Si es compuesto en naturaleza, es el mismo que el súper conocimiento del heterodoxo. Si es no compuesto en naturaleza, entonces no es construido, y, como tal, es incapaz de ver. Entonces, ¿cómo ves, Oh anciano?”
“Al oír esas palabras, quedé sin habla, y Brahma también se sorprendió al escuchar esta enseñanza de ese buen hombre. Habiéndose inclinado ante él, él dijo: ¿”Quién, entonces, en el mundo, posee el ojo divino?”
“Vimalakirti respondió: “en el mundo, son los Budas quienes tienen el ojo divino. Ellos ven todos los campos de Buda sin siquiera dejar su estado de concentración y sin ser afectados por la dualidad”.
“Habiendo oído estas palabras, los diez mil Brahmas estuvieron inspirados con gran resolución y concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi.
Habiendo rendido homenaje y respetado tanto a mí como a ese buen hombre, ellos desaparecieron. En cuanto a mí, permanecí sin habla, y por consiguiente estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad.”
El Buda entonces dijo al venerable Upali: “Upali, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar sobre su enfermedad”.
Upali respondió: “Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a aquel gran hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Señor, recuerdo un día en que había dos monjes que habían cometido alguna infracción y estaban muy avergonzados de aparecer ante el Señor, así que vinieron hacia mí y dijeron: “Reverendo Upali, hemos cometido ambos una infracción pero estamos muy avergonzados de aparecer ante el Buda. Venerable Upali, gentilmente quita nuestras ansiedades mediante absolvernos de esas infracciones.”
“Señor, mientras estaba dando a aquellos monjes algún discurso religioso, el Licchavi Vimalakirti llegó allí y me dijo: “Reverendo Upali, no agraves de más los pecados de estos dos monjes. Sin dejarlos perplejos, alivia su remordimiento. Reverendo Upali, el pecado no es para ser aprehendido dentro o fuera, o entre los dos. ¿Por qué? El Buda ha dicho: “Los seres vivos están afligidos por las pasiones del pensamiento y ellos son purificados por la purificación del pensamiento”. “Reverendo Upali, la mente no está ni dentro ni fuera, ni es para ser aprehendida entre los dos. El pecado es exactamente igual que la mente, y todas las cosas son iguales al pecado. Ellas no escapan a esta misma realidad. Reverendo Upali, esta naturaleza de la mente, por virtud de la cual tu mente, reverendo, es liberada- ¿se vuelve afligida alguna vez?
“Nunca”, respondí.
“Reverendo Upali, las mentes de todos los seres vivos tienen todas la misma naturaleza. Reverendo Upali, las pasiones consisten en conceptualizaciones. La suprema no-existencia de esas conceptualizaciones y fabricaciones imaginarias o maquinaciones - esa es la pureza que es la naturaleza intrínseca de la mente. Los malentendidos son pasiones. La suprema ausencia del malentendido es la naturaleza intrínseca de la mente. La presunción del yo es pasión. La ausencia del yo es la naturaleza intrínseca de la mente. Reverendo Upali, todas las cosas son sin producción, destrucción, y duración, como ilusiones mágicas, nubes, y relámpago; todas las cosas son evanescentes, no permaneciendo ni aun un instante; todas las cosas son como sueños, alucinaciones, y visiones irreales; son como el reflejo de la luna en el agua y como una imagen de espejo; son nacidas de la construcción mental. Aquellos que saben esto son llamados los verdaderos sostenes de la disciplina, y aquellos disciplinados de ese modo son de hecho bien disciplinados”.
“Entonces los dos monjes dijeron: “este dueño de casa está extremadamente bien adornado con sabiduría. El reverendo Upali, que fue proclamado por el Señor como el más sobresaliente de los sostenedores de la disciplina, no es su igual”.
Luego le dije a los dos monjes: “¡No entretengan la noción de que hay un mero dueño de casa! ¿Por qué? Con la excepción del Tathagata mismo, no hay discípulo o bodhisattva capaz de competir con su elocuencia o rivalizar con la brillantez de su sabiduría”.
“En esto, los dos monjes, liberados de sus ansiedades e inspirados con gran resolución, concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Inclinándose ante este buen hombre, ellos hicieron el voto: “puedan todos los seres vivos obtener la elocuencia tal como ésta!” Por consiguiente, yo estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad”.
El Buda luego dijo al venerable Rahula: “Rahula, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
Rahula respondió: “Señor, yo estoy de hecho renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Señor, recuerdo que un día varios jóvenes caballeros Licchavi vinieron al lugar donde yo estaba y me dijeron: “Reverendo Rahula, tú eres el hijo del Señor, y, habiendo renunciado al reino de un monarca universal, has abandonado el mundo. ¿Cuáles son las virtudes y beneficios que veías en vivir en el mundo?”
“Mientras yo les enseñaba apropiadamente los beneficios y virtudes de renunciar al mundo, el Licchavi Vimalakirti llegó allí y, habiéndome saludado, dijo: “Reverendo Rahula, no deberías enseñar los beneficios y virtudes en consideración al modo en que lo haces. ¿Por qué? La renunciación en sí misma es la misma ausencia de virtudes y beneficios. Reverendo Rahula, uno puede hablar de los beneficios y virtudes con relación a las cosas compuestas, pero la renunciación es no-compuesta, y allí no puede haber asunto de beneficios y virtudes en consideración a lo no-compuesto. Reverendo Rahula, la renunciación no es material sino que es libre de materia. Es libre de los puntos de vista extremos de comienzo y fin. Es el camino de la liberación. Es elogiada por el sabio, abrazada por los santos, y causa la derrota de todos los Maras. Libera de los cinco estados de existencia, purifica los cinco ojos, cultiva los cinco poderes, y apoya las cinco facultades espirituales. La renunciación es totalmente inofensiva para los demás, y no es adulterada con cosas malas. Su disciplina es heterodoxa, trascendiendo todas las denominaciones. Es el puente sobre el pantano del deseo, sin aferrar, y libre de los hábitos de “yo” y “mío”. Es sin apego y sin perturbación, eliminando toda conmoción. Disciplina la mente de uno y protege las mentes de los demás. Favorece la quiescencia mental y estimula el análisis trascendental.
Es irreprochable en todos los aspectos y por eso es llamada renunciación. Aquellos que dejan lo mundano de este modo son llamados “verdaderos renunciantes”. Jóvenes, renuncien al mundo en la luz de esta clara enseñanza! La apariencia del Buda es extremadamente rara. La vida humana adornada con ocio y oportunidad es verdaderamente difícil de obtener. Ser un ser humano es muy precioso”.
“Los jóvenes hombres se quejaron: “pero, dueño de casa, hemos oído que el Tathagata declara que uno no debería renunciar al mundo sin el permiso de los padres”.
Vimalakirti respondió: “Jóvenes hombres, ustedes deberían cultivarse a sí mismos intensamente para concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Esto en sí mismo debe ser vuestra renunciación y alta ordenación!”
En eso, treinta y dos de los jóvenes Licchavis concibieron el espíritu de anuttara Samyak Sambodhi.
“Por esto, Señor, estoy renuente a ir a ver al buen hombre para preguntar por su enfermedad.”
El Buda luego dijo al venerable Ananda: “Ananda, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
Ananda respondió: “Señor, yo estoy de hecho renuente a ir a ver al buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Señor, recuerdo un día cuando el cuerpo del Señor manifestó cierta indisposición y solicitó algo de leche; tomé el cuenco y fui a la puerta de la mansión de la familia de un gran Brahmán. El Licchavi Vimalakirti fue allí, y, habiéndome saludado, dijo: “Reverendo Ananda, ¿qué estás haciendo en el umbral de esta casa con tu cuenco en la mano tan temprano en la mañana?”
“Yo respondí: “el cuerpo del Señor manifiesta cierta indisposición. Y necesita algo de leche. Por consiguiente, he venido a buscar un poco”.
“Vimalakirti luego me dijo: “¡Reverendo Ananda, no digas tal cosa! Reverendo Ananda, el cuerpo del Tathagata es fuerte como el diamante, habiendo eliminado todos los trazos instintivos del mal y siendo adornado con todo el bien, ¿Cómo podría la enfermedad o la incomodidad afectar a tal cuerpo? Reverendo Ananda, ve en silencio, y no menosprecies al Señor. No digas tales cosas a los demás, no sería bueno para los dioses poderosos o para los bodhisattvas venir desde los varios campos de Buda para escuchar tales palabras.
“Reverendo Ananda, un monarca universal, que está adornado sólo con una pequeña raíz de virtud, está libre de las enfermedades. ¿Cómo podría luego el Señor, quien tiene una infinita raíz de virtud, tener alguna enfermedad? Es i posible. Reverendo Ananda, no traigas vergüenza ante nosotros, sino ve en silencio, no sea que los sectarios heterodoxos pudieran escuchar tus palabras. Ellos dirían: “¡Qué vergüenza! El maestro de esta gente no puede ni siquiera curar su propia enfermedad. ¿Cómo podría entonces curar la enfermedad de otros?” Reverendo Ananda, ve discretamente para que nadie pueda observarte. Reverendo Ananda, los Tathagatas tienen el cuerpo del Dharma, no un cuerpo que se mantiene con la comida material. Los Tathagatas tienen un cuerpo trascendental que ha trascendido todas las cualidades mundanas. No hay enfermedad para el cuerpo de un Tathagata, ya que está libre de todo engaño. El cuerpo de un Tathagata es no compuesto y libre de toda actividad formativa. ¡Reverendo Ananda, creer que puede haber enfermedad en semejante cuerpo es irracional e impropio!”
Cuando escuché estas palabras, me pregunté si yo había previamente escuchado mal y malentendido al Buda, y quedé muy avergonzado. Luego escuché una voz del cielo: “¡Ananda! El dueño de casa te habla verdaderamente. No obstante, dado que el Buda ha aparecido durante el período de las cinco corrupciones, él disciplina a los seres vivos mediante el actuar baja y humildemente. ¡Por consiguiente, Ananda, no estés avergonzado, y ve a buscar la leche!”
“Señor, tal fue mi conversación con el Licchavi Vimalakirti, y por consiguiente yo estoy renuente de ir a ve a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad”.
Del mismo modo, el resto de los quinientos discípulos estaban renuentes de ir a ver al Licchavi Vimalakirti, y cada uno le contó al Buda su propia aventura, recordando todas sus conversaciones con el Licchavi Vimalakirti.
4. La renuencia de los Bodhisattvas
Luego, El Buda dijo al bodhisattva Maitreya: “Maitreya, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
Maitreya respondió: “Señor, de hecho estoy renuente de ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Señor, recuerdo un día cuando yo estaba comprometido en una conversación con los dioses del cielo de Tusita, el dios Samtusita y su comitiva, acerca del estadio de no-regresión de los grandes bodhisattvas. En ese momento, el Licchavi Vimalakirti fue allí y se dirigió a mí así:
“Maitreya, el Buda ha profetizado que sólo un nacimiento más queda entre tú y Anuttara Samyak Sambodhi. ¿A qué clase de nacimiento se refiere esa profecía, Maitreya? ¿Es del pasado? ¿Es futuro? ¿O es presente? Si es el nacimiento pasado, ya ha terminado. Si es un nacimiento futuro, nunca llegará. Si es un nacimiento presente, no tiene residencia. Porque el Buda ha declarado, “Bhikkhus, en un solo momento, son nacidos, envejecen, mueren, transmigran y renacen”. Entonces, ¿puede la profecía referirse a la cualidad de no-nacimiento? Pero la cualidad de no-nacimiento se aplica al estado del destino de lo supremo, que ni es profecía ni perfecta iluminación. Por consiguiente, Maitreya, ¿es tu realidad del nacimiento? ¿O es de la cesación? Tu realidad como fue profetizada no es nacida y no cesa, ni será nacida ni cesará. Más aun, tu realidad es exactamente la misma que la realidad de todos los seres vivos, la realidad de todas las cosas, y la realidad de todos los santos. Si tu iluminación puede ser profetizada de tal modo, así puede serlo de todos los seres vivos. ¿Por qué? Porque la realidad no consiste en dualidad o diversidad. Maitreya, cuando quiera que alcances la Budeidad, la cual es la perfección de la iluminación, al mismo tiempo todos los seres vivos también obtendrán suprema liberación. ¿Por qué? Los Tathagatas no entran en la suprema liberación hasta que todos los seres vivos hayan entrado en la liberación suprema. Porque, dado que todos los seres vivos están completamente liberados, los Tathagatas los ven como teniendo la naturaleza de la suprema liberación. ¡Por consiguiente, Maitreya, no juegues y engañes a estas deidades! Nadie reside en, o regresa de, la iluminación.
Maitreya, deberías introducir a estas deidades al repudio de todas las construcciones discriminatorias concernientes a la iluminación. La iluminación es perfectamente realizada ni por el cuerpo ni por la mente. La iluminación está libre de presunciones concernientes a todos los objetos. La iluminación es libre del funcionamiento de todos los pensamientos intencionales. La iluminación es la aniquilación de todas las convicciones. La iluminación es libre de todas las construcciones discriminatorias. La iluminación es libre de toda vacilación, de toda reseña y de toda agitación. La iluminación no está comprometida en ninguna responsabilidad. La iluminación es la llegada al desapego, a través de la libertad de todas las actitudes habituales. El suelo de la iluminación es el reino supremo. La iluminación es la realización de la realidad. La iluminación reside en el límite de la realidad. La iluminación es sin dualidad, dado que allí no hay mente y no hay cosas. La iluminación es igualdad, dado que es igual al espacio infinito. La iluminación es no construida, porque ni es nacida ni destruida, ni reside ni soporta ninguna transformación. La iluminación es el completo conocimiento de los pensamientos, los hechos y las inclinaciones de todos los seres vivos. La iluminación no es una puerta para los seis medios sensoriales.
La iluminación es no-adulterada, dado que es libre de las pasiones de las sucesiones de vidas llevadas instintivamente. La iluminación no está en sitio alguno, residiendo en ningún lugar o dimensión. La iluminación, no siendo contenida en nada, no permanece en la realidad. La iluminación es meramente un nombre y aun ese nombre es inamovible. La iluminación, libre de la abstención y emprendimiento, es sin energía. No hay agitación en la iluminación, dado que es completamente pura por naturaleza. La iluminación es resplandor, puro en esencia. La iluminación es sin subjetividad y completamente sin objeto. La iluminación, la cual penetra la igualdad de todas las cosas, es indiferenciada. La iluminación, la cual no es mostrada por ningún ejemplo, es incomparable. La iluminación es sutil, dado que es extremadamente de realizar. La iluminación es omni-penetrante, dado que tiene la naturaleza del espacio infinito. La iluminación no puede ser realizada, ni físicamente ni mentalmente. ¿Por qué? El cuerpo es como la hierba, los árboles, las paredes, los caminos, y las alucinaciones. Y la mente es inmaterial, invisible, sin base e inconsciente.”
“Señor, cuando Vimalakirti hubo discurrido así, doscientas de las deidades en esa asamblea obtuvieron la tolerancia del no-nacimiento. En cuanto a mí, Señor, quedé rendido sin palabras. Por consiguiente, estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad.”
El Buda luego dijo al joven Licchavi Prabhavyuha: “Prabhavyuha, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
Prabhavyuha respondió: “Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Señor, recuerdo un día, cuando yo estaba saliendo de la gran ciudad de Vaisali, encontré al Licchavi Vimalakirti viniendo. Él me saludó, y luego le dije: “Dueño de casa, ¿de dónde vienes?” Él respondió: “Vengo del asiento de la iluminación”.
Luego le pregunté: “¿Qué se entiende por asiento de la iluminación? Luego él me dijo las siguientes palabras: “Noble hijo, el asiento de la iluminación es el asiento del pensamiento positivo porque es sin artificialidad. Es el asiento del esfuerzo, porque libera actividades energéticas. Es el asiento del la gran resolución, porque su visión interna es superior. Es el asiento del gran espíritu de la iluminación, porque no descuida nada. Es el asiento de la generosidad, porque no tiene expectativas de recompensa. Es el asiento de la moralidad, porque completa todos sus compromisos. Es el asiento de la tolerancia, porque es libre de la ira hacia cualquier ser vivo. Es el asiento del esfuerzo, porque no retrocede. Es el asiento de la meditación, porque genera capacidad de la mente. Es el asiento de la sabiduría, porque ve todo directamente. Es el asiento del amor, porque es igual para todos los seres vivos. Es el asiento de la compasión, porque tolera todas las ofensas. Es el asiento del gozo, porque está gozosamente dedicada a la bendición del Dharma. Es el asiento de la ecuanimidad, porque abandona todo afecto y aversión. Es el asiento de la percepción paranormal, porque tiene los seis superconocimientos. Es el asiento de la liberación, porque no intelectualiza. Es el asiento de la técnica liberadora, porque desarrolla a los seres vivos. Es el asiento de los medios de unificación, porque une a los seres vivos. Es el asiento del aprendizaje, porque hace práctica de la esencia. Es el asiento de la decisión, a causa de su precisa discriminación. Es el asiento de las ayudas de la iluminación, porque elimina la dualidad de lo compuesto y lo nocompuesto. Es el asiento de la verdad, porque no engaña a nadie. Es el asiento del origen interdependiente, porque procede de la extinción de la ignorancia hasta la extinción del envejecimiento y la muerte. Es el asiento de la erradicación de todas las pasiones, porque es perfectamente iluminada acerca de la naturaleza de la realidad. Es el asiento de todos los seres vivos, porque todos los seres vivos son sin identidad intrínseca. Es el asiento de todas las cosas, porque es perfectamente iluminada en consideración al vacío. Es el asiento de la conquista de todos los demonios, porque nunca retrocede. Es el asiento del triple mundo, porque es libre de confusión y mezcla. Es el asiento del heroísmo que hace sonar el rugido del león, porque es libre de temor y estremecimiento. Es el asiento de las fuerzas, las no temeridades, y todas las cualidades especiales del Buda, porque es irreprochable en todos los respectos. Es el asiento de los tres conocimientos, porque en ella ninguna pasión permanece. Es el asiento del conocimiento instantáneo, total, de todas las cosas, porque realiza plenamente la gnosis de la omnisciencia. Noble hijo, cuando los bodhisattvas son así adornados con las trascendencias, las raíces de virtud, la habilidad de desarrollar a los seres vivos, y la incorporación del santo Dharma, ya sea que ellos eleven sus pies o los bajen, todos ellos vienen del asiento de la iluminación. Ellos vienen de las cualidades del Buda, y se yerguen en las cualidades del Buda”.
“Señor, cuando Vimalakirti hubo explicado esta enseñanza, quinientos dioses y hombres concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi, y yo quedé sin palabras. Por consiguiente, Señor, estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad”.
El Buda dijo luego al bodhisattva Jagatimdhara: “Jagatimdhara, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
Jagatimdhara respondió: “Mi Señor, estoy de hecho renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Señor, recuerdo un día, cuando yo estaba en casa, el retorcido Mara, disfrazado de Indra y rodeado de doce mil damas celestiales, se acercó a mí con los sonidos de la música y el canto. Habiéndome saludado tocando mis pies con su cabeza, se retiró con su comitiva a un lado. Luego yo, pensando que él era Sakra, el rey de los dioses, le dije: “¡Bienvenido, Oh Kausika! Deberías permanecer conscientemente despierto en medio de los placeres del deseo. Deberías pensar frecuentemente sobre la impermanencia y esforzarte por usar lo esencial en cuerpo, vida y riqueza”.
Luego Mara me dijo: “Buen señor, acepta de mí estas doce mil damas divinas y hazlas tus sirvientas”. Yo respondí: “Oh Kausika, no me ofrezcas a mí, que soy religioso e hijo del Shakya, cosas que no son apropiadas. No es propio para mí tener esas damas”.
No había terminado de decir esas palabras cuando el Licchavi Vimalakirti llegó allí y me dijo: “¡Noble hijo, no creas que este es Indra! No es Indra sino el maligno Mara, que ha venido a ridiculizarte”.
Luego el Licchavi Vimalakirti le dijo a Mara: “maligno Mara, ya que esas damas celestiales no son adecuadas para este devoto religioso, un hijo del Shakya, dámelas a mí”.
“Entonces Mara fue aterrorizado y presionado, pensando que el Licchavi Vimalakirti había venido a exponerlo. Él intentó hacerse invisible, pero intentando como él podía con todos sus poderes mágicos, no pudo desvanecerse de la vista. Entonces una voz resonó en el cielo, diciendo: “Maligno, dale estas damas celestiales al buen hombre Vimalakirti, y sólo entonces serás capaz de regresar a tu propio reino”.
“Entonces Mara estuvo aun más atemorizado y, muy contra su voluntad, le dio las damas celestiales. El Licchavi Vimalakirti recibió a las diosas, y les dijo: “Ahora que me han sido dadas a mí por Mara, deberían todas concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi”.
Luego él las exhortó con un discurso adecuado para su desarrollo hacia la iluminación, y pronto ellas concibieron el espíritu de iluminación. Luego él les dijo: “Ustedes acaban de concebir el espíritu de la iluminación. Desde ahora en adelante, deberían dedicarse a encontrar gozo en los placeres del Dharma, y no deberían tomar ningún placer en los deseos”.
Luego ellas le preguntaron: “¿Qué es gozo en los placeres del Dharma?”
Él declaró: “Es el gozo de la inquebrantable fe en el Buda, de desear escuchar el Dharma, de servir a la Sangha y de honrar a los benefactores espirituales sin orgullo. Es el gozo de la renunciación de la totalidad del mundo, de no estar fijado en los objetos, de considerar los cinco agregados como asesinos, de considerar a los elementos como serpientes venenosas, y de considerar a los sentidos como si fueran una ciudad vacía. Es el gozo de guardar siempre el espíritu de la iluminación, de ayudar a los seres vivos, de compartir a través de la generosidad, de no disminuir en moralidad, de control y tolerancia en paciencia, del cultivo completo de la virtud por el esfuerzo, de la total absorción en la meditación, y de la ausencia de las pasiones en la sabiduría. Es el gozo de extender la iluminación, de conquistar a los Maras, de destruir las pasiones, y de purificar el campo de Buda. Es el gozo de acumular todas las virtudes, para cultivar las marcas y signos auspiciosos. Es el gozo de la liberación de la no-intimidación cuando se escucha la profunda enseñanza. Es el gozo de la exploración de las tres puertas de la liberación, y de la realización de la liberación. Es el gozo de ser un adorno del asiento de la iluminación, y de no obtener la liberación en el momento equivocado. Es el gozo de servir a aquellos de igual fortuna, de no odiar o resentirse con aquellos de fortuna superior, de servir a los benefactores espirituales, y de evitar a los amigos pecaminosos. Es el gozo de la alegría superior de la fe y la devoción hacia el Dharma. Es el gozo de adquirir las técnicas liberadoras y de la cultivación consciente de las ayudas a la iluminación. Así, el bodhisattva admira y encuentra gozo en las delicias del Dharma”.
En eso, Mara les dijo a las diosas: “ahora vengan y regresemos a casa”. Ellas dijeron: “nos diste al dueño de casa. Ahora deberíamos gozar las delicias del Dharma y no deberíamos gozar más los placeres de los deseos”.
Entonces Mara dijo al Licchavi Vimalakirti: “Si es así que el bodhisattva, el héroe espiritual, no tiene apego mental, y regala todas sus posesiones, entonces, dueño de casa, por favor dame a estas diosas”.
Vimalakirti respondió: “ellas son dadas, Mara. Ve a casa con tu comitiva. Puedan ustedes llenar las aspiraciones religiosas de todos los seres vivos!”
Entonces las diosas, saludando a Vimalakirti, le dijeron: “Dueño de casa, ¿cómo deberíamos vivir en el reino de los Maras?”
Vimalakirti respondió: “hermanas, hay una puerta del Dharma llamada “La lámpara inagotable” ¡Practíquenla! ¿Qué es eso? Hermanas, una sola lámpara puede encender cientos de miles de lámparas sin disminuir en sí misma. Así, hermanas, un solo bodhisattva puede establecer varios cientos de miles de seres vivos en la iluminación sin que su plenitud mental sea disminuida. De hecho, no sólo no disminuye, crece más fuerte. Así, cuanto más enseñas y demuestras cualidades virtuosas a los demás, más creces con respecto a esas cualidades virtuosas. Esta es la puerta del Dharma llamada “La lámpara inagotable”. Cuando estén viviendo en el reino del Dharma, inspiren a innumerables dioses y diosas con el espíritu de la iluminación. De tal modo, ustedes devolverán la bondad del Tathagata, y se volverán los benefactores de todos los seres vivos”.
Entonces, aquellas diosas se inclinaron a los pies del Licchavi Vimalakirti y partieron en compañía de Mara.
Así, Señor, vi la supremacía del poder mágico, sabiduría y elocuencia del Licchavi Vimalakirti, y por consiguiente estoy renuente a ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad”.
El Buda luego dijo al hijo del mercader, Sudatta: “Noble hijo, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar por su enfermedad”.
Sudatta respondió, “Señor, de hecho estoy renuente a ir a ver a aquel buen hombre para preguntar por su enfermedad. ¿Por qué? Recuerdo, Señor, un día en la casa de mi padre cuando, para celebrar un gran sacrificio, yo estaba otorgando regalos a los devotos religiosos, Brahmas, los pobres, los infelices, los desafortunados, mendigos, y todos los necesitados. En el séptimo día, final, de ese gran sacrificio, el Licchavi Vimalakirti llegó allí y dijo: “Hijo del mercader, tú no deberías celebrar un sacrificio de este modo. Deberías celebrar un sacrificio Dharma. ¿Cuál es la utilidad del sacrificio de las cosas materiales?”
Luego yo le pregunté: “¿Cómo ofrece uno un sacrificio Dharma?”
Él respondió: “Un sacrificio Dharma es aquel que desarrolla a los seres vivos sin comienzo ni fin, dándoles regalos a todos ellos simultáneamente. ¿Qué es eso? Consiste en el gran amor que es consumado en la iluminación; de la gran compasión que es consumada en la concentración del santo Dharma en la liberación de todos los seres vivos; del gran gozo que es consumado en la consciencia de la suprema felicidad de todos los seres vivos; y de la gran ecuanimidad que es consumada en la concentración a través del conocimiento. El sacrificio Dharma consiste en la trascendencia de la generosidad, que es consumada en la apacibilidad y auto-disciplina; en la trascendencia de la moralidad, que es consumada en el desarrollo moral de los seres inmorales; en la trascendencia de la tolerancia, consumada a través del principio de la carencia de yo; en la trascendencia del esfuerzo, consumado en la iniciativa hacia la iluminación; en la trascendencia de la meditación, consumada en la gnosis omnisciente. El sacrificio Dharma consiste en la meditación de la vaciedad, consumada en la efectividad en el desarrollo de todos los seres vivos; en la meditación de la carencia de signos, consumada en la purificación de todas las cosas compuestas; y en la meditación de la carencia del deseo, consumada en la voluntaria asunción de los renacimientos. El sacrificio del Dharma consiste en el poder heroico, consumado en el sostenimiento del santo Dharma; en el poder de la vida, consumado en los medios de unificación; en la ausencia de orgullo, consumada en volverse esclavo y discípulo de todos los seres vivos; en la ganancia del cuerpo, salud y riqueza, consumada por la extracción de la esencia desde la carencia de esencia; en la plenitud mental, consumada por los seis recuerdos; en el pensamiento positivo, consumado a través del verdaderamente disfrutable Dharma; en la pureza del medio de vida, consumada por la práctica espiritual correcta; en el respeto de los santos, consumado por el servicio gozoso y leal; en la soberanía de la mente, consumada por la ausencia de disgusto hacia la gente ordinaria; en gran resolución, consumada por la renunciación; en la habilidad de la erudición, consumada por la práctica religiosa; en el retiro a solitarios retiros, consumado por la comprensión de las cosas libre de pasiones; en la meditación introspectiva, consumada por la obtención de la gnosis de Buda; en el estado de la práctica del yoga, consumado por el yoga de liberar a todos los seres de sus pasiones. El sacrificio Dharma consiste en la acumulación de mérito que es consumado por los signos y marcas auspiciosos, los ornamentos de los campos de Buda, y todos los otros medios de desarrollo de los seres vivos; de la acumulación de conocimiento que es consumado en la habilidad de enseñar el Dharma de acuerdo a los pensamientos y acciones de todos los seres vivos; de la acumulación de sabiduría, que es consumada en la gnosis uniforme libre de la aceptación y el rechazo en consideración a todas las cosas; de la acumulación de todas las raíces de virtud, consumadas en el abandono de todas las pasiones, oscuridades, y cosas no virtuosas; y en la obtención de todas las ayudas de la iluminación, consumada en la realización de la gnosis de omnisciencia así como de la consecución de toda virtud.
“Ese, noble hijo, es el sacrificio Dharma. El bodhisattva que vive por estos sacrificios Dharma es el mejor de los sacrificios, y, a través de un sacrificio extremo, él mismo es merecedor de ofrendas de toda la gente, incluidos los dioses”.
“Señor, tan pronto como el dueño de casa hubo discurrido así, doscientos Brahmanes entre la multitud de Brahmanes presentes concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Y, lleno de asombro, habiendo saludado a este dios-hombre tocando sus pies con mi cabeza, tomé un collar de perlas de mi cuello que vale cien mil piezas de oro y se lo ofrecí a él. Pero él no lo aceptaría. Luego le dije: “Por favor acepte, buen hombre, este collar de perlas, lleno de compasión por mí, y déselo a quienquiera que usted desee”.
Entonces, Vimalakirti tomó las perlas y las dividió en dos mitades. Él dio una mitad de ellas al pobre más pobre de la ciudad, quien había sido desdeñado por aquellos presentes en el sacrificio. La otra mitad se la ofreció al Tathagata Dusprasaha. Y él realizó un milagro tal que todos los presentes contemplaron el universo llamado Marici y al Tathagata Dusprasaha. Sobre la cabeza del Tathagata Dusprasaha, el collar de perlas tomó la forma de un pabellón, decorado con cuerdas de perlas, descansando sobre cuatro bases, con cuatro columnas, simétricas, bien construidas, y encantadoras para contemplar. Habiendo mostrado tal milagro, Vimalakirti dijo: “el dador que hace regalos a los más pobres de la ciudad, considerándolos tan merecedores de ofrenda como al Tathagata en sí mismo, el dador que da sin ninguna discriminación, imparcialmente, sin esperar recompensa, y con gran amor - ese dador, yo digo, completa totalmente el sacrificio Dharma”.
Luego el pobre de la ciudad, habiendo visto aquel milagro y habiendo escuchado aquellas enseñanzas, concibió el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Por consiguiente, Señor, estoy renuente de ir a ver a ese buen hombre para preguntar por su enfermedad”.
Del mismo modo, todos los bodhisattvas, grandes héroes espirituales, contaron las historias de sus conversaciones con Vimalakirti y declararon su renuencia a ir a verlo.
5. La consolidación del inválido
Entonces el Buda dijo al príncipe coronado, Manjusri: “Manjusri, ve a ver al Licchavi Vimalakirti para preguntar sobre su enfermedad”.
Manjusri respondió: “Señor, es difícil asistir al Licchavi Vimalakirti. Él está dotado de elocuencia maravillosa concerniente a la ley de lo profundo. Él es extremadamente hábil en expresiones plenas y en la reconciliación de las dicotomías. Su elocuencia es inexorable, y nadie puede resistir su intelecto imperturbable. Él cumple todas las tareas de los bodhisattvas. Él penetra todos los secretos misterios de los bodhisattvas y de los Budas. Él es hábil en civilizar todos los reinos de los demonios. Él actúa con el súper conocimiento.
Él está consumado en sabiduría y en técnicas liberadoras. Él ha obtenido la suprema excelencia de la indivisible, no-dual esfera del reino supremo. Él es hábil en enseñar el Dharma con sus infinitas modalidades dentro del uniforme supremo. Él es hábil en conceder los medios de obtención de acuerdo a las facultades espirituales de todos los seres vivos. Él ha integrado enteramente su realización con habilidad en técnica liberadora. Él ha obtenido la decisión en consideración a todas las preguntas. Así, si bien él no puede ser resistido por alguna de mis débiles defensas, aun, sostenido por la gracia del Buda, iré a verlo y conversaré con él tanto como pueda.”
En esto, en aquella asamblea, los bodhisattvas, los grandes discípulos, los Sakras, los Brahmas, los Lokapalas, y los dioses y diosas, todos tuvieron este pensamiento: “Seguramente las conversaciones del joven príncipe Manjusri y aquel gran hombre resultarán en una profunda enseñanza del Dharma.”
Así, ocho mil bodhisattvas, quinientos discípulos, un gran número de Sakras, Brahmas, Lokapalas, dioses y diosas, entraron a la gran ciudad de Vaisali.
Mientras tanto, el Licchavi Vimalakirti pensó para sí mismo: “Manjusri, el príncipe coronado, está viniendo aquí con numerosos asistentes. Ahora, ¡que pueda esta casa ser transformada en vaciedad!”
Entonces, mágicamente su casa se volvió vacía. Incluso el portero desapareció. Y, excepto por el diván de inválido sobre el cual Vimalakirti yacía, ninguna cama o sillón o asiento podía ser visto en ningún lado.
Entonces, el Licchavi Vimalakirti vio al príncipe coronado Manjusri y se dirigió a él así: “¡Manjusri! ¡Bienvenido, Manjusri! ¡Eres verdaderamente bienvenido! Allí estás, sin ningún venir. Apareces, sin nadie viendo. Eres escuchado, sin ninguno que escuche”.
Manjusi declaró: “Dueño de casa, es como dices. Quien viene, finalmente no viene. Quien se va, finalmente no se va. ¿Por qué? Quien viene no es conocido por venir. Quien va no es conocido por irse. ¿Quien aparece, finalmente no es visto. Buen señor, ¿es tu condición tolerable? ¿Es llevadera?
¿Están tus elementos físicos no perturbados? ¿Está tu enfermedad disminuyendo? ¿No se está incrementando? El Buda pregunta por ti – si tienes el menor problema, pequeña incomodidad, ligera enfermedad, si tu aflicción es liviana, si te cuidas, estás fuerte, suelto, sin auto-reproche, y si estás viviendo en contacto con la felicidad suprema. Dueño de casa, ¿de dónde viene esta enfermedad tuya? ¿Cuánto tiempo continuará? ¿Cómo se soporta? ¿Cómo puede ser aliviada?”
Vimalakirti respondió: “Manjusri, mi enfermedad proviene de la ignorancia y de la sed de existencia, y durará tanto como duren las enfermedades de todos los seres vivos. Si todos los seres vivos fueran a ser liberados de la enfermedad, yo también podría no estar enfermo. ¿Por qué? Manjusri, para el bodhisattva, el mundo consiste sólo en seres vivos, y la enfermedad es inherente a vivir en el mundo. Si todos los seres vivos fueran liberados de la enfermedad, el bodhisattva también estaría libre de la enfermedad. Por ejemplo, Manjusri, cuando el único hijo del mercader está enfermo, ambos padres se ponen enfermos con motivo de la enfermedad de su hijo. Y los padres sufrirán hasta que el hijo único no se recupere de su enfermedad.
Exactamente así, Manjusri, el bodhisattva ama a todos los seres vivos como si cada uno fuera su único hijo. Él se enferma cuando ellos están enfermos y se cura cuando ellos son curados. Me preguntas, Manjusri, de dónde viene mi enfermedad; la enfermedad de los bodhisattvas surge de la gran compasión”.
Manjusri: Dueño de casa, ¿por qué está vacía tu casa? ¿Por qué no tienes sirvientes?
Vimalakirti: Manjusri, todos los campos de Buda son así vacíos.
Manjusri: ¿qué los hace vacíos?
Vimalakirti: son vacíos a causa de la vaciedad.
Manjusri: ¿qué es “vacío” acerca de la vaciedad?
Vimalakirti: las construcciones son vacías, a causa de la vaciedad.
Manjusri: ¿puede la vaciedad ser conceptualmente construida?
Vimalakirti: aun el concepto es en sí mismo vacío, y la vaciedad no puede construir vaciedad.
Manjusri: dueño de casa, ¿dónde debería ser buscada la vaciedad?
Vimalakirti: Manjusri, la vaciedad debería ser buscada entre las sesenta y dos convicciones.
Manjusri: ¿dónde deberían ser buscadas las sesenta y dos convicciones?
Vimalakirti: ellas deberían ser buscadas en la liberación de los Tathagatas.
Manjusri: ¿dónde debería ser buscada la liberación de los Tathagatas?
Vimalakirti: debería ser buscada en la actividad mental primaria de todos los seres vivos.
Manjusri, me preguntas por qué estoy sin sirvientes, pero todos los Maras y oponentes son mis sirvientes. ¿Por qué? Los Maras abogan por esta vida de nacimiento y muerte y el bodhisattva no evita la vida. Los oponentes heterodoxos abogan por las convicciones, y el bodhisattva no es agobiado por las convicciones. Por consiguiente, todos los Maras y oponentes son mis sirvientes.
Manjusri: dueño de casa, ¿de qué tipo es tu enfermedad?
Vimalakirti: es inmaterial e invisible.
Manjusri: ¿es física o mental?
Vimalakirti: no es física, dado que el cuerpo es insustancial en sí mismo. No es mental, dado que la naturaleza de la mente es como ilusión.
Manjusri: ¿dueño de casa, cuál de los cuatro elementos está perturbado? ¿Tierra, agua, aire o fuego?
Vimalakirti: Manjusri, estoy enfermo sólo porque los elementos de los seres vivos están perturbados por enfermedades.
Manjusri: dueño de casa, ¿cómo debería un bodhisattva consolar a otro bodhisattva que está enfermo?
Vimalakirti: él debería decirle que el cuerpo es impermanente, pero no debería exhortarlo a la renunciación o disgusto. Él debería decirle que el cuerpo es miserable, pero no debería alentarlo a encontrar solaz en la liberación; que el cuerpo es sin yo, pero que los seres vivos deberían ser desarrollados; que el cuerpo es apacible, pero no buscar ninguna calma suprema. Él debería urgirlo a confesar sus malos actos, pero no por el bien de la absolución. Él debería alentar su empatía por todos los seres vivos a cuenta de su propia enfermedad, su recuerdo del sufrimiento experimentado desde el tiempo sin comienzo, y su conciencia de trabajar por el bienestar de los seres vivos. Él debería alentarlo a no estar angustiado, sino a manifestar las raíces de virtud, para mantener la pureza primaria y la falta de aferramiento, y así para siempre luchar para convertirse en el rey de los sanadores, quien puede curar toda enfermedad. Así debería un bodhisattva consolar a un bodhisattva enfermo, de tal modo como para hacerlo feliz.
Manjusri preguntó: “Noble señor, ¿cómo debería un bodhisattva enfermo controlar su propia mente?”
Vimalakirti respondió: “Manjusri, un bodhisattva enfermo debería controlar su propia mente con la siguiente consideración: la enfermedad surge de involucrarse totalmente en el proceso de malentendido desde el tiempo sin principio. Surge de las pasiones que resultan de construcciones mentales irreales, y por lo tanto finalmente nada es percibido de lo que pueda decirse que está enfermo. ¿Por qué? El cuerpo es el resultado de los cuatro elementos principales, y en esos elementos no hay propietario ni agente. No hay yo en este cuerpo, y excepto por la insistencia arbitraria en el yo, finalmente ningún “yo” del cual pueda decirse estar enfermo puede ser aprehendido. Por lo tanto, el “yo” pensante no debería adherirse a ningún yo, y el “yo” debería descansar en el conocimiento de la raíz de la enfermedad, él debería abandonar la concepción de sí mismo como una personalidad y producir la concepción de sí mismo como una cosa, pensando: ”Este cuerpo es un agregado de varias cosas; cuando nace, sólo cosas son nacidas; cuando cesa, sólo cosas cesan; estas cosas no tienen conciencia o sensación de cada una; cuando ellas nacen, no piensan “estoy naciendo”. Cuando cesan, no piensan “yo ceso”. Más aun, él debería comprender plenamente la concepción de sí mismo como una cosa por la cultivación de la siguiente consideración: “así como en el caso de la concepción de “yo”, así la concepción de “cosa” es también un malentendido, y este malentendido es también una enfermedad grave; debería liberarme de esta enfermedad y debería luchar para abandonarla.”
“¿Cuál es la eliminación de esta enfermedad? Es la eliminación del egoísmo y la posesividad. ¿Cuál es la eliminación del egoísmo y la posesividad? Es la libertad del dualismo. ¿Cuál es la liberación del dualismo? Es la ausencia de involucrarse ya sea con lo externo como con lo interno. ¿Cuál es la ausencia de involucrarse con lo externo así como con lo interno? Es la no-desviación, no-fluctuación, y no-distracción de la ecuanimidad. ¿Qué es la ecuanimidad? Es la igualdad de todo, desde el yo hasta la liberación. ¿Por qué? Porque tanto el yo como la liberación son vacíos. ¿Cómo pueden ser vacíos? Como designaciones verbales, ellos dos son vacíos, y ninguno está establecido en la realidad. Por tanto, uno que ve tal igualdad no hace diferencia entre enfermedad y vaciedad; su enfermedad es en sí misma vaciedad, y esa enfermedad como vaciedad es en sí misma vacía.
El bodhisattva enfermo debería reconocer que sensación es definitivamente no-sensación, pero él no debería realizar la cesación de la sensación. Si bien ambos, placer y dolor, son abandonados cuando las cualidades de Buda son plenamente completadas, no hay entonces sacrificio de la gran compasión por todos los seres vivos viviendo en las malas migraciones. Así, reconociendo en su propio sufrimiento los infinitos sufrimientos de esos seres vivos, el bodhisattva contempla correctamente a esos seres vivos y resuelve curar toda enfermedad. Como para esos seres vivos, no hay nada a ser aplicado, y no hay nada para ser quitado; uno sólo tiene que enseñarles el Dharma a ellos para que realicen las bases de las cuales surge la enfermedad. ¿Cuáles son esas bases? Es la percepción del objeto. Tan pronto como los objetos son percibidos, ellos son la base de la enfermedad. ¿Qué cosas son percibidas como objetos? Los tres reinos de la existencia son percibidos como objetos. ¿Cuál es la comprensión completa del objeto básico aparente? Es la no-percepción, ya que ningún objeto existe finalmente. ¿Qué es la no-percepción? El sujeto interno y el objeto externo no son percibidos dualísticamente. Por lo tanto, es llamada no-percepción. Manjusri, así debería un bodhisattva enfermo controlar su propia mente para vencer la vejez, la enfermedad, la muerte y el nacimiento. Tal, Manjusri, es la enfermedad del bodhisattva. Si la toma de otro modo, todos sus esfuerzos serán en vano. Por ejemplo, uno es llamado “héroe” cuando uno conquista las miserias del envejecer, enfermar y morir. El bodhisattva enfermo debe decirse a sí mismo: “así como mi enfermedad es irreal y no-existente, así la enfermedad de todos los seres vivos es irreal y no-existente”. A través de tales consideraciones, él hace surgir la gran compasión hacia todos los seres vivos sin caer en ninguna compasión sentimental. La gran compasión que intenta eliminar las pasiones accidentales no concibe ninguna vida en los seres vivos. ¿Por qué? Porque la gran compasión que cae en puntos de vista de propósitos sentimentales sólo agota al bodhisattva en sus reencarnaciones.
Pero la gran compasión, que es libre de estar involucrada con los puntos de vista de propósitos sentimentales, no agota al bodhisattva en todas sus reencarnaciones. Él no reencarna a través del involucrarse con tales puntos de vista sino que reencarna con su mente libre de involucrarse. Por tanto, aun su reencarnación es como la liberación. Siendo reencarnado como si fuera liberado, él tiene el poder y la habilidad de enseñar el Dharma, el cual libera a los seres vivos de sus ataduras. Como el Señor declara: “no es posible para uno que está atado él mismo liberar a otros de sus ataduras.
Pero uno que está liberado es capaz de liberar a otros e sus ataduras”. Por consiguiente, el bodhisattva debería participar en la liberación y no debería participar de las ataduras. ¿Qué es atadura? ¿Y qué es liberación? Ser indulgente en liberación del mundo sin emplear la técnica de liberación es atadura para el bodhisattva. Engancharse en la vida del mundo con pleno empleo de técnica de liberación es liberación para el bodhisattva.
Experimentar el sabor de la contemplación, meditación, y concentración sin habilidad en técnica liberadora es atadura. Experimentar el sabor de la contemplación y meditación con habilidad en técnica liberadora es liberación.
La sabiduría no integrada con la técnica liberadora es atadura, pero sabiduría integrada con la técnica liberadora es liberación. La técnica liberadora no integrada con sabiduría es atadura, pero técnica liberadora integrada con sabiduría es liberación. ¿Cómo es que la sabiduría no integrada con la técnica liberadora es una atadura? La sabiduría no integrada con la técnica liberadora consiste en concentración sobre la vaciedad, la carencia de marca, y la carencia de deseo, y aun, siendo motivado por la compasión sentimental, el fracaso en concentrarse en la cultivación de los signos y marcas auspiciosos, en el adornamiento del campo de Buda y en el trabajo de desarrollo de todos los seres vivos es atadura. ¿Cómo es que la sabiduría integrada con la técnica liberadora es liberación? La sabiduría integrada con la técnica liberadora consiste en ser motivado por la gran compasión y así la concentración sobre la cultivación de las marcas y signos auspiciosos, en el adornamiento del campo de Buda, y en el trabajo de desarrollo de los seres vivos, todo el tiempo concentrado en la profunda investigación de la vaciedad, carencia de signos y carencia de deseos, - y eso es liberación.
¿Qué es la atadura de la técnica liberadora no integrada con la sabiduría? La atadura de la técnica liberadora no integrada con la sabiduría consiste en la plantación de bodhisattva de raíces de virtud sin dedicarlas al bien de la iluminación, mientras vive aferrado a las convicciones dogmáticas, pasiones, apegos, resentimientos, y sus instintos subconscientes. ¿Qué es la liberación de la técnica liberadora integrada con la sabiduría? La liberación de la técnica liberadora integrada con la sabiduría consiste en la dedicación de los bodhisattvas de sus raíces de virtud al bien de la iluminación, sin tomar ningún orgullo de ello, mientras se desprende de toda convicción, pasión, apego, resentimiento, y sus instintos subconscientes.
Manjusri, así debería el bodhisattva enfermo considerar las cosas. Su sabiduría es la consideración del cuerpo, mente y enfermedad como impermanentes, miserables, vacíos, y sin yo. Su técnica liberadora consiste en no agotarse a sí mismo por intentar evitar todas las enfermedades físicas, y en aplicarse a sí mismo al complemento o perfección del beneficio de los seres vivos, sin interrumpir el ciclo de reencarnaciones. Más aun, su sabiduría yace en la comprensión de que el cuerpo, la mente y la enfermedad no son ni nuevas ni viejas, al mismo tiempo, simultáneas y secuenciales. Y su técnica liberadora yace en no buscar la cesación del cuerpo, la mente o la enfermedad. Esta es, Manjusri, la forma en que el bodhisattva debe concentrar su mente; él debe vivir ni en control de su mente, ni en indulgencia de su mente. ¿Por qué? Vivir en la indulgencia de la mente es propio de tontos y vivir en control de la mente es propio de los discípulos. Por tanto, el bodhisattva debe vivir ni en control ni en indulgencia de su mente. No viviendo en ninguno de los dos extremos es el dominio del bodhisattva. No el domino del individuo ordinario y no el dominio del santo, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio del mundo sin embargo no el dominio de las pasiones, tal es el dominio del bodhisattva.
Donde uno comprende la liberación, aun no entra en la liberación final y completa, allí es el dominio del bodhisattva. Donde los cuatro Maras se manifiestan, aun donde todos los trabajos de Mara son trascendidos, allí es el dominio del bodhisattva. Donde uno busca la gnosis de la omnisciencia, aun
no alcanza esas gnosis en el momento equivocado, allí es el dominio del bodhisattva. Donde uno conoce las Cuatro Verdades Santas, aun no realiza esas verdades en el momento equivocado, allí es el dominio del bodhisattva.
Un dominio de comprensión introspectiva, en el cual uno no detiene la reencarnación voluntaria en el mundo, tal es el dominio del bodhisattva. Un dominio donde uno realiza el no-nacimiento, y aun no se vuelve destinado a lo supremo, tal es el dominio del bodhisattva. Donde uno ve la relatividad sin entretener ninguna convicción, allí es el dominio del bodhisattva. Donde uno se asocia con todos los seres, y aun se mantiene libre de todos los instintos aflictivos, allí es el dominio del bodhisattva. Un dominio de soledad sin lugar para la extinción del cuerpo y la mente, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio del triple mundo, aun indivisible del reino supremo, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de vaciedad, aun uno cultiva todo tipo de virtudes, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de la carencia de signos, donde uno se mantiene en búsqueda de la liberación de todos los seres vivos, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio del no deseo, donde
uno voluntariamente manifiesta las vidas en el mundo, tal es el dominio del bodhisattva. Un dominio esencialmente sin emprendimiento, aun donde todas las raíces de virtud son emprendidas sin interrupción, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de las seis trascendencias, donde uno alcanza la trascendencia de pensamientos y acciones de todos los seres vivos, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de los seis súper conocimientos, donde las ilusiones no son agotadas, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de vivir por el santo Dharma, sin siquiera percibir ningún camino malo, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de los cuatro inconmensurables, donde uno no acepta renacer en el cielo de Brahma, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de las seis recordaciones, inafectadas por ninguna clase de engaño, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de la contemplación, meditación, y concentración, donde uno no reencarna en los reinos sin forma por la fuerza de esas meditaciones y concentraciones, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de los cuatro esfuerzos correctos, donde la dualidad de bien y mal no es aprehendida, tal es dominio del bodhisattva. El dominio de las cuatro bases de los poderes mágicos, donde ellos son amaestrados sin esfuerzo, tal es el dominio el bodhisattva. El dominio de las cinco facultades espirituales, donde uno conoce los grados de las facultades espirituales de los seres vivos, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de vivir con los cinco poderes, donde uno se deleita en los diez poderes del Tathagata, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de la perfección de los siete factores de iluminación, donde uno es hábil en el conocimiento de las distinciones intelectuales finas, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio del Santo Óctuple camino, donde uno de deleita en el ilimitado camino del Buda, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de la cultivación de la aptitud para la quiescencia mental y el análisis trascendental, donde uno no cae en el quietismo extremo, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de la realización de la naturaleza no nacida de todas las cosas, aun de la perfección del cuerpo, los signos y marcas auspiciosas, y los ornamentos del Buda, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de manifestar las actitudes de los discípulos y los sabios solitarios sin sacrificar las cualidades del Buda, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio de conformidad para todas las cosas expresamente puras en naturaleza mientras se manifiesta el comportamiento que se ajusta a las inclinaciones de todos los seres vivos, tal es el dominio del bodhisattva. Un dominio donde uno realiza que todos los campos de Buda son indestructibles y no creables, teniendo la naturaleza del espacio infinito, aun donde uno manifiesta el establecimiento de las cualidades de los campos de Buda en toda su variedad y magnitud, tal es el dominio del bodhisattva. El dominio donde uno hace girar la rueda del santo Dharma y manifiesta la magnificencia de la suprema liberación, aun nunca descuidando la carrera del bodhisattva, tal es el dominio del bodhisattva!”
Cuando Vimalakirti hubo hablado este discurso, ocho mil de los dioses en compañía del príncipe coronado Manjusri concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi.
6. La Liberación Inconcebible
En esto, el venerable Shariputra tuvo este pensamiento: “No hay ni siquiera una sola silla en esta casa. ¿Dónde irán a sentarse estos discípulos y bodhisattvas?”
El Licchavi Vimalakirti leyó el pensamiento del venerable Shariputra y dijo: “Reverendo Shariputra, ¿vino usted por el bien del Dharma? ¿O vino por el bien de una silla?”
Shariputra respondió: “Vine por el bien del Dharma, no por el bien de una silla”.
Vimalakirti continuó: “Reverendo Shariputra, aquel que está interesado en el Dharma no está interesado ni siquiera en su propio cuerpo, mucho menos en una silla. Reverendo Shariputra, aquel que está interesado en el Dharma no tiene interés en la forma, sensación, intelecto, motivación o conciencia. Él no tiene interés en esos agregados, o en los elementos, o en los sentidos. Interesado en el Dharma, él no tiene interés en el reino del deseo, el reino de la forma, o el reino inmaterial. Interesado en el Dharma, él no tiene interés en el apego al Buda, apego al Dharma, o apego a la Sangha. Reverendo Shariputra, aquel que está interesado en el Dharma no está interesado en reconocer el sufrimiento, abandonar su origen, comprender su cesación, o practicar el camino. ¿Por qué? El Dharma es finalmente sin formulación ni verbalización. Quien verbaliza: “el sufrimiento debe ser reconocido, el origen dependiente debe ser eliminado, la cesación debe ser comprendida, el camino debe ser practicado” no está interesado en el Dharma sino que está interesado en la verbalización. Reverendo
Shariputra, el Dharma es calmo y apacible. Aquellos que están enganchados en producción y destrucción no están interesados en el Dharma, no están interesados en la soledad, sino que están interesados en producción y destrucción. Más aun, reverendo Shariputra, el Dharma es sin mancha y libre de impureza. Aquel que está interesado en algo, aun en la liberación, no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en la mancha del deseo.
El Dharma no es un objeto. Aquel que persigue objetos no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en los objetos. El Dharma es sin aceptación ni rechazo. Aquel que se mantiene en las cosas o deja ir las cosas no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en mantener y dejar ir. El Dharma no es un refugio seguro. Aquel que disfruta de un refugio seguro no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en un refugio seguro. El Dharma es sin signos. Aquel cuya conciencia persigue signos no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en signos.
El Dharma no es una sociedad. Aquel que busca asociarse con el Dharma no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en la asociación. El Dharma no es una visión, un sonido, una categoría, o una idea. Aquel que está involucrado en visiones, sonidos, categorías o ideas no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en visiones, sonidos, categorías e ideas. Reverendo Shariputra, el Dharma es libre de cosas compuestas y cosas no compuestas. Aquel que adhiere a las cosas compuestas y a las cosas no compuestas no está interesado en el Dharma, sino que está interesado en adherir a cosas compuestas y cosas no compuestas. Por lo tanto, reverendo Shariputra, si estás interesado en el Dharma, no debes tener interés en nada”.
Cuando Vimalakirti hubo hablado este discurso, quinientos dioses obtuvieron la pureza del ojo del Dharma en el ver todas las cosas. Luego, el Licchavi Vimalakirti dijo al príncipe coronado Manjusri: “Manjusri, tu ya has estado en innumerables cientos de miles de campos de Buda a través de los universos en las diez direcciones. ¿En qué campo de Buda viste los mejores tronos de león de las cualidades más finas?
Manjusri respondió: “Noble señor, si uno cruza los campos de Buda hacia el Este, los cuales son más numerosos que todos los granos de arena de treinta y dos ríos Ganges, uno descubrirá un universo llamado Merudhvaja. Allí reside un Tathagata llamado Merupradiparaja. Su cuerpo mide ochenta y cuatro mil leguas de alto, y la altura de su trono es de seis mil ochocientos miles de leguas. Los bodhisattvas allí miden cuatro mil doscientos miles de leguas de alto y sus propios tronos miden tres mil cuatrocientos miles de leguas de altura. Noble señor, el más fino y más soberbio trono existe en aquel universo Merudhvaja, el cual es el campo de Buda del Tathagata
Merupradiparaja”.
En ese momento, el Licchavi Vimalakirti, habiéndose enfocado a sí mismo en la concentración, practicó un hecho milagroso tal que el Señor Tathagata Merupradiparaja, en el universo Merudhvaja, envió a ese universo tres mil doscientos miles de tronos. Esos tronos eran tan altos, espaciosos y hermosos que los bodhisattvas, grandes discípulos, Sakras, Brahmas, Lokapalas, y otros dioses nunca antes habían visto así. Los tronos descendían del cielo y llegaban a descansar en la casa del Licchavi Vimalakirti. Los tres mil doscientos tronos se acomodaron a sí mismos sin amontonarse y la casa parecía agrandarse a sí misma de acuerdo a eso. La gran ciudad de Vaisali no se volvió oscura; ni la tierra de Jambudvipa (o “tierra de los árboles jambu”, esta es una tierra poblada por gente con muy mal karma) ni el mundo de cuatro continentes. Todo lo demás aparecía exactamente como era antes.
Entonces, el Licchavi Vimalakirti dijo al joven príncipe Manjusri: “Manjusri, permite que los bodhisattvas se sienten sobre estos tronos, habiendo transformado sus cuerpos a un tamaño acorde!”
Entonces, aquellos bodhisattvas, quienes habían obtenido el súper conocimiento, transformaron sus cuerpos a una altura de cuatro mil doscientas leguas y se sentaron sobre los tronos. Pero los bodhisattvas principiantes no eran capaces de transformarse a sí mismos para sentarse sobre los tronos. Entonces, el Licchavi Vimalakirti enseñó a esos principiantes bodhisattvas una enseñanza que les permitió obtener los cinco súper conocimientos y, habiéndolos obtenido, ellos transformaron sus cuerpos a una altura de cuatro mil doscientas leguas y se sentaron sobre los tronos.
Pero aun los grandes discípulos no podían sentarse sobre los tronos. El Licchavi Vimalakirti dijo al reverendo Shariputra: “Reverendo Shariputra, tome asiento en un trono”.
Él respondió: “Buen señor, los tronos son demasiado altos y grandes, y yo no puedo sentarme sobre ellos”.
Vimalakirti dijo: “Reverendo Shariputra, inclínese ante el Tathagata Merupradiparaja, y usted podrá tomar su asiento.”
Entonces, los grandes discípulos se inclinaron ante el Tathagata Merupradiparaja y se sentaron sobre los tronos.
Luego, el venerable Shariputra dijo al Licchavi Vimalakirti: “Noble señor, es asombroso que estos miles de tronos, tan grandes y tan altos, debieran ajustarse a una casa tan pequeña y que la gran ciudad de Vaisali, las villas, ciudades, reinados, capitales de Jambudvipa, los otros tres continentes, las residencias de los dioses, los nagas, los yakshas, los gandharvas, los asuras, los garudas, los kimnaras y los mahoragas - que todos ellos aparecieran sin ningún obstáculo, así como eran antes!”
El Licchavi Vimalakirti respondió: “Reverendo Shariputra, para los Tathagatas y los bodhisattvas, hay una liberación llamada inconcebible. El bodhisattva que vive en la liberación inconcebible puede poner al rey de las montañas, Sumeru, que es tan grande, tan noble, y tan vasto, dentro de una semilla de mostaza. Él puede realizar este acto sin agrandar la semilla de mostaza y sin encoger el Monte Sumeru. Y las deidades de la asamblea de los cuatro Maharajas y de los cielos Trayastrimsa ni siquiera saben dónde están. Sólo aquellos seres que están destinados a ser disciplinados por milagros ven y comprenden el colocar al rey de las montañas, Sumeru, dentro de un grano de mostaza; ésta, reverendo Shariputra, es una entrada al dominio de la liberación inconcebible de los bodhisattvas. Más aun, reverendo Shariputra, el bodhisattva que vive en la liberación inconcebible puede verter en un solo poro de su piel todas las aguas de los cuatro grandes océanos, sin dañar a los animales acuáticos tales como el pez, las tortugas, los cocodrilos, las ranas, y otras criaturas, y sin que los nagas, yakshas, gandharvas y asuras sean siquiera conscientes de dónde están ellos. Y toda la operación es visible sin ningún daño o perturbación hacia aquellos seres vivos. Tal bodhisattva puede sacar con su mano derecha este universo galáctico de billones de mundos como si fuera una rueda de alfarero, y, haciéndola girar, echarla más allá de los universos tan numerosos como las arenas del Ganges, sin que los seres vivos incluidos conozcan su movimiento o el origen del mismo, y él puede tomarlo y ponerlo de nuevo en su lugar, sin que los seres vivos sospechen su ir y venir; y aun la operación total es visible. Más aun, reverendo Shariputra, hay seres que se vuelven disciplinados después de un inmenso periodo de evolución, y también están los que son disciplinados luego de un breve periodo de evolución. El bodhisattva que vive en la liberación inconcebible, por el bien de disciplinar a aquellos seres vivos que son disciplinados a través de innumerables periodos de evolución, puede hacer el paso de una semana como el paso de un Eón, y él puede hacer el paso de un Eón parecerse a una semana para aquellos que son disciplinados a través de un breve periodo de evolución. Los seres vivos que son disciplinados a través de un inconmensurable periodo de evolución realmente perciben una semana como el paso de un Eón, y aquellos disciplinados por un breve periodo de evolución realmente perciben un Eón como el paso de una semana. Así, un bodhisattva que vive en la liberación inconcebible puede manifestar todos los esplendores de las virtudes de todos los campos de Buda en un solo campo de Buda. Del mismo modo, él puede colocar a todos los seres vivos en la palma de su mano derecha y puede mostrarlos con la velocidad súper natural de pensamiento de todos los campos de Buda sin dejar nunca su propio campo de Buda. Él puede exhibir en un solo poro todas las ofrendas jamás ofrecidas a todos los Budas de las diez direcciones, y las órbitas de todos los soles, lunas y estrellas de las diez direcciones. Él puede inhalar todos los huracanes de las atmósferas del viento cósmico de las diez direcciones en su boca sin dañar su propio cuerpo y sin dejar que sean aplastados los bosques y las hierbas de los campos de Buda. Él puede tomar todas las masas de fuego de todas las supernovas que finalmente consumen todos los universos de todos los campos de Buda en su estómago sin interferir con sus funciones. Habiendo cruzado campos de Buda tan numerosos como las arenas del Ganges hacia abajo, y habiendo levantado un campo de Buda, él puede alzar a través de campos de Buda tan numerosos como las arenas del Ganges y colocarlos en la altura, así como un hombre fuerte puede levantar una hoja de jojoba en la punta de una aguja. Así, el bodhisattva que vive en la liberación inconcebible puede mágicamente transformar cualquier clase de ser vivo en un monarca universal, un Lokapala, un Sakra, un Brama, un discípulo, un sabio solitario, un bodhisattva, e incluso en un Buda. El bodhisattva puede transformar milagrosamente todos los gritos y ruidos, superiores, mediocres, e inferiores, de todos los seres vivos de las diez direcciones, en la voz del Buda, el Dharma y la Sangha, habiéndoles proclamado: “¡Impermanente! ¡Miserable! Vacío! ¡Sin yo! “Y él puede causarles que reciten las palabras y sonidos de todas las enseñanzas enseñadas por todos los Budas de las diez direcciones.
Reverendo Shariputra, te he mostrado sólo una pequeña parte de la entrada al dominio del bodhisattva que vive en la liberación inconcebible. Reverendo Shariputra, explicarte la enseñanza de la plena entrada en el dominio del bodhisattva que vive en la liberación inconcebible requeriría más de un Eón, y aun más que eso.”
Luego, el patriarca Maha Kasyapa, habiendo escuchado esta enseñanza de la liberación inconcebible de los bodhisattvas, fue maravillado, y le dijo al venerable Shariputra: “venerable Shariputra, si uno fuera a mostrar una variedad de cosas a una persona ciega de nacimiento, él no podría ser capaz de ver ni una cosa. De este modo, venerable Shariputra, cuando esta puerta de la liberación inconcebible es enseñada, todos los discípulos y sabios solitarios están sin visión, como el hombre ciego de nacimiento, y no pueden comprender ni siquiera una sola causa de liberación inconcebible. ¿Quién entre los sabios es el que, escuchando acerca de esta inconcebible liberación, no concibe el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi? Cómo para nosotros aquellas facultades están deterioradas, como una semilla podrida y quemada, ¿qué más podemos hacer si no nos volvemos receptivos a este gran vehículo?
¡Nosotros, todos los discípulos y sabios solitarios, al escuchar esta enseñanza del Dharma, deberíamos expresar un grito de arrepentimiento que pudiera sacudir este universo galáctico de billones de mundos! Y como para los bodhisattvas, cuando ellos escuchan acerca de esta inconcebible liberación ellos deben estar tan gozosos como un joven príncipe coronado cuando él toma la diadema y es ungido, y ellos deben incrementar hasta el máximo su devoción hacia esta liberación inconcebible. De hecho, ¿qué podría hacerle jamás el ejército entero de Maras a uno que está dedicado a esta liberación inconcebible?”
Cuando el patriarca Maha Kasyapa hubo expresado este discurso, treinta y dos mil dioses concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi.
Entonces el Licchavi Vimalakirti dijo al patriarca Maha Kasyapa: “Reverendo Maha Kasyapa, los Maras que hacen el mal en los innumerables universos de las diez direcciones son todos bodhisattvas residiendo en la liberación inconcebible, quienes están haciendo el mal en función de desarrollar a los seres vivos a través de su habilidad en técnica liberadora. Reverendo Maha Kasyapa, todos los mendigos miserables que acuden a los bodhisattvas de los innumerables universos de las diez direcciones a pedir una mano, un pie, una oreja, una nariz, algo de sangre, músculos, huesos, médula, un ojo, un torso, una cabeza, un miembro, un trono, un reinado, un país, una mujer, un hijo, una hija, un esclavo, una esclava, un caballo, un elefante, una carruaje, un carro, oro, plata, joyas, perlas, conchas, cristal, coral, berilio, tesoros, comida, bebida, elixires, y ropas - esos mendigos demandantes son usualmente bodhisattvas viviendo en la liberación inconcebible quienes, a través de sus habilidades en técnicas liberadoras, desean probar y así demostrar la firmeza de la gran resolución de los bodhisattvas. ¿Por qué? Reverendo Maha Kasyapa, los bodhisattvas demuestran esa firmeza por medio de austeridades terribles. Las personas ordinarias no tienen poder para ser así demandantes de los bodhisattvas, a menos que se les conceda la oportunidad. Ellos no son capaces de matar y privar de tal manera sin que se les dé libremente la oportunidad. Reverendo Maha Kasyapa, así como una luciérnaga no puede eclipsar la luz del sol, así reverendo Maha Kasyapa, no es posible sin permiso especial que una persona ordinaria pueda atacar así y privar a un bodhisattva. Reverendo Maha Kasyapa, así como un burro no podría lograr un ataque sobre un elefante salvaje, aun así, reverendo Maha Kasyapa, uno que no es él mismo un bodhisattva no puede atacar a otro bodhisattva, y sólo un bodhisattva puede tolerar el ataque de otro bodhisattva. Reverendo Maha Kasyapa, tal es la introducción al poder del conocimiento de la técnica liberadora de los bodhisattvas que viven en la liberación inconcebible”.
7. La Diosa
En esto, Manjusri, el príncipe coronado, se dirigió al Licchavi Vimalakirti: “Buen señor, ¿cómo debe un bodhisattva considerar a todos los seres vivos?”
Vimalakirti respondió: “Manjusri, un bodhisattva debe considerar a todos los seres vivos como un hombre sabio considera el reflejo de la luna en el agua, o como los magos consideran a los hombres creados por magia. Él debería considerarlos como si fueran como un rostro en un espejo; como el agua de un espejismo; como el sonido de un eco; como una masa de nubes en el cielo; como el momento previo de una bola de espuma; como la aparición y desaparición de una burbuja en el agua; como el núcleo de un árbol de plátano; como un flash o relámpago; como el quinto gran elemento; como el séptimo sentido; como la aparición de la materia en un reino inmaterial; como el brote de una semilla podrida; como un abrigo de pelo de tortuga; como la diversión de los juegos para uno que desea morir; como los puntos de vista egoístas de un vencedor de la corriente; como el tercer renacimiento de uno que regresa una vez; como el descenso de uno que no regresa al vientre; como la existencia del deseo, odio e ignorancia en un santo; como los pensamientos de avaricia, inmoralidad, retorcimiento y hostilidad en un bodhisattva que ha alcanzado la tolerancia; como los instintos de las pasiones en un Tathagata; como la percepción del color en un ciego de nacimiento; como la inhalación y la exhalación de un asceta absorto en la meditación de la cesación; como la huella de un pájaro en el cielo; como la erección de un eunuco; como el embarazo de una mujer estéril; como las pasiones no producidas de una encarnación emanada de un Tathagata; como las visiones de sueño vistas después de despertar; como las pasiones de uno que está libre de las conceptualizaciones; como el fuego ardiendo sin combustible; como la reencarnación de uno que ha obtenido la suprema liberación. Precisamente así, Manjusri, un bodhisattva que comprende la suprema carencia de yo considera a todos los seres”.
Manjusri luego preguntó más: “¿Noble señor, si un bodhisattva considera a todos los seres vivos de tal modo, ¿cómo genera él el gran amor hacia ellos?”
Vimalakirti respondió: “Manjusri, cuando un bodhisattva considera a todos los seres vivos de este modo, él piensa: “Así como he realizado el Dharma, así debería yo enseñarlo a todos los seres vivos”. Por lo tanto, él genera el amor que es verdaderamente un refugio para todos los seres vivos; el amor que es apacible porque está libre de apego; el amor que no es febril, porque es libre de pasiones; el amor que está e acuerdo con la realidad porque es ecuánime en todos los tres tiempos; el amor que es sin conflicto porque es libre de la violencia de las pasiones; el amor que es no dual porque no está involucrado ni con lo externo ni con lo interno; el amor que es imperturbable porque es totalmente supremo. Por lo tanto él genera el amor que es firme, es alta resolución indestructible, como un diamante; el amor que es puro, purificado en su naturaleza intrínseca; el amor que es parejo, siendo sus aspiraciones iguales; el santo amor que ha eliminado a su enemigo; el amor del bodhisattva que continuamente desarrolla a los seres vivos; el amor de los Tathagatas que comprende la realidad; el amor de Buda que causa a los seres vivos despertar de su sueño; el amor que es espontáneo porque es plenamente iluminada espontaneidad; el amor que es iluminación porque es unidad de experiencia; el amor que no tiene presunción porque ha eliminado el apego y la aversión; el amor que es gran compasión porque infunde al Mahayana con refulgencia; el amor que nunca es agotado porque conoce la vaciedad y la carencia de yo; el amor que es dar porque otorga el regalo del Dharma libre del puño apretado de un mal maestro; el amor que es moralidad porque mejora a los seres inmorales; el amor que es tolerancia porque protege tanto a sí mismo como a los demás; el amor que es esfuerzo porque toma responsabilidad por todos los seres vivos; el amor que es contemplación porque se abstiene de la indulgencia en los gustos; el amor que es sabiduría porque causa el logro en el momento apropiado; el amor que es técnica liberadora porque muestra el camino en todo sitio; el amor que es sin formalidad porque es puro en motivación; el amor que es sin desviación porque actúa desde la motivación decisiva; el amor que es gran resolución porque es sin pasiones; el amor que es sin engaño porque no es artificial; el amor que es felicidad porque introduce a los seres vivos a la felicidad del Buda. Tal, Manjusri, es el gran amor de un bodhisattva.”
Manjusri: ¿Cuál es la gran compasión del bodhisattva?
Vimalakirti: Es el dar de todas las raíces acumuladas de virtud a todos los seres vivos.
Manjusri: Cuál es el gran gozo del bodhisattva?
Vimalakirti: es estar gozoso y sin arrepentimiento en el dar.
Manjusri: ¿Cuál es la ecuanimidad del bodhisattva?
Vimalakirti: Es lo que beneficia a uno mismo y a los demás.
Manjusri: ¿A qué debería recurrir uno cuando está aterrorizado por el temor de vivir?
Vimalakirti: Manjusri, un bodhisattva que está aterrorizado por la vida debería recurrir a la magnanimidad del Buda.
Manjusri: ¿Dónde debería, el que desea recurrir a la magnanimidad del Buda, tomar su apoyo?
Vimalakirti: Él debería apoyarse en la ecuanimidad hacia todos los seres vivos.
Manjusri: ¿Dónde debería, aquel que desea apoyarse en la ecuanimidad hacia todos los seres vivos, tomar su apoyo?
Vimalakirti: Él debería vivir por la liberación de todos los seres vivos.
Manjusri: ¿Qué debería hacer aquel que desea liberar a todos los seres vivos?
Vimalakirti: Él debería liberarlos de sus pasiones.
Manjusri: ¿Cómo debería aquel que desea eliminar las pasiones aplicarse a sí mismo?
Vimalakirti: Él debería aplicarse a sí mismo apropiadamente.
Manjusri: ¿Cómo debería él aplicarse a sí mismo para “aplicarse apropiadamente?”
Vimalakirti: Él debería aplicarse a sí mismo a la no-producción y la no-destrucción.
Manjusri: ¿Qué es no-producido? ¿Y qué es no-destruido?
Vimalakirti: El mal no es producido y el bien no es destruido.
Manjusri: ¿Cuál es la raíz del bien y mal?
Vimalakirti: La materialidad es la raíz del bien y del mal.
Manjusri: ¿Cuál es la raíz de la materialidad?
Vimalakirti: El deseo es la raíz de la materialidad.
Manjusri: ¿Cuál es la raíz del deseo y el apego?
Vimalakirti: La construcción irreal es la raíz del deseo.
Manjusri: ¿Cuál es la raíz de la construcción irreal?
Vimalakirti: El falso concepto es su raíz.
Manjusri: ¿Cuál es la raíz del falso concepto?
Vimalakirti: la carencia de base.
Manjusri: ¿Cuál es la raíz de la carencia de base?
Vimalakirti: Manjusri, cuando algo es sin base, ¿cómo puede eso tener alguna raíz? Por lo tanto, todas las cosas se yerguen sobre la raíz, que es sin base.
En esto, una cierta diosa que vivía en aquella casa, habiendo escuchado esta enseñanza del Dharma de los grandes bodhisattvas heroicos, y siendo deleitada, complacida, gozado en demasía, se manifestó a sí misma en un cuerpo material y roció a los grandes héroes espirituales, los bodhisattvas, y los grandes discípulos con flores celestiales. Cuando las flores cayeron sobre los cuerpos de los bodhisattvas, ellas cayeron sobre el suelo, pero cuando cayeron sobre los cuerpos de los grandes discípulos, ellas se adhirieron a ellos y no cayeron. Los grandes discípulos sacudieron las flores e incluso intentaron usar sus poderes mágicos, pero aun las flores no se sacudían.
Entonces, la diosa dijo al venerable Shariputra, “reverendo Shariputra, ¿por qué sacudes estas flores?”
Shariputra respondió, “Diosa, estas flores no son propias para personas religiosas y entonces estamos intentando sacudírnoslas”.
La diosa dijo: “No digas eso, reverendo Shariputra. ¿Por qué? ¡Estas flores son propias de hecho! ¿Por qué? Tales flores no tienen ni pensamiento constructivo ni discriminación. Pero el anciano Shariputra tiene tanto pensamiento constructivo como discriminación.
Reverendo Shariputra, la impropiedad para uno que ha renunciado al mundo por la disciplina del correctamente enseñado Dharma consiste en el pensamiento constructivo y en la discriminación, y aun los ancianos están llenos de esos pensamientos. Uno que es sin tales pensamientos es siempre propio.
¡Reverendo Shariputra, mira cómo estas flores no se adhieren a los cuerpos de esos grandes héroes espirituales, los bodhisattvas! Esto es porque ellos han eliminado los pensamientos constructivos y las discriminaciones. Por ejemplo, los espíritus malos tienen poder sobre el hombre temeroso pero no pueden perturbar la no-temeridad. De este modo, aquellos intimidados por el temor del mundo están bajo el poder de formas, sonidos, olores, gustos, y texturas, que no perturban a aquellos que están libres de las pasiones inherentes al mundo constructivo. Así, esas flores se adhieren a los cuerpos de aquellos que no han eliminado sus instintos por las pasiones y no se adhieren a los cuerpos de aquellos que han eliminado sus instintos. Por lo tanto, las flores no se adhieren a los cuerpos de estos bodhisattvas, que han abandonado todos los instintos.”
Entonces el venerable Shariputra dijo a la diosa: “Diosa, ¿cuánto tiempo has estado en esta casa?”
La diosa respondió: “He estado aquí tanto tiempo como el anciano ha estado en liberación”.
Shariputra dijo: “Entonces, ¿has estado en esta casa por bastante tiempo?”
La diosa dijo: “¿Ha estado el anciano en liberación por bastante tiempo?”
En ese momento, Shariputra quedó en silencio.
La diosa continuó: “Anciano, tú eres el “más destacado de los sabios!” ¿Por qué no hablas? Ahora, cuando es tu turno, no respondes la pregunta.”
Shariputra: Dado que la liberación es inexpresable, diosa, yo no sé qué decir.
Diosa: Todas las sílabas pronunciadas por el anciano tienen la naturaleza de la liberación. ¿Por qué? La liberación no es ni interna ni externa, ni puede ser aprehendida aparte de estos. De este modo, sílabas no son ni internas ni externas, ni pueden ser ellas aprehendidas en ningún otro sitio. Por lo tanto, reverendo Shariputra, ¡no apuntes hacia la liberación por abandonar el habla! ¡La santa liberación es la igualdad de todas las cosas!
Shariputra: Diosa, ¿no es la liberación la libertad del deseo, odio e ignorancia?
Diosa: “La liberación es la libertad del deseo, odio, e ignorancia”, ésta es la enseñanza del excesivamente orgulloso. Pero aquellos libres de orgullo son enseñados en que la verdadera naturaleza del deseo, odio e ignorancia es en sí misma liberación.
Shariputra: ¡Excelente! ¡Excelente, diosa! ¿Dinos, qué has obtenido, qué has comprendido, que tienes semejante elocuencia?
Diosa: No he obtenido nada, reverendo Shariputra. Yo no tengo comprensión. Por lo tanto tengo semejante elocuencia. ¡Cualquiera que piense “he obtenido! ¡He comprendido! Es demasiado orgulloso en la disciplina del bien enseñado Dharma.
Shariputra: Diosa, ¿perteneces al vehículo del discípulo, al vehículo solitario, o al gran vehículo?
Diosa: Yo pertenezco al vehículo del discípulo cuando lo enseño a aquellos que lo necesitan. Yo pertenezco al vehículo solitario cuando enseño los doce eslabones del origen dependiente a aquellos que los necesitan. Y, dado que nunca abandono la gran compasión, pertenezco al gran vehículo, ya que todos necesitan esa enseñanza para obtener la liberación suprema. Sin embargo, reverendo Shariputra, así como uno no puede oler la planta de castor en un árbol de magnolia, sino sólo las flores de magnolia, así, reverendo Shariputra, viviendo en esta casa, la cual está exultante con el perfume de las virtudes de las cualidades del Buda, uno no huele el perfume de los discípulos y los sabios solitarios. Reverendo Shariputra, los Sakras, los Brahmas, los Lokapalas, los devas, nagas, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kimnaras y mahoragas que viven en esta casa escuchan el Dharma de la boca de este santo hombre y, seducidos por el perfume de las virtudes de las cualidades del Buda, prosiguen hasta concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Reverendo Shariputra, he estado en esta casa durante doce años, y no he escuchado discursos concernientes a los discípulos y a los sabios solitarios sino que he escuchado sólo aquellos concernientes al gran amor, la gran compasión, y las inconcebibles cualidades del Buda. Reverendo Shariputra, ocho cosas extrañas y maravillosas se manifiestas a sí mismas constantemente en esta casa. ¿Cuáles son esas ocho? Una luz de matiz dorado brilla aquí constantemente, tan brillante que es difícil distinguir el día de la noche; y ni la luna ni el sol brillan aquí con claridad. Esta es la primera maravilla de esta casa. Más aun, reverendo Shariputra, quienquiera que entre en esta casa no es más agobiado por sus pasiones desde el momento en que está adentro. Esta es la segunda cosa extraña y maravillosa. Más aun, reverendo Shariputra, esta casa nunca es abandonada por Sakra, Brahma, los Lokapalas y los bodhisattvas de todos los otros campos de Buda. Esta es la tercera cosa extraña y maravillosa. Más aun, reverendo Shariputra, esta casa nunca está vacía de los sonidos del Dharma, el discurso sobre las seis trascendencias, y los discursos de la irreversible rueda del Dharma. Esta es la cuarta cosa extraña y maravillosa. Más aun, reverendo Shariputra, en esta casa uno siempre oye los ritmos, canciones, y música de dioses y hombres, y desde esta música constantemente resuena el sonido del infinito Dharma de Buda. Esta es la quinta cosa extraña y maravillosa. Más aun, reverendo Shariputra, en esta casa hay siempre cuatro inagotables tesoros, repletos de toda clase de joyas, que nunca decrecen, si bien todos los pobres y miserables pueden participar a su satisfacción. Esta es la sexta cosa extraña y maravillosa. Más aun, reverendo Shariputra, a voluntad de este buen hombre, a esta casa llegan innumerables Tathagatas de las diez direcciones, tales como los Tathagatas Shakyamuni, Amitabha, Aksobhya, Ratnasri, Ratnarcis, Ratnacandra, Ratnavyuha, Dusprasaha, Sarvarthasiddha, Ratnabahula, Simhakirti, Simhasvara, y así en más; y cuando ellos llegan enseñan la puerta del Dharma llamada “Los secretos de los Tathagatas” y luego parten. Esta es la séptima cosa extraña y maravillosa. Más aun, reverendo Shariputra, todos los esplendores de las residencias de los dioses y todos los esplendores de los campos de los Budas brillan sucesivamente en esta casa. Esta es la octava cosa extraña y maravillosa. Reverendo Shariputra, esas ocho cosas extrañas y maravillosas son vistas en esta casa. ¿Quién entonces, viendo tales cosas inconcebibles, creería en las enseñanzas de los discípulos?
Shariputra: Diosa, ¿qué te impide transformarte a ti misma fuera de tu estado femenino?
Diosa: Si bien he buscado mi “estado femenino” por estos doce años, aun no lo he encontrado. Reverendo Shariputra, si un mago fuera a encarnar una mujer por arte de magia, le preguntarías “¿qué te impide transformarte a ti misma fuera de tu estado femenino?”
Shariputra: ¡No! Tal mujer no existiría realmente, así que, ¿qué habría que transformar?
Diosa: Exactamente así, reverendo Shariputra, todas las cosas no existen realmente. Ahora, pensarías “¿qué le impide a uno cuya naturaleza es aquella de una encarnación mágica transformarse a sí misma fuera de su estado femenino?”
En esto, la diosa empleó su poder mágico para causar que el anciano Shariputra apareciera en la forma de ella y causarle a ella aparecer en la forma de él. Entonces la diosa, transformada en Shariputra, dijo a Shariputra transformado en la diosa: “reverendo Shariputra, ¿qué te impide transformarte a ti mismo fuera de tu estado femenino?”
Y Shariputra, transformado en la diosa, respondió “ya no aparezco en la forma de un hombre! ¡Mi cuerpo ha cambiado en el cuerpo de una mujer! ¡No sé qué transformar!”
La diosa continuó: “Si el anciano pudiera de nuevo cambiar fuera del estado femenino, entonces todas las mujeres podrían también cambiar fuera de su estado femenino. Todas las mujeres aparecen en la forma de mujeres del mismo modo en que el anciano aparece en la forma de una mujer. Mientras ellas no son mujeres en realidad, ellas aparecen en la forma de mujeres. Con esto en mente, el Buda dijo: “en todas las cosas, no hay ni hombre ni mujer”.
Entonces la diosa liberó su poder mágico y cada uno regresó a su forma ordinaria. Ella entonces le dijo a él:
Reverendo Shariputra, ¿qué has hecho con tu forma femenina?
Shariputra: Ni la hice, ni la cambié.
Diosa: exactamente así, todas las cosas son ni hechas ni cambiadas, y el que ellas no sean ni hechas ni cambiadas, ésa es la enseñanza del Buda.
Shariputra: Diosa, ¿dónde nacerás cuando trasmigres después de la muerte?
Diosa: Yo naceré donde todas las mágicas encarnaciones del Tathagata son nacidas.
Shariputra: Pero las emanaciones encarnadas del Tathagata no trasmigran ni son nacidas.
Diosa: Todas las cosas y seres vivos son exactamente así; ¡ellos no trasmigran ni son nacidos!
Shariputra: Diosa, ¿qué tan pronto obtendrás la perfecta iluminación de la Budeidad?
Diosa: En ese momento tú, anciano, te volverás adornado una vez más con las cualidades de un individuo ordinario, entonces yo obtendré la iluminación perfecta de la Budeidad.
Shariputra: Diosa, es imposible que yo me vuelva adornado una vez más con las cualidades de un individuo ordinario.
Diosa: justo así, reverendo Shariputra, es imposible que yo deba obtener la perfecta iluminación de la Budeidad! ¿Por qué? Porque la perfecta iluminación se yergue sobre lo imposible. Porque es imposible, nadie obtiene la perfecta iluminación de la Budeidad.
Shariputra: Pero el Tathagata ha declarado: “Los Tathagatas, que son tan numerosos como las arenas del Ganges, han obtenido la perfecta Budeidad, están obteniendo la perfecta Budeidad, y seguirán obteniendo la perfecta Budeidad.”
Diosa: Reverendo Shariputra, la expresión: “los Budas del pasado, presente y futuro” es una expresión convencional hecha de cierto número de sílabas. Los Budas no son ni pasado, ni presente ni futuro. Su iluminación trasciende los tres tiempos! Pero dime, ¿anciano, has obtenido la santidad?
Shariputra: Es obtenida, porque no hay obtención.
Diosa: exactamente así, hay perfecta iluminación porque no hay obtención de la iluminación perfecta.
Entonces el Licchavi Vimalakirti dijo al venerable anciano Shariputra: “Reverendo Shariputra, esta diosa ya ha servido a noventa y dos millones de Budas. Ella actúa con el súper conocimiento. Ella verdaderamente ha tenido éxito en todos sus votos. Ha ganado la tolerancia del no-nacimiento de las cosas. Ella ha obtenido realmente irreversibilidad. Ella puede vivir dondequiera que desee sobre la fuerza de su voto de desarrollar a todos los seres vivos”.
8. La familia de los Tathagatas
Entonces, el príncipe coronado Manjusri dijo al Licchavi Vimalakirti: “Noble señor, ¿cómo sigue el bodhisattva el camino para obtener las cualidades del Buda?”
Vimalakirti respondió: “Manjusri, cuando el bodhisattva sigue el camino equivocado, él sigue el camino para obtener las cualidades del Buda”.
Manjusri continuó: “¿Cómo sigue el bodhisattva el camino equivocado?”
Vimalakirti respondió: “Aunque él practique los cinco pecados mortales, él no siente malicia, violencia u odio. Aunque caiga en los infiernos, él permanece libre de toda mancha de pasiones. Aunque él vaya a los estados de animales, permanece libre de la oscuridad y la ignorancia. Cuando él va a los estados de los asuras, permanece libre de orgullo, engaño, y arrogancia. Cuando él va al reino del señor de la muerte, acumula los almacenes de mérito y sabiduría. Cuando él va a los estados de inmovilidad e inmaterialidad, no se disuelve allí. Él puede seguir los caminos del deseo, y aun permanece libre del apego a los goces del deseo. Él puede seguir los caminos del odio, y aun no siente rabia hacia cualquier ser vivo. Él puede seguir los caminos de la locura, y aun estar siempre consciente con la sabiduría de la comprensión firme. Él puede seguir los caminos de la avaricia, y aun devolver todas las cosas internas y externas sin considerar incluso su propia vida. Él puede seguir los caminos de la inmoralidad, y aun, viendo el horror de incluso la mínima transgresión, él vive mediante las prácticas ascéticas y austeridades.
Él puede seguir los caminos de la perversión y la rabia, y aun permanecer completamente libre de malicia y vivir por amor. Él puede seguir los caminos de la pereza, y aun sus esfuerzos son continuos y sin interrupción mientras se esfuerza en el cultivo de raíces de virtud. Él puede seguir los caminos de las distracciones sensuales, y aun, naturalmente concentrado, su contemplación no es disipada. Él puede seguir los caminos de la falsa sabiduría, y aun, habiendo alcanzado la trascendencia de la sabiduría, es experto en todas las ciencias mundanas y trascendentales. Él puede mostrar los caminos de sofistería y contención, y aun está siempre consciente del significado supremo y ha perfeccionado el uso de las técnicas liberadoras. Él puede mostrar los caminos de orgullo, y aun sirve de puente y de balsa para toda la gente. Él puede mostrar los caminos de las pasiones, y aun es completamente desapasionado y naturalmente puro. Él puede seguir los caminos de Mara, y aun no acepta realmente su autoridad en consideración a su conocimiento de las cualidades de Buda. Él puede seguir los caminos de los discípulos, y aun permite que los seres vivos escuchen las enseñanzas que ellos no han oído antes. Él puede seguir los caminos de los sabios solitarios, y aun inspirado con gran compasión en función de desarrollar a todos los seres vivos. Él puede seguir los caminos del pobre, y aun mantiene en su mano una joya de inagotable riqueza. Él puede seguir los caminos de los tullidos, y aun está bien y bellamente adornado con los signos y marcas auspiciosas. Él puede seguir los caminos de aquellos de nacimiento bajo, y aun, a través de su acumulación de almacenes de mérito y sabiduría, nace en la familia de los Tathagatas. Él puede seguir los caminos del débil, el feo, y el miserable, y aun es bello al mirarlo, y su cuerpo es como aquel de Narayana. Él puede manifestar a los seres vivos los caminos del enfermo y el infeliz, y aun ha conquistado enteramente y trascendido el temor de la muerte. Él puede seguir los caminos del rico, y aun ser sin adquisividad y reflexionar frecuentemente acerca de la noción de la impermanencia. Él puede mostrarse a sí mismo comprometido en bailar con mujeres de harén, y aun de hiende en la soledad, habiendo cruzado el pantano del deseo. Él sigue los caminos del tonto y el incoherente, y aun, habiendo adquirido el poder de los encantamientos, es adornado con una variada elocuencia. Él sigue los caminos del heterodoxo sin jamás volverse heterodoxo. Él sigue los caminos del mundo entero, y aun invierte todos los estados de existencia. Él sigue el camino de liberación sin jamás abandonar el progreso del mundo. Manjusri, así sigue el bodhisattva los caminos erróneos, por consiguiente siguiendo las cualidades del Buda”.
Entonces, el Licchavi Vimalakirti dijo al príncipe coronado Manjusri: “Manjusri, ¿qué es la “familia de los Tathagatas?”
Manjusri respondió: “Noble señor, la familia de los Tathagatas consiste en todo el egoísmo básico; en la ignorancia y la sed por la existencia; en lujuria, odio, y locura; en los cuatro malentendidos, las cinco oscuridades, los seis sentidos, las siete residencias de la conciencia, los ocho falsos caminos, las nueve causas de irritación, en los caminos de los diez pecados. Tal es la familia de los Tathagatas. ¡En suma, noble señor, las sesenta y dos clases de convicciones constituyen la familia de los Tathagatas!”
Vimalakirti: Manjusri, ¿con qué en mente dices eso?
Manjusri: Noble señor, uno que está en la determinación fijada de la visión de lo no-creado no es capaz de concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Sin embargo, uno que vive entre las cosas creadas, en las mismas de las pasiones, sin ver ninguna verdad, es de hecho capaz de concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Noble señor, las flores como el loto azul, el loto rojo, el loto blanco, el lirio de agua, y el lirio de luna no crecen sobre la tierra seca en lo salvaje, sino que crecen en estanques y riberas de fango. Exactamente así, las cualidades de Buda no crecen en los seres vivos ciertamente destinados para lo increado sino que crecen en aquellos seres vivos que son como estanques y riberas de fango de las pasiones. De este modo, como las semillas no crecen en el cielo sino que crecen en la tierra, así las cualidades de Buda no crecen en aquellos determinados para lo absoluto sino que crecen en aquellos que conciben el espíritu de iluminación, después de haber producido una montaña como el Sumeru de puntos de vista egoístas. Noble señor, a través de estas consideraciones uno puede comprender que todas las pasiones constituyen la familia de los Tathagatas.
Por ejemplo, noble señor, sin salir al gran océano es imposible encontrar perlas preciosas, invalorables. De este modo, sin salir al océano de las pasiones, es imposible obtener la mente de omnisciencia.
Entonces, el anciano Mahakasyapa aplaudió al príncipe coronado Manjusri: “¡Bien! ¡Bien Manjusri! ¡Esto es de hecho bien dicho! ¡Esto es correcto! Las pasiones de hecho constituyen la familia de los Tathagatas. ¿Cómo pueden aquellos como nosotros, los discípulos, concebir el espíritu de iluminación, o volverse plenamente iluminados en consideración a las cualidades del Buda? ¡Sólo aquellos culpables de los cinco pecados mortales pueden concebir el espíritu de iluminación y pueden obtener la Budeidad, la cual es la plena culminación de las cualidades del Buda! Así como, por ejemplo, los cinco objetos del deseo no tienen efecto o impresión sobre aquellos privados de facultades, aun así todas las cualidades del Buda no tienen impresión o efecto sobre los discípulos, quienes han abandonado todas las adherencias. Así, los discípulos nunca pueden apreciar aquellas cualidades. Por lo tanto, Manjusri, el individuo ordinario es agradecido al Tathagata, pero los discípulos no son agradecidos. ¿Por qué? Los individuos ordinarios, al aprender de las virtudes del Buda, conciben el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi, para asegurar la continuidad sin interrupción de la herencia de los Tres Tesoros; pero los discípulos, si bien ellos pueden escuchar de las cualidades, poderes y no-temeridad del Buda hasta el fin de sus días, no son capaces de concebir el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi.
En esto, el bodhisattva Sarvarupasamdarsana, quien estaba presente en aquella asamblea, se dirigió al Licchavi Vimalakirti: “Dueño de casa, ¿dónde están su padre y su madre, sus hijos, su mujer, sus siervos, sus amas de llave, sus trabajadores, y sus asistentes? ¿Dónde están sus amigos, sus parientes, y sus familiares? ¿Dónde están sus sirvientes, sus caballos, sus elefantes, sus carruajes, sus guardaespaldas y sus mensajeros?”
Así preguntado, el Licchavi Vimalakirti dijo los siguientes versos al bodhisattva Sarvarupasamdarsana:
De los verdaderos bodhisattvas,
La madre es la trascendencia de la sabiduría,
El padre es la habilidad en técnica liberadora;
Los Guías son nacidos de tales padres.
Su esposa es el gozo en el Dharma,
Amor y compasión son sus hijas,
El Dharma y la verdad son sus hijos;
Y su hogar es el profundo pensamiento sobre el significado de la vaciedad.
Todas las pasiones son sus discípulos,
Controladas a voluntad.
Sus amigos son las ayudas para la iluminación;
De ese modo ellos realizan la suprema iluminación.
Sus compañeros, siempre con ellos,
Son las seis trascendencias.
Sus consortes son los medios de unificación,
Su música es la enseñanza del Dharma.
Los encantamientos hacen su jardín,
El cual florece con las flores de los factores de iluminación,
Con árboles de la gran riqueza del Dharma,
Y frutos de la gnosis de liberación.
Su piscina consiste en las ocho liberaciones,
Llena con el agua de la concentración,
Cubierta con los lotos de las siete impurezas.
Quienes se bañan allí se vuelven inmaculados.
Sus mensajeros son los seis súper conocimientos.
Su vehículo es el insuperable Mahayana,
su conductor es el espíritu de iluminación,
Y su camino es la paz óctuple.
Sus ornamentos son los signos auspiciosos,
Y las ocho marcas;
Su guirnalda es la aspiración virtuosa,
Y su vestimenta es la buena conciencia y la consideración.
Su riqueza es el santo Dharma,
Y su negocio es su enseñanza.
Su gran ingreso es la práctica pura,
Y está dedicada a la suprema iluminación.
Su cama consiste en las cuatro contemplaciones,
Y su sobrecama es el medio de vida puro.
Y su despertar consiste en la gnosis,
La cual es constante aprendizaje y meditación.
Su comida es la ambrosía de las enseñanzas,
Y su bebida es el jugo de la liberación.
Su baño es la aspiración pura,
Y la moralidad su ungüento y perfume.
Habiendo conquistado las pasiones enemigas,
Ellos son héroes invencibles.
Habiendo sometido a los cuatro Maras,
Ellos elevan su estandarte sobre el campo de la iluminación.
Ellos manifiestan el nacimiento voluntariamente,
Y aun no son nacidos, si son originados.
Ellos brillan en todos los campos de los Budas,
Así como el sol naciente.
Si bien ellos adoran a los Budas por millones,
Con cada ofrenda concebible,
Ellos nunca residen en la mínima diferencia
Entre los Budas y ellos mismos.
Ellos viajan a través de todos los campos de Buda
Para traer beneficio a los seres vivos,
Y aun ven esos campos como sólo espacio vacío,
Libres de cualquier noción conceptual de “seres vivos”.
Los bodhisattvas sin temor pueden manifestar,
Todos en un solo instante,
Las formas, sonidos y maneras de comportamiento
De todos los seres vivos.
Si bien ellos reconocen los actos de Mara,
Ellos pueden llevarse bien aun con esos Maras
Porque aun tales actividades pueden ser manifestadas
Por aquellos perfeccionados en técnica liberadora.
Ellos actúan con manifestaciones ilusorias
Para desarrollar a los seres vivos,
Mostrándose a sí mismos como viejos o enfermos,
Y aun manifestando sus propias muertes.
Ellos demuestran el ardor de la tierra
En las llamas consumidoras del fin del mundo,
Para demostrar la impermanencia
A los seres vivos con la noción de permanencia.
Invitados por cientos de miles de seres vivos,
Todos en el mismo país,
Ellos toman parte de las ofrendas en las casas de todos,
Y lo dedican todo al bien de la iluminación.
Ellos son excelentes en todas las ciencias esotéricas,
Y en las varias artesanías diferentes,
Y producen la felicidad
De todos los seres vivos.
Dedicándose ellos mismos como monjes,
Para todas las sectas extrañas del mundo,
Ellos desarrollan a todos los seres vivos
Que se han apegado a puntos de vista dogmáticos.
Ellos pueden volverse soles o lunas,
Indras o Brahmas, o señores de criaturas,
Ellos pueden volverse fuego o agua
O tierra o viento.
Durante los cortos eones de enfermedades,
Ellos se vuelven la mejor medicina santa;
Ellos hacen a los seres buenos y felices,
Y les traen su liberación.
Durante los cortos eones de hambre,
Elles se vuelven comida y bebida.
Habiendo primero aliviado la sed y el hambre,
Ellos enseñan el Dharma a los seres vivos.
Durante los cortos eones de espadas,
Ellos meditan sobre el amor,
Introduciendo a la no-violencia
A cientos de millones de seres vivos.
En medio de grandes batallas
Ellos permanecen imparciales a ambos lados;
Porque los bodhisattvas de gran fuerza
Se deleitan en la reconciliación del conflicto.
Para ayudar a los seres vivos,
Voluntariamente descienden a los infiernos,
Que están adheridos a todos los inconcebibles campos de Buda.
Ellos manifiestan sus vidas
En todas las especies del reino animal,
Enseñando el Dharma en todo sitio.
Así ellos son llamados “líderes”.
Ellos exhiben gozo sensual a los mundanos,
Y trances al meditativo.
Ellos conquistan completamente a los Maras,
Y no les dan oportunidad de prevalecer.
Así como puede ser demostrado que un loto
No puede existir en el centro de un fuego,
Así ellos muestran la realidad suprema
Tanto de placeres como de trances.
Ellos se vuelven cortesanas intencionalmente
Para ganar a los hombres,
Y, habiéndolos atrapado con el anzuelo del deseo,
Ellos los establecen en la gnosis del Buda.
Para ayudar a los seres vivos,
Ellos siempre se vuelven jefes,
Capitanes, sacerdotes y ministros
O incluso primeros ministros.
Por el bien de los pobres,
Ellos se vuelven tesoros inagotables,
Causando que aquellos a quienes ellos dieron sus regalos
Conciban el espíritu de iluminación.
Ellos se vuelven campeones invencibles,
Por el bien del orgullo y la vanidad,
Y habiendo conquistado todo su orgullo,
Ellos comienzan su búsqueda de iluminación.
Ellos siempre se ubican a la cabeza
De aquellos aterrorizados por el miedo,
Y, habiendo otorgado la no-temeridad a ellos,
Los desarrollan hacia la iluminación.
Ellos se vuelven grandes hombres santos,
Con el súper conocimiento y la continencia pura,
Y así inducen a los seres vivos a la moralidad
De la tolerancia, amabilidad y disciplina.
Aquí en el mundo, ellos sin temor sostienen
A aquellos que son maestros para ser servidos,
Y se vuelven sus sirvientes o esclavos,
O sirven como sus discípulos.
Bien entrenados en técnica liberadora,
Ellos demuestran todas las actividades,
Cualquiera que posiblemente pueda ser un medio
Para hacer que los seres se deleiten en el Dharma.
Sus prácticas son infinitas;
Y sus esferas de influencia son infinitas;
Habiendo perfeccionado una sabiduría infinita,
Ellos liberan una infinidad de seres vivos.
Aun para los Budas en sí mismos,
Durante un millón de eones,
O incluso cien millones de eones,
Sería difícil de expresar todas sus virtudes.
Excepto para algunos seres vivos inferiores,
Sin ninguna inteligencia en absoluto,
Hay alguien con algún discernimiento
Que, habiendo escuchado esta enseñanza,
¿No desearía la suprema iluminación?
9. La Puerta del Dharma de la No-Dualidad
Entonces, el Licchavi Vimalakirti preguntó a esos bodhisattvas: “¡Buenos señores, por favor expliquen cómo entran los bodhisattvas en la puerta del Dharma de la no-dualidad!”
El bodhisattva Dharmavikurvana declaró: “Noble señor, producción y destrucción son dos, pero lo que no es producido y no ocurre no puede ser destruido. Así la obtención de la tolerancia del no-nacimiento de las cosas es la entrada a la no-dualidad.”
El bodhisattva Srigandha declaró: “Yo y mío son dos. Si no hay presunción de un yo, no habrá posesión. Así, la ausencia de presunción es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Srikuta declaró: “Engaño y purificación son dos. Cuando hay completo conocimiento del engaño, no habrá engaño acerca de la purificación. El camino que lleva a la conquista completa de todos los engaños es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Bhadrajyotis declaró: “Distracción y atención son dos. Cuando no hay distracción, no habrá atención, ni referencia, ni intensidad mental. Así, la ausencia de la intensidad mental es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Subahu declaró: “Espíritu de bodhisattva y espíritu de discípulo son dos. Cuando ambos son vistos como semejantes a un espíritu ilusorio, no hay espíritu de bodhisattva, ni ningún espíritu de discípulo. Así, la igualdad de naturalezas de espíritus es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Animiza declaró: “Aferrar y no aferrar son dos. Lo que no es aferrado no es percibido, y lo que no es percibido no es tampoco presumido ni repudiado. Así, la inacción y no involucramiento de todas las cosas es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Sunetra declaró: “Unicidad y carencia de carácter son dos. No presumir o construir algo es ni establecer su unicidad ni establecer su carencia de carácter. Penetrar la igualdad de estos dos es entrar la no-dualidad”.
El bodhisattva Tisya declaró: “Bien y mal son dos. No buscar ni el bien ni el mal, la comprensión de la no-dualidad de lo significante y lo sin sentido es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Simha declaró: “Pecaminosidad y carencia de pecado son dos. Por medio de la sabiduría de diamante que penetra hasta lo vivo, no estar atado o liberado es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Simhamati declaró: “Decir: esto es impuro y esto es inmaculado, hacen la dualidad. Uno que, obteniendo la ecuanimidad, no forma concepción de impureza o perfección, e incluso no completamente sin concepción, tiene ecuanimidad sin ningún logro de ecuanimidad - él entra en la ausencia de nudos conceptuales. Así, él entra en la no-dualidad”.
El bodhisattva Suddhadhimukti declaró: “Decir: esto es felicidad y esto es miseria es dualismo. Uno que está libre de todas las calculaciones, a través de la extrema pureza de la gnosis -su mente es apartada, como el espacio vacío; y así él entra en la no-dualidad”.
El bodhisattva Narayana declaró: “Decir esto es mundano y esto es trascendental es dualismo. Este mundo tiene la naturaleza de la vaciedad, así que no hay ni trascendencia ni involucramiento, ni progreso ni quedarse quieto. Así, ni trascender ni estar involucrado, ni avanzar ni detenerse – esta es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Dantamati declaró: “Vida y liberación son dualísticas. Habiendo visto la naturaleza de la vida, uno ni pertenece a ella ni está completamente liberado de ella. Tal comprensión es la entrada a la nodualidad”.
El bodhisattva Pratyaksadarsana declaró: “Destructible e indestructible son dualísticos. Lo que es destruido es finalmente destruido. Lo que es finalmente destruido no se vuelve destruido; así, es llamado indestructible. Lo que es indestructible es instantáneo, y lo que es instantáneo es indestructible. La experiencia tal es llamada la entrada al principio de no-dualidad”.
El bodhisattva Parigudha declaró: “Yo y carencia de yo son dualísticos. Dado que la existencia del yo no puede ser percibida, ¿qué hay para ser llamado sin yo? Así, el no-dualismo de la visión de su naturaleza es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Vidyuddeva declaró: “Conocimiento e ignorancia son dualísticos. Las naturalezas de ignorancia y conocimiento son las mismas, porque la ignorancia es indefinida, incalculable, y más allá de la esfera del pensamiento. La realización de esto es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Priyadarsana declaró: “Materia en sí misma es vacía. La vaciedad no resulta de la destrucción de la materia, sino que la naturaleza de la materia es en sí misma vaciedad. Por lo tanto, hablar de la vaciedad por un lado, y de la materia, o de la sensación, o del intelecto, o de la motivación, o de la conciencia por el otro, es enteramente dualístico. La conciencia en sí misma es vacía. La vaciedad no resulta de la destrucción de la conciencia, sino que la naturaleza de la conciencia en sí misma es vaciedad. Tal comprensión de los cinco agregados compulsivos y del conocimiento de ellos como tales por medio de la gnosis es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Prahaketu declaró: “Decir que los cuatro elementos principales son una cosa y el elemento etéreo del espacio es otra, es dualístico. Los cuatro elementos principales son en sí mismos la naturaleza del espacio. El pasado en sí mismo es también la naturaleza del espacio. El futuro en sí mismo es también la naturaleza del espacio. Del mismo modo, el presente en sí mismo es también la naturaleza del espacio. La gnosis que penetra los elementos de tal modo es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Pramati declaró: “Ojo y forma son dualísticos. Comprender el ojo correctamente, y no tener apego, aversión, o confusión en consideración a la forma - eso es llamado paz. Del mismo modo, “oreja” y “sonido”, “nariz” y “olor”, “lengua” y “gusto”, “cuerpo” y “textura”, y “mente” y “fenómenos” - todos son dualísticos. Pero conocer la mente, y no estar ni apegado, ni con aversión, ni confundido con relación a los fenómenos - eso es llamado paz. Vivir en tal paz es entrar en la no-dualidad.”
El bodhisattva Aksayamati declaró: “La dedicación de la generosidad por el bien de la obtención de la omnisciencia es dualística. La naturaleza de la generosidad es en sí misma omnisciencia, y la naturaleza de la omnisciencia en sí misma es total dedicación. Del mismo modo, es dualístico dedicar la moralidad, la tolerancia, el esfuerzo, la meditación, y la sabiduría al bien de la omnisciencia. La omnisciencia es la naturaleza de la sabiduría, y la total dedicación es la naturaleza de la omnisciencia. Así, la entrada en este principio de singularidad es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Gambhiramati declaró: “Es dualístico decir que la vaciedad es una cosa, la carencia de signos otra, y la carencia de deseos aun otra. Lo que es vacío no tiene signo. Lo que no tiene signo no tiene deseo. Donde no hay deseo no hay proceso de pensamiento, mente o conciencia. Ver las puertas de todas las liberaciones en la puerta de una liberación es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Santendriya declaró: “Es dualístico decir Buda, Dharma, y Sangha. El Dharma en sí mismo es la naturaleza de Buda, la Sangha en sí misma es la naturaleza del Dharma, y todos ellos son no-compuestos. Lo no-compuesto es espacio infinito, y los procesos de todas las cosas son equivalentes al infinito espacio. Adaptarse a esto es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Apratihatanetra declaró: “Es dualístico referirse a agregados y a la cesación de los agregados. Los agregados en sí mismos son cesación. ¿Por qué? Los puntos de vista egoístas de los agregados, siendo no producidos ellos mismos, no existen finalmente. Por lo tanto tales puntos de vista realmente no conceptualizan “estos son agregados” o “esos agregados cesan”. Finalmente, ellos no tienen tales construcciones discriminatorias ni tales conceptualizaciones. Por lo tanto, tales puntos de vista tienen en sí mismos la naturaleza de la cesación. No-ocurrencia y no-destrucción son la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Suvinita declaró: “Los votos físicos, verbales y mentales no existen dualísticamente. ¿Por qué? Estas cosas tienen la naturaleza de la inactividad. La naturaleza de la inactividad del cuerpo es la misma que la naturaleza de inactividad de la mente. Es necesario conocer y comprender este hecho de la suprema inactividad de todas las cosas, porque este conocimiento es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Punyaksetra declaró: “Es dualístico considerar a las acciones meritorias, pecaminosas, o neutrales. El no-emprendimiento de acciones meritorias, pecaminosas o neutrales es no dualístico. La naturaleza intrínseca de todas esas acciones es vaciedad, donde finalmente no hay ni mérito, ni pecado, ni neutralidad ni acción en sí misma. El no perfeccionar de tales acciones es la entrada a la no-dualidad”.
El bodhisattva Padmavyuha declaró: “El dualismo es producido desde la obsesión con el yo, pero la verdadera comprensión del yo no resulta en dualismo. Quien así reside en la no-dualidad es sin ideación, y esa ausencia de ideación es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Srigarbha declaró: “La dualidad está constituida por la manifestación perceptiva. La no-dualidad es no-objetividad. Por lo tanto, no aferrar y no rechazar en la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Candrottara declaró: “Oscuridad y luz son dualísticas, pero la ausencia de oscuridad tanto como de luz es no-dualidad. ¿Por qué? En el momento de absorción en la cesación, no hay ni oscuridad ni luz, y del mismo modo con la naturaleza de todas las cosas. La entrada en esta ecuanimidad es la entrada en la no-dualidad.
El bodhisattva Ratnamudrahasta declaró: “Es dualístico detestar el mundo y regocijarse en la liberación, y ni detestar el mundo ni regocijarse en la liberación es no-dualidad. ¿Por qué? La liberación puede ser encontrada donde hay atadura, pero donde no hay finalmente atadura, ¿dónde hay necesidad para la liberación? El mendicante que no está ni atado ni liberado no experimenta ningún gusto o disgusto y así él entra en la no-dualidad”.
El bodhisattva Manikutajara declaró: “Es dualístico hablar de buenos caminos y malos caminos. Uno que está en el camino no está preocupado con buenos o malos caminos. Viviendo en tal despreocupación, él no entretiene conceptos de “camino” o “no camino”. Comprendiendo la naturaleza de los conceptos, su mente no se engancha en la dualidad. Tal es la entrada en la no-dualidad”.
El bodhisattva Satyarata declaró: Es dualístico hablar de “verdadero” y “falso”. Cuando uno ve verdaderamente, uno no ve siquiera una verdad, entonces ¿cómo podría uno ver la falsedad? ¿Por qué? Uno no ve con el ojo físico, uno ve con el ojo de la sabiduría. Y con el ojo de la sabiduría uno ve sólo en la medida en que no hay visión ni no-visión. Allí, donde no hay ni visión ni no-visión, es la entrada en la no-dualidad”.
Cuando los bodhisattvas hubieron dado sus explicaciones, todos ellos se dirigieron al príncipe coronado Manjusri: “Manjusri, ¿cuál es la entrada de los bodhisattvas a la no-dualidad?”
Manjusri respondió: “Buenos señores, todos ustedes han hablado bien. Sin embargo, todas sus explicaciones en sí mismas son dualísticas. No conocer ninguna enseñanza, no expresar nada, no decir nada, no explicar nada, no anunciar nada, no indicar nada, y no designar nada - esa es la entrada en la no-dualidad”.
Entonces el príncipe coronado Manjusri dijo al Licchavi Vimalakirti: “Todos nosotros hemos dado nuestras propias enseñanzas, noble señor. ¡Ahora, pueda usted aclarar la enseñanza de la entrada en el principio de la nodualidad!”
En esto, el Licchavi Vimalakirti mantuvo su silencio, no diciendo nada en absoluto.
El príncipe coronado Manjusri aplaudió al Licchavi Vimalakirti: “¡Excelente! ¡Excelente, noble señor! Esta es de hecho la entrada en la no-dualidad de los bodhisattvas. Aquí no hay utilidad para las sílabas, sonidos e ideas”.
Cuando estas enseñanzas hubieron sido declaradas, cinco mil bodhisattvas entraron por la puerta del Dharma de la no-dualidad y obtuvieron la tolerancia del no-nacimiento de las cosas.
10. La Fiesta traída por la Encarnación Emanada
En esto, el venerable Shariputra pensó para sí: “Si estos grandes bodhisattvas no se levantan antes del mediodía, ¿cuándo van a comer?”
El Licchavi Vimalakirti, conociendo telepáticamente el pensamiento del venerable Shariputra, le dijo:
“Reverendo Shariputra, el Tathagata ha enseñado las ocho liberaciones. Debes concentrarte en esas liberaciones, escuchando el Dharma con una mente libre de preocupaciones por las cosas materiales. Espera un minuto, reverendo Shariputra, y comerás una comida tal como nunca antes has probado”.
Entonces, el Licchavi Vimalakirti se estableció en tal concentración y practicó un hecho milagroso tal que aquellos bodhisattvas y aquellos grandes discípulos fueron capaces de ver el universo llamado Sarvagandhasugandha, el cual está localizado en la dirección del cenit, más allá de tantos campos de Buda como arenas hay en los cuarenta y dos ríos Ganges. Allí reside, vive y se manifiesta el Tathagata llamado Sugandhakuta. En ese universo, los árboles emiten una fragancia que sobrepasa por lejos todas las fragancias, humanas y divinas, de todos los campos de Buda de las diez direcciones. En aquel universo, incluso los nombres “discípulo” y “sabio solitario” no existen, y el Tathagata Sugandhakuta enseña el Dharma a una reunión de bodhisattvas solamente. En ese universo, todas las casas, las avenidas, los parques y los palacios están hechos de varios perfumes, y la fragancia del alimento comido por aquellos bodhisattvas penetra universos inconmensurables. En ese momento, el Tathagata Sugandhakuta se sentó con sus bodhisattvas a comer esa comida, y las deidades llamadas Gandhavyuhahara, quienes estaban dedicados todos al Mahayana, sirvieron y atendieron al Buda y a sus bodhisattvas. Cada uno en la reunión en la casa de Vimalakirti era capaz de ver claramente ese universo donde el Tathagata Suganhakuta y sus bodhisattvas estaban tomando su comida. El Licchavi Vimalakirti se dirigió a la asamblea entera de bodhisattvas: “Buenos señores, ¿hay entre ustedes alguno a quien le gustaría ir a aquel campo de Buda a traer algo de comida?”
Pero, contenidos por el poder supernatural de Manjusri, ninguno de ellos se ofreció a ir.
El Licchavi Vimalakirti dijo al príncipe coronado Manjusri: “Manjusri, ¿no estás avergonzado de tal asamblea?”
Manjusri respondió: “Noble señor, ¿no declaró el Tathagata “aquellos que son menos educados no deben ser despreciados?”
Entonces el Licchavi Vimalakirti, sin levantarse de su diván, mágicamente emanó un bodhisattva-encarnación, cuyo cuerpo era de color dorado, adornado con los signos y marcas auspiciosas, y de tal apariencia que eclipsó a toda la asamblea. El Licchavi Vimalakirti se dirigió a aquel bodhisattva encarnado: “Noble hijo, ve en la dirección del cenit y cuando hayas cruzado tantos campos de Buda como arenas en los cuarenta y dos ríos Ganges, alcanzarás un universo llamado Sarvagandhasugandha, donde encontrarás al Tathagata Sugadahkuta tomando su comida. Ve a él y, habiéndote inclinado ante sus pies, hazle el siguiente pedido: “El Licchavi Vimalakirti se inclina cien mil veces a tus pies, Oh Señor, y pregunta por tu salud - si tienes algún pequeño problema, pequeña incomodidad, pequeña inquietud; si estás fuerte, bien, sin quejas, y viviendo en contacto con la suprema felicidad”.
“Habiendo así preguntado sobre su salud, deberás pedirle: “Vimalakirti le pide al Señor que me dé los restos de su comida, con la cual él completará el trabajo de Buda en el universo llamado Saha”. (saha significa resistencia, y siempre se refiere a nuestro sistema de mundo actual). Así, aquellos seres vivos con aspiraciones inferiores serán inspirados con aspiraciones elevadas, y el buen nombre del Tathagata será celebrado ampliamente y lejos.”
En eso, el bodhisattva encarnado dijo: “¡Muy bien!” al Licchavi Vimalakirti y obedeció sus instrucciones. A la vista de todos los bodhisattvas, él giró su rostro hacia arriba y se fue, y ellos no lo vieron más. Cuando él alcanzó el universo Sarvagandhasugandha, se inclinó ante los pies del Tathagata Sugandhakuta y dijo: “Señor, el bodhisattva Vimalakirti, inclinándose ante los pies del Señor, lo saluda, diciendo: “¿Tiene usted algún problema, pequeña incomodidad, y pequeña inquietud? ¿Está usted fuerte, bien, sin quejas, y viviendo en contacto con la suprema felicidad?” Él luego le pidió, habiéndose inclinado cien mil veces a los pies del Señor: “pueda el Señor tener gracia y darme los restos de su comida para completar el trabajo de Buda en el universo llamado Saha. Luego, aquellos seres vivos que aspiran a caminos inferiores puedan ganar la inteligencia para aspirar al gran Dharma del Buda, y el nombre del Buda será celebrado ampliamente y lejos”.
En eso, los bodhisattvas del campo de Buda del Tathagata Sugandhakuta quedaron atónitos y preguntaron al Tathagata Sungandhakuta: “Señor, ¿dónde hay semejante gran ser como éste? ¿Dónde está el universo Saha? ¿Qué quiere decir él con “aquellos que aspiran a caminos inferiores?”
Habiendo sido así interrogado por aquellos bodhisattvas, el Tathagata Sugandhakuta dijo: “Nobles hijos, el universo Saha existe más allá de varios campos de Buda en la dirección del nadir como tantas arenas hay en los cuarenta y dos ríos Ganges. Allí el Tathagata Shakyamuni enseña el Dharma a los seres vivos que aspiran a los caminos inferiores, en ese campo de Buda manchado con las cinco corrupciones. Allí el bodhisattva Vimalakirti, quien vive en la liberación inconcebible, enseña el Dharma a los bodhisattvas. Él envía a este bodhisattva-encarnación aquí para celebrar mi nombre, para mostrar las ventajas de este universo, y para incrementar las virtudes de aquellos bodhisattvas.”
Los bodhisattvas exclamaron: “¡Cuán grande debe ser aquel bodhisattva si su encarnación mágica es así dotada con el poder supernatural, fuerza y no-temeridad!”
El Tathagata dijo: “La grandeza de aquel bodhisattva es tal que él envía encarnaciones mágicas a todos los campos de Buda de las diez direcciones, y todas esas encarnaciones completan el trabajo de Buda para todos los seres vivos en todos aquellos campos de Buda”.
Entonces, el Tathagata Sungadhakuta vertió algo de su comida, impregnada con todos los perfumes, en un recipiente fragante y se lo dio al bodhisattva-encarnación. Y los noventa millones de bodhisattvas de aquel universo fueron voluntariamente con él: “Señor, nosotros también quisiéramos ir a aquel universo Saha, para ver, honrar, y servir al Buda Shakyamuni y ver a Vimalakirti y a aquellos bodhisattvas.”
El Tathagata declaró: “Nobles hijos, vayan adelante si ustedes creen que es el momento correcto. Pero, temiendo que aquellos seres vivos se vuelvan locos e intoxicados, vayan sin sus perfumes. Y, temiendo que aquellos seres vivos del universo Saha se vuelvan celosos de ustedes, cambien sus cuerpos para esconder su belleza. Y con conciban ideas de contento o aversión para ese universo. ¿Por qué? Nobles hijos, un campo de Buda es un campo de espacio puro, pero los señores Budas, para desarrollar a los seres vivos, no revelan todo de una vez el reino puro de Buda”.
Entonces el bodhisattva-encarnación tomó el alimento y partió con los noventa millones de bodhisattvas y por el poder del Buda y la operación supernatural de Vimalakirti, desapareció de aquel universo Sarvagandhasugandha y apareció de nuevo en la casa de Vimalakirti en una fracción de segundo. El Licchavi Vimalakirti creó noventa millones de tronos de león exactamente como aquellos que ya estaban allí, y los bodhisattvas se sentaron. Luego, el bodhisattva-encarnación dio el recipiente lleno de comida a Vimalakirti, y la fragancia de aquella comida penetró enteramente la gran ciudad de Vaisali y su dulce perfume se esparció a través de cien universos.
En la ciudad de Vaisali, los Brahmanes, dueños de casa, y aun el Licchavi cacique Candracchattra, habiendo notado esta fragancia, quedaron asombrados y llenos de maravilla. Ellos estaban tan limpios en cuerpo y mente que fueron de una vez a la casa de Vimalakirti, junto con todos los ochenta y cuatro mil de los Licchavis. Viendo allí a los bodhisattvas sentados en los altos, amplios y hermosos tronos de león, fueron llenados de admiración y gran gozo. Todos ellos se inclinaron ante aquellos grandes discípulos y bodhisattvas y luego se sentaron a un lado. Y los dioses de la tierra, los dioses del mundo del deseo, y los dioses del mundo material, atraídos por el perfume, también llegaron a la casa de Vimalakirti. Entonces, el Licchavi Vimalakirti habló al anciano Shariputra y a los grandes discípulos:
“Reverendos, ¡coman la comida del Tathagata! Es ambrosía perfumada por la gran compasión. Pero no fijen sus mentes en actitudes mentales estrechas, temiendo ser incapaces de recibir este regalo”.
Pero algunos de los discípulos ya habían tenido el pensamiento: “¿Cómo puede tan gran multitud comer tan poca cantidad de comida?”
Entonces el bodhisattva-encarnación dijo a aquellos discípulos: “No comparen, venerables, su propia sabiduría y méritos con la sabiduría y los méritos del Tathagata! ¿Por qué? Por ejemplo, los cuatro grandes océanos podrían secarse, pero esta comida nunca sería agotada. Si todos los seres vivos fueran a comer durante un Eón una cantidad de esta comida igual al Monte Sumeru en tamaño, no sería agotada. ¿Por qué? Surgida de la moralidad inagotable, concentración y sabiduría, los restos de la comida del Tathagata contenidos en este recipiente no pueden ser agotados”.
De hecho, la asamblea entera fue satisfecha por esa comida, y la comida no fue agotada del todo. Habiendo comido esa comida, surgió en los cuerpos de aquellos bodhisattvas, discípulos, Sakras, Brahmas, Lokapalas, y otros seres vivos, bendición así como la bendición de los bodhisattvas del universo Sarvasukhamandita. Y de todos los poros de su piel emanó un perfume como aquel de los árboles que crecen en el universo Sarvagandhasugandha.
Entonces, el Licchavi Vimalakirti adrede se dirigió a aquellos bodhisattvas que habían venido del campo de Buda del Señor Tathagata Sugandhakuta:
“Nobles señores, ¿cómo enseña el Tathagata Sugandhakuta su Dharma?” Ellos respondieron: “El Tathagata no enseña el Dharma por medio de sonidos y lenguaje. Él disciplina a los bodhisattvas sólo por medio de perfumes. A los pies de cada árbol de perfume se sienta un bodhisattva, y los árboles emiten perfumes como éste. Desde el momento en que ellos huelen ese perfume, los bodhisattvas obtienen la concentración llamada “fuente de todas las virtudes del bodhisattva”. Desde el momento en que ellos obtienen esa concentración, todas las virtudes de los bodhisattvas son producidas en ellos”.
Aquellos bodhisattvas entonces preguntaron al Licchavi Vimalakirti: “Cómo enseña el Dharma el Buda Shakyamuni?”
Vimalakirti respondió: “Buenos señores, estos seres vivos aquí son difíciles de disciplinar. Por consiguiente, él les enseña con discursos apropiados para disciplinar a los salvajes e incivilizados. ¿Cómo disciplina él a los salvajes e incivilizados? ¿Qué discursos son apropiados? Aquí están: “Esto es el infierno. Este es el mundo animal. Este es el mundo del señor de la muerte. Estas son las adversidades. Estos son los renacimientos con facultades estropeadas. Estos son malos actos físicos, y éstas son las retribuciones por los malos actos físicos. Estos son malos actos verbales, y éstas son las retribuciones por los malos actos verbales. Estos son malos actos mentales, y éstas son las retribuciones por los malos actos mentales. Esto es matar. Esto es robar. Esto es mala conducta sexual. Esto es mentir. Esto chismorrear. Esto es habla crítica. Esto es codicia. Esto es malicia. Esto es falsos puntos de vista. Estas son sus retribuciones. Esto es avaricia, y este es su efecto. Esto es inmoralidad. Esto es odio. Esto es pereza. Este es el fruto de la pereza. Esta es falsa sabiduría y este es el fruto de la falsa sabiduría. Estas son transgresiones de los preceptos. Este es el voto de la liberación personal. Esto debería ser hecho y aquello no debería ser hecho. Esto es propio y aquello debería ser abandonado. Esto es una oscuridad y aquello es sin oscuridad. Esto es pecado y aquello surge sobre el pecado. Este es el camino y aquel es el camino erróneo. Esto es virtud y aquello es el mal. Esto es culpabilidad y aquello es sin culpa. Esto es contaminado y aquello es sin mancha. Esto es mundano y aquello es trascendental. Esto es compuesto y aquello es no compuesto. Esto es pasión y aquello es purificación. Esto es vida y aquello es liberación.”
“Así, por medio de estas variadas explicaciones del Dharma, el Buda entrena las mentes de aquellos seres vivos que son exactamente como los caballos salvajes. Así como los caballos salvajes o los elefantes salvajes no serán domados a menos que el látigo los penetre hasta la médula, así los seres vivos que son salvajes y difíciles de civilizar son disciplinados por medio de discursos acerca de toda clase de miserias.”
Los bodhisattvas dijeron: “¡Así es establecida la grandeza del Buda Shakyamuni! Es maravilloso cómo, escondiendo su poder milagroso, él civiliza a los seres vivos salvajes que son pobres e inferiores. ¡Y los bodhisattvas que se asientan en el campo de Buda de tan intensos trabajos deben tener inconcebiblemente gran compasión!”
El Licchavi Vimalakirti declaró: “¡Así es esto, buenos señores! Es como ustedes dicen. La gran compasión de los bodhisattvas que reencarnan aquí es extremadamente firme. En una sola vida en este universo, ellos completan tanto beneficio para los seres vivos. Tanto beneficio para los seres vivos no podría ser completado en el universo Sarvagandhasugandha ni aun en cien mil eones. ¿Por qué? Buenos señores, en este universo Saha, hay diez prácticas virtuosas, las cuales no existen en ningún otro campo de Buda.
¿Cuáles son esas diez? Aquí están: ganar al pobre por la generosidad; ganar al inmoral por la moralidad; ganar al odioso por medio de la tolerancia; ganar al perezoso por medio del esfuerzo; ganar al mentalmente perturbado por medio de la concentración; ganar al falso sabio por medio de la verdadera sabiduría; mostrar a aquellos que sufren por las ocho adversidades cómo levantarse sobre ellas; enseñar el Mahayana a aquellos de comportamiento de mente estrecha; ganar a aquellos que no han producido las raíces de virtud por medio de las raíces de virtud; y desarrollar a los seres vivos sin interrupción a través de los cuatro medios de unificación. Aquellos que se comprometen en esas diez prácticas virtuosas no existen en ningún otro campo de Buda”.
Nuevamente los bodhisattvas preguntaron: “¿Cuántas cualidades debe tener un bodhisattva, para ir seguro e ileso a un campo de Buda puro después de trasmigrar en la muerte desde este universo Saha?”
Vimalakirti respondió: “Después de trasmigrar en la muerte desde este universo Saha, un bodhisattva debe tener ocho cualidades para alcanzar un campo de Buda puro seguro e ileso. ¿Cuáles son las ocho? Él debe resolverse a sí mismo: “Debo beneficiar a todos los seres vivos, sin buscar ni siquiera el mínimo beneficio para mí. Debo soportar todas las miserias de todos los seres vivos y dar todas mis raíces acumuladas de virtud a todos los seres vivos. No debo tener resentimiento hacia ningún ser vivo. Debo regocijarme en todos los bodhisattvas como si fueran el Maestro. No debo descuidar ninguna enseñanza, ya sea que las hubiera escuchado o no anteriormente. Debo controlar mi mente, sin codiciar las ganancias de otros, y sin tener orgullo de las mías propias. Debo examinar mis propias faltas y no culpar a otros por sus faltas. Debo obtener placer en estar consciente, atento, y debo emprender todas las virtudes.”
“Si un bodhisattva tiene estas ocho cualidades, cuando él trasmigre en la muerte desde este universo Saha, él irá seguro e ileso a un campo de Buda puro.”
Cuando el Licchavi Vimalakirti y el príncipe coronado Manjusri vieron así enseñado el Dharma a la multitud reunida allí, cien mil seres vivos concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi, y diez mil bodhisattvas obtuvieron la tolerancia del no-nacimiento de las cosas.
11. Lección de lo Destructible y lo Indestructible
Mientras tanto, el área en la cual el Señor estaba enseñando el Dharma en el jardín de Amrapali se expandió y se volvió más grande, y la totalidad de la asamblea apareció teñida de un matiz dorado. En eso, el venerable Ananda preguntó al Buda: “Señor, esta expansión y agrandamiento del jardín de Amrapali y este matiz dorado de la asamblea - ¿qué presagian estos signos auspiciosos?”
El Buda declaró: “Ananda, estos signos auspiciosos presagian que el Licchavi Vimalakirti y el príncipe coronado Manjusri, asistidos por una gran multitud, están llegando a la presencia del Tathagata”.
En ese momento el Licchavi Vimalakirti dijo al príncipe coronado Manjuri: “¡Manjuri, llevemos a estos muchos seres vivos ante la presencia del Señor, así ellos pueden ver al Tathagata e inclinarse ante él!”
Manjusri respondió: “¡Noble señor, envíelos si usted siente que es el momento apropiado!”
En eso el Licchavi Vimalakirti realizó el hecho milagroso de ubicar a la asamblea entera, repleta de tronos, en su mano derecha y luego, habiéndose transportado él mismo mágicamente ante la presencia del Buda, los colocó en el suelo. Él se inclinó ante los pies del Buda, rodeándolo por la derecha siete veces con las palmas juntas, y se retiró a un lado. Los bodhisattvas que habían venido desde el campo de Buda del Tathagata Sugandhakuta descendieron de sus tronos de león y, inclinándose a los pies del Buda, colocaron sus palmas juntas en reverencia y se retiraron a un lado. Y los otros bodhisattvas, grandes héroes espirituales, y los grandes discípulos descendieron de sus tronos igualmente y, habiéndose inclinado a los pies del Buda, se retiraron a un lado. Del mismo modo todos aquellos Indras, Brahmas, Lokapalas, y dioses se inclinaron a los pies del Buda, pusieron sus palmas juntas en reverencia y se retiraron a un lado.
Entonces, el Buda, habiendo deleitado a aquellos bodhisattvas con saludos, declaró: “¡Nobles hijos, siéntense sobre sus tronos!”
Así comandados por el Buda, tomaron sus tronos.
El Buda dijo a Shariputra: “Shariputra, ¿viste las prácticas milagrosas de los bodhisattvas, aquellos mejores seres?”
“Las he visto, Señor”.
“¿Qué concepto tuviste hacia ellas?”
“Señor, yo produje el concepto de lo inconcebible hacia ellas. Sus actividades aparecieron inconcebibles para mí al punto en que era incapaz de pensar en ellas, juzgarlas, o incluso imaginarlas”.
Entonces el venerable Ananda preguntó al Buda: “Señor, ¿qué es este perfume, los gustos de los cuales jamás he olido antes?”
El Buda respondió: “Ananda, este perfume emana desde todos los poros de todos esos bodhisattvas”.
Shariputra agregó: “¡Venerable Ananda, este mismo perfume emana desde todos nuestros poros también!”
Shariputra: “El Licchavi Vimalakirti obtuvo algo de comida del universo llamado Sarvagandhasugandha, el campo de Buda del Tathagata Sugandhakuta, y este perfume emana desde los cuerpos de todos los que tomaron parte de esa comida”.
Entonces el venerable Ananda se dirigió al Licchavi Vimalakirti: “Cuánto tiempo permanecerá este perfume”.
Vimalakirti: Hasta que sea digerido.
Ananda: ¿Cuándo será digerido?
Vimalakirti: Será digerido en cuarenta y nueve días, y su perfume emanará durante siete días más después de eso, pero no habrá problema de indigestión durante ese tiempo. Más aun, reverendo Ananda, si los monjes que no han entrado a la última determinación comen esta comida, será digerida cuando ellos entren en esa determinación, no será digerida hasta que sus mentes estén totalmente liberadas. Si los seres vivos que no han concebido el espíritu de Anuttara Samyak Samodhi comen esta comida, será digerida cuando ellos conciban el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Si aquellos que han concebido el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi comen esta comida, no será digerida hasta que ellos hayan obtenido tolerancia. Y si aquellos quienes han obtenido tolerancia comen esta comida, será digerida cuando ellos se hayan vuelto bodhisattvas a una vida de la Budeidad.
Reverendo Ananda, es como la medicina llamada “deliciosa”, que alcanza el estómago pero no es digerida hasta que todos los venenos han sido eliminados, sólo entonces es digerida. Así, reverendo Ananda, esta comida no es digerida hasta que todos los venenos de las pasiones hayan sido eliminados, sólo entonces es digerida.”
Entonces, el venerable Ananda dijo al Buda: “¡Señor, es maravilloso que esta comida complete el trabajo del Buda!”
“¡Así es, Ananda! ¡Es como dices, Ananda! Hay campos de Buda que completan el trabajo de Buda por medio de los bodhisattvas; aquellos que lo hacen por medio de luces; aquellos que lo hacen por medio del árbol de la iluminación; aquellos que lo hacen por medio de la belleza física y las marcas de Tathagata; aquellos que lo hacen por medio de mantos religiosos; aquellos que lo hacen por medio del bien; aquellos que lo hacen por medio del agua; aquellos que lo hacen por medio de los jardines; aquellos que lo hacen por medio de palacios; aquellos que lo hacen por medio de mansiones; aquellos que lo hacen por medio de encarnaciones mágicas; aquellos que lo hacen por medio del espacio vacío; y aquellos que lo hacen por medio de luces en el cielo. ¿Por qué es esto así, Ananda? Porque por estos varios medios, los seres vivos se vuelven disciplinados. Igualmente, Ananda, hay campos de Buda que completan el trabajo de Buda por medio de enseñar a los seres vivos palabras, definiciones, y ejemplos, tales como “sueños”, “imágenes”, “el reflejo de la luna en el agua”, “ecos”, “ilusiones”, y “espejismos”; y aquellos que completan el trabajo de Buda haciendo las palabras comprensibles. También, Ananda, hay campos de Buda completos que completan el trabajo de Buda para los seres vivos sin habla, en silencio, sin expresión, y sin enseñar. Ananda, entre todas las actividades, disfrutes, y prácticas de los Budas, no hay ninguna que no complete el trabajo de Buda, porque todas disciplinan a los seres vivos. Finalmente, Ananda, los Budas completan el trabajo de Buda por medio de los cuatro Maras y todos los ochenta y cuatro mil tipos de pasión que afligen a los seres vivos. Ananda, esta es una puerta del Dharma llamada “Introducción a todas las cualidades de Buda”. El bodhisattva que entra en esta puerta del Dharma no experimenta ni gozo ni orgullo cuando se confronta con un campo de Buda adornado con el esplendor de todas las cualidades nobles, y no experimenta ni tristeza ni aversión cuando se confronta con un campo de Buda aparentemente sin tal esplendor, pero en todos los casos produce una profunda reverencia hacia todos los Tathagatas. De hecho, ¡es maravilloso cómo todos los Señores Budas, quienes comprenden la igualdad de todas las cosas, manifiestan toda clase de campos de Buda para desarrollar a los seres vivos! Ananda, así como los campos de Buda son diversos en cuanto a sus cualidades específicas pero no tienen diferencia en cuanto al cielo que los cubre, así, Ananda, los Tathagatas son diversos en cuanto a sus cuerpos físicos pero no difieren en cuanto a su gnosis sin impedimento. Ananda, todos los Budas son lo mismo en cuanto a la perfección de las cualidades de Buda, esto es: sus formas, sus colores, su brillantez, sus cuerpos, sus marcas, su nobleza, su moralidad, su concentración, su sabiduría, su liberación, la gnosis y la visión de la liberación, sus fuerzas, su no-temeridad, sus cualidades de Buda especiales, su gran amor, su gran compasión, sus intenciones de ayuda, sus actitudes, sus prácticas, sus caminos, la extensión de sus vidas, sus enseñanzas del Dharma, su desarrollo y liberación de los seres vivos, y su purificación de los campos de Buda. Por consiguiente, ellos son llamados “Samyaksam Budas!, “Tathagatas”, y “Budas”. Ananda, si tu vida durara un Eón entero, no sería fácil para ti comprender completamente el significado extensivo y el significado verbal preciso de estos tres nombres.
También, Ananda, si todos los seres vivos de este universo galáctico de billones de mundos fueran como tú los más sobresalientes de los enseñados y los más sobresalientes de aquellos dotados con memoria y encantamientos - y fueran a dedicarse durante un Eón entero, ellos aun serían incapaces de comprender el significado exacto y extensivo de las tres palabras “Samyaksam Buda”, “Tathagata”, y “Buda”. Así, Ananda, la iluminación de los Budas es inconmensurable, y la sabiduría y elocuencia de los Tathagatas son inconcebibles.”
Entonces, el venerable Ananda se dirigió al Buda: “Señor, desde este día en adelante, ya no me declararé como el más sobresaliente de los enseñados”.
El Buda dijo: “¡No te desanimes, Ananda! ¿Por qué? Yo te nombro, Ananda, el más sobresaliente de los enseñados, con los discípulos en mente, sin considerar a los bodhisattvas. Mira, Ananda, mira a los bodhisattvas. Ellos no pueden ser sondeados ni aun por el más sabio de los hombres. Ananda, uno puede sondear las profundidades del océano, pero uno no puede sondear las profundidades de la sabiduría, gnosis, memoria, encantamientos, o elocuencia de los bodhisattvas. Ananda, tú deberías permanecer en ecuanimidad en consideración a los hechos de los bodhisattvas. ¿Por qué? Ananda, esas maravillas exhibidas en una sola mañana por el Licchavi Vimalakirti no podrían ser practicadas por los discípulos y los sabios solitarios quienes han obtenido poderes milagrosos, si ellos fueran a dedicar todos sus poderes de encarnación y transformación durante cien mil millones de eones.”
Entonces, todos los bodhisattvas desde el campo de Buda del Tathagata Sugandhakuta unieron sus palmas en reverencia y, saludando al Tathagata Shakyamuni, se dirigieron a él como sigue: “Señor, cuando recién llegamos a este campo de Buda, concebimos una idea negativa, pero ahora abandonamos esta idea errónea. ¿Por qué? Señor, los reinos de los Budas y sus habilidades en técnica de liberación son inconcebibles. Para desarrollar a los seres vivos, ellos manifiestan tal y tal campo para adaptarse a tal y tal ser vivo. Señor, por favor, danos una enseñanza por la cual podamos recordarlo, cuando hayamos regresado a Sarvagandhasugandha”. Siendo así solicitado, el Buda declaró: “Nobles hijos, hay una liberación de bodhisattvas llamada “destructible e indestructible”. Ustedes deben entrenarse en esta liberación. ¿Qué es esto? “Destructible” se refiere a las cosas compuestas. “Indestructible” se refiere a lo no-compuesto. Pero el bodhisattva no debería ni destruir lo compuesto ni residir en lo no-compuesto.
No destruir las cosas compuestas consiste en no perder el gran amor; no abandonar la gran compasión; no olvidar la mente omnisciente generada por la gran resolución; no cansarse en el desarrollo positivo de los seres vivos; no abandonar los medios de unificación; abandonar cuerpo y mente para sostener el santo Dharma; nunca estar satisfecho con las raíces de virtud ya acumuladas; obtener placer en la dedicación habilidosa; no tener pereza en buscar el Dharma; estar sin reticencia egoísta en enseñar el Dharma; no ahorrar esfuerzos en ver y venerar a los Tathagatas; estar sin temor en las reencarnaciones voluntarias; no estar ni orgulloso en el éxito ni deprimido en el fracaso; no despreciar a los mal enseñados, y respetar a los enseñados como si fueran el Maestro en sí mismo; hacer razonables a aquellos cuyas pasiones son excesivas; obtener placer en la soledad, sin ser apegado a ella; no anhelar la propia felicidad de uno sino anhelar la felicidad de los otros; concebir el trance, la meditación, y la ecuanimidad como si fueran el infierno Avici; concebir el mundo como un jardín de liberación; considerar a los mendigos como maestros espirituales; considerar el abandonar todas las posesiones como el medio de realizar la Budeidad; considerar a los seres inmorales como salvadores; considerar las trascendencias como padres; considerar las ayudas de la iluminación como sirvientes; nunca cesar la acumulación de raíces de virtud; establecer las virtudes de todos los campos de Buda en su propio campo de Buda; ofrecer sacrificios puros ilimitados a la plenitud de las marcas y signos auspiciosos; adornar el cuerpo, habla y mente por medio de la abstención de todos los pecados; continuar en las reencarnaciones durante innumerables eones, mientras se purifica el cuerpo habla y mente; evitar el desánimo, a través del heroísmo espiritual, cuando se aprenden las inconmensurables virtudes del Buda; esgrimir la afilada espada de sabiduría para castigar a las pasiones enemigas; conocer bien los agregados, los elementos, y los sentidos para soportar las cargas de todos los seres vivos; arder con energía para conquistar a los ejércitos de demonios; buscar el conocimiento para evitar el orgullo; estar contento con el poco deseo para deleitar a toda la gente; estar sin faltas en todas las actividades para conformar a toda la gente; producir el súper conocimiento para completar realmente todas las tareas de beneficiar a los seres vivos; adquirir encantamientos, memoria y conocimiento para retener todo aprendizaje; comprender los grados de las facultades espirituales de la gente para dispersar las dudas de todos los seres vivos; exhibir hechos milagrosos invencibles para enseñar el Dharma; tener habla irresistible por medio de adquirir la elocuencia sin impedimento; saborear el éxito humano y divino por medio de purificar el sendero de las diez virtudes; establecer el camino de los estados puros de Brahma por medio de cultivar los cuatro inconmensurables; invitar a los Budas a enseñar el Dharma, regocijándose en ellos, y aplaudiéndolos, así entonces obtener la voz melodiosa de un Buda; disciplinar el cuerpo, habla y mente, manteniendo así el progreso espiritual constante; estar sin apego a nada y adquirir así el comportamiento de un Buda; reunir a la orden de los bodhisattvas para atraer a los seres al Mahayana; y ser conscientemente atento todo el tiempo sin descuidar ninguna buena cualidad.
Nobles hijos, un bodhisattva que así se aplique a sí mismo al Dharma es un bodhisattva que no destruye el reino compuesto. ¿Qué es no residir en lo no-compuesto? El bodhisattva practica la vaciedad, pero él no realiza la vaciedad. Él practica la carencia de signos pero no realiza la carencia de signos. Él practica la carencia de deseos pero no realiza la carencia de deseos. Él practica la no-acción pero no realiza la no-acción. Él conoce la impermanencia, pero no es complaciente acerca de sus raíces de virtud. Él considera la miseria, pero reencarna voluntariamente. Él conoce la carencia de yo pero no se desperdicia a sí mismo. Él considera la apacibilidad pero no busca la paz extrema. Él atesora la soledad pero no evita los esfuerzos físicos y mentales. Él considera la carencia de lugar pero no abandona el lugar de las buenas acciones. Él considera la carencia de ocurrencia pero emprende para soportar las cargas de todos los seres vivos. Él considera lo inmaculado, y aun él sigue el proceso del mundo. Él considera la carencia de movimiento, y aun se mueve para desarrollar a todos los seres vivos. Él considera la carencia de yo y aun no abandona la gran compasión hacia todos los seres vivos. Él considera el no-nacimiento, y aun no cae en la última determinación de los discípulos. Él considera la vanidad, futilidad, insustancialidad, dependencia, y carencia de lugar, y aun se establece a sí mismo sobre los méritos que no son vanos, sobre el conocimiento que no es fútil, sobre las reflexiones que son sustanciales, sobre el esforzarse para la consagración de la gnosis independiente, y sobre la familia de Buda en su significado definitivo.
Así, nobles hijos, un bodhisattva que aspira a tal Dharma ni descansa en lo no-compuesto ni destruye lo compuesto. Más aun, nobles hijos, para completar el almacén de mérito, un bodhisattva no descansa en lo no-compuesto, y, para completar el almacén de sabiduría, él no destruye lo compuesto. Para completar el gran amor, él no descansa en lo no-compuesto, y, para completar la gran compasión, él no destruye las cosas compuestas. Para desarrollar a los seres vivos, él no descansa en lo no-compuesto, y para aspirar a las cualidades de Buda, él no destruye las cosas compuestas. Para perfeccionar las marcas de la Budeidad, él no descansa en lo no-compuesto, y, para perfeccionar la gnosis de omnisciencia, él no destruye las cosas compuestas. Fuera de la habilidad en técnica liberadora, él no descansa en lo no-compuesto, y, a través del completo análisis con su sabiduría; él no destruye las cosas compuestas. Para purificar el campo de Buda, él no descansa en lo no-compuesto, y, por el poder de la gracia del Buda, él no destruye las cosas compuestas. Porque él siente las necesidades de los seres vivos, él no descansa en lo no-compuesto, y, para mostrar verdaderamente el significado del Dharma, él no destruye las cosas compuestas. A causa de su acumulación de raíces de virtud, él no descansa en lo no-compuesto, y a causa de su entusiasmo instintivo hacia esas raíces de virtud, él no destruye las cosas compuestas. Para completar sus plegarias, él no descansa en lo no-compuesto, y, a causa de que no tiene deseos, él no destruye las cosas compuestas. A causa de que su pensamiento positivo es puro, él no descansa en lo no-compuesto, y, porque su gran resolución es pura, él no destruye las cosas compuestas. Para actuar con los cinco súper conocimientos, él no descansa en lo no-compuesto, y, a causa de los seis súper conocimientos de la gnosis de Buda, él no destruye las cosas compuestas. Para completar las seis trascendencias, él no descansa en lo no-compuesto, y, para completar el tiempo, él no destruye las cosas compuestas. Para reunir los tesoros del Dharma, él no descansa en lo no-compuesto, y, a causa de que no gusta de enseñanzas de mente estrecha, él no destruye las cosas compuestas. Porque él reúne todas las medicinas del Dharma, él no descansa en lo no-compuesto, y, para aplicar la medicina del Dharma apropiadamente, él no destruye las cosas compuestas. Para confirmar sus compromisos, él no descansa en lo no-compuesto, y, para reparar cualquier falla de esos compromisos, él no destruye las cosas compuestas. Para preparar todos los elixires del Dharma, él no descansa en lo no-compuesto, y, para dar el néctar de ese Dharma sutil, él no destruye las cosas compuestas. Porque él conoce completamente todas las enfermedades debidas a las pasiones, él no descansa en lo no-compuesto, y, para curar todas las enfermedades de todos los seres vivos, él no destruye las cosas compuestas. Así, nobles hijos, el bodhisattva no destruye las cosas compuestas ni descansa en lo no-compuesto, y esa es la liberación de los bodhisattvas llamada “destructible e indestructible”. Nobles señores, ustedes deberían también esforzarse en esto”.
Entonces, aquellos bodhisattvas, habiendo escuchado esta enseñanza, fueron satisfechos, deleitados, y reverentes. Ellos fueron llenados con regocijo y felicidad de la mente. Para venerar al Buda Shakyamuni y a los bodhisattvas del universo Saha, así como a sus enseñanzas, ellos cubrieron la totalidad de la tierra de este universo de billones de mundos con un polvo fragante, incienso, perfumes y flores hasta la altura de las rodillas. Habiendo agasajado así a toda la comitiva del Tathagata, inclinaron sus cabezas a los pies del Buda, y rodeándolo por la derecha tres veces, ellos cantaron un himno a él. Luego desaparecieron del universo y en un instante estuvieron de nuevo en el universo Sarvagandhasugandha.
12. Visión del Universo Abhirati y del Tathagata Aksobhya
En esto, el Buda dijo al Licchavi Vimalakirti: “Noble hijo, cuando vieras al Tathagata, ¿cómo lo verías?”
Así preguntado, el Licchavi Vimalakirti dijo al Buda: “Señor, cuando yo viera al Tathagata, lo vería no viendo a ningún Tathagata. ¿Por qué? Lo veo como no-nacido del pasado, no pasando hacia el futuro, y no residiendo en el presente. ¿Por qué? Él es la esencia, la cual es la realidad de la materia, pero él no es materia. Él es la esencia, la cual es la realidad de la sensación, pero él no es la sensación. Él es la esencia, la cual es la realidad del intelecto, pero él no es el intelecto. Él es la esencia, la cual es la realidad de la motivación, y aun él no es la motivación. Él es la esencia, la cual es la realidad de la conciencia, y aun él no es la conciencia. Como el elemento del espacio, él no reside en ninguno de los cuatro elementos. Trascendiendo el alcance de ojo, oído, nariz, lengua, cuerpo y mente, él no es producido en los seis sentidos. Él no está involucrado en los tres mundos, está libre de los tres engaños, está asociado con la triple liberación, está dotado con los tres conocimientos, y verdaderamente ha obtenido lo no-obtenible. El Tathagata ha alcanzado el extremo de desapego en consideración a todas las cosas, y aun él no es un límite-realidad. Él reside en la realidad última, y aun no hay relación entre eso y él. Él no es producido desde las causas, ni depende de las condiciones. Él no es sin ninguna característica, ni tiene ninguna característica. Él no tiene naturaleza individual ni ninguna diversidad de naturalezas. Él no es una concepción, ni una construcción mental, ni es una no-concepción. Él no es ni la otra orilla, ni esta orilla, ni el medio. Él no está aquí, ni allí, ni en ninguna otra parte. Él no es esto ni aquello. Él no puede ser descubierto por la conciencia, ni es inherente a la conciencia. Él no es ni oscuridad ni luz. Él no es nombre ni signo. Él no es ni débil ni fuerte. Él no vive en ningún país o dirección. Él no es bueno ni malo. Él no es compuesto ni no-compuesto. Él no puede ser explicado como teniendo algún significado cualquiera. El Tathagata no es ni generosidad ni avaricia, ni moralidad ni inmoralidad, ni tolerancia ni malicia, ni esfuerzo ni pereza, ni concentración ni distracción, ni sabiduría ni ignorancia. Él es inexpresable. Él no es ni verdad ni falsedad; ni escape del mundo ni fracaso en escapar del mundo; ni causa e involucramiento en el mundo ni no causa de involucramiento en el mundo; él es la cesación de toda teoría y toda práctica. Él no es ni un campo de mérito ni un no campo de mérito; él es ni merecedor de ofrendas ni no merecedor de ofrendas. Él no es un objeto, y no puede ser contactado. Él no es una totalidad, ni una conglomeración. Él sobrepasa todos los cálculos. Él es completamente inigualado, y aun igual a la última realidad de las cosas. Él es sin par, especialmente en esfuerzo. Él sobrepasa toda medida. Él no va, no se queda, y no pasa más allá. Él no es ni visto, escuchado, distinguido ni conocido. Él es sin ninguna complejidad, habiendo obtenido la ecuanimidad de la gnosis omnisciente. Igual hacia todas las cosas, él no discrimina entre ellas. Él es sin reproche, sin exceso, sin corrupción, sin concepción, y sin intelectualización. Él es sin actividad, sin nacimiento, sin ocurrencia, sin origen, sin producción, y sin no-producción. Él es sin miedo y sin
subconciencia; sin tristeza, sin gozo, y sin violencia. Ninguna enseñanza verbal puede expresarlo. Tal es el cuerpo del Tathagata y así debería el ser visto. Quien lo ve así, ve verdaderamente. Quien lo ve de otro modo, ve falsamente”.
El venerable Shariputra entonces le preguntó al Buda: “¿Señor, en qué campo de Buda murió el noble Vimalakirti antes de reencarnar en este campo de Buda?”
El Buda dijo: “Shariputra, pregúntale a este buen hombre directamente dónde murió para reencarnar aquí”.
Entonces el venerable Shariputra preguntó al Licchavi Vimalakirti: “Noble señor, ¿dónde murió usted para reencarnar aquí?”
Vimalakirti declaró: “Hay algo entre las cosas que ves, anciano, que muera o renazca”.
Shariputra: No hay nada que muera o sea renacido.
Vimalakirti: Del mismo modo, reverendo Shariputra, como todas las cosas, ni mueren ni son renacidas, ¿por qué preguntas “¿dónde moriste para reencarnar aquí?”. Reverendo Shariputra, si uno fuera a preguntar a un hombre o a una mujer creada por un mago dónde él o ella han muerto para reencarnar aquí, ¿qué crees que él o ella responderían?”
Shariputra: Noble señor, una creación mágica no muere, ni es renacida.
Vimalakirti: Reverendo Shariputra, ¿no declaró el Tathagata que todas las cosas tienen la naturaleza de una creación mágica?
Shariputra: Sí, noble señor, eso es de hecho así.
Vimalakirti: Reverendo Shariputra, “muerte” es un fin de una creación, y “renacimiento” es la continuación de una creación. Pero, si bien un bodhisattva muere, él no pone fin a la creación de las raíces de virtud, y si bien él es renacido, él no se adhiere a la continuación del pecado.
Entonces el Buda dijo al venerable Shariputra: “Shariputra, esta persona santa vino aquí desde la presencia del Tathagata Aksobhya en el universo Abhirati”.
Shariputra: Señor, es maravilloso que esta persona santa, habiendo dejado un campo de Buda tan puro como Abhirati, debiera gozar de un campo de Buda tan lleno de defectos como este universo Saha!
Entonces el Licchavi Vimalakirti dijo: “Shariputra, ¿qué crees? ¿La luz del sol acompaña a la oscuridad?”
Shariputra: ¡Ciertamente no, noble señor!
Vimalakirti: Entonces los dos, ¿no van juntos?
Shariputra: Noble señor, aquellos dos no van juntos. Tan pronto como el sol aparece, toda la oscuridad es destruida.
Vimalakirti: Entonces, ¿por qué el sol surge sobre el mundo?
Shariputra: Surge para iluminar al mundo, y para eliminar la oscuridad.
Vimalakirti: Así del mismo modo, reverendo Shariputra, el bodhisattva reencarna voluntariamente en campos de Buda impuros para purificar a los seres vivos, para hacer que la luz de la sabiduría brille, y para aclarar la oscuridad. Dado que ellos no se asocian con las pasiones, ellos disipan la oscuridad de las pasiones de todos los seres vivos.
En eso, la multitud entera experimentó el deseo de contemplar el universo Abhirati, al Tathagata Aksobhya, sus bodhisattvas, y a sus grandes discípulos. El Buda, conociendo los pensamientos de la multitud entera, dijo al Licchavi Vimalakirti: “¡Noble hijo, esta multitud desea contemplar el universo Abhirati y al Tathagata Aksobhya - muéstraselos!”
Entonces el Licchavi Vimalakirti pensó: “Sin levantarme de mi diván, tomaré en mi mano derecha el universo Abhirati y todo su contenido: sus cientos de miles de bodhisattvas; sus residencias de devas, nagas, yakshas, gandharvas y asuras, enmarcadas por sus montañas Cakravada; sus ríos, lagos, fuentes, corrientes, océanos y otros cuerpos de agua: su Monte Sumeru y otras colinas y tipos de montañas; su luna, su sol, y sus estrellas; sus devas, nagas, yakshas, gandharvas y asuras en sí mismos; su Brahma y su comitiva; sus villas, ciudades, pueblos, provincias, reinados, hombres, mujeres y casas; sus bodhisattvas; sus discípulos; el árbol de la iluminación del Tathagata Aksobhya y el Tathagata Aksobhya en sí mismo, sentado en medio de una asamblea vasta como un océano, enseñando el Dharma. También los lotos que completan el trabajo de Buda entre los seres vivos; las tres escaleras enjoyadas que surgen desde esta tierra hasta el cielo Trayastrimsa, sobre las cuales los dioses de aquel cielo descienden al mundo a ver, honrar, y servir al Tathagata Aksobhya y a escuchar el Dharma, y sobre las cuales los hombres de la tierra escalan hacia el cielo Trayastrimsa para visitar a aquellos dioses. Como un alfarero con su torno, reduciré aquel universo Abhirati, con su depósito de innumerables virtudes, desde su base acuosa hasta su cielo Akanistha, a un tamaño minúsculo y, llevándolo suavemente como una guirnalda de flores, lo traeré hasta este universo Saha y lo mostraré a las multitudes.”
Entonces, el Licchavi Vimalakirti entró en una concentración, y practicó un hecho milagroso de modo que redujo el universo Abhirati a un tamaño mínimo, y lo tomó con su mano derecha, y lo trajo hasta este universo Saha.
En aquel universo Abhirati, los discípulos, bodhisattvas, y aquellos entre los dioses y hombres que poseían el súper conocimiento del ojo divino, gritaron todos: “Señor, ¡estamos siendo transportados! Sugata, ¡estamos siendo sacados! ¡Protégenos, Oh Tathagata!”.
Pero, para disciplinarlos, el Tathagata Aksobhya les dijo: “Ustedes están siendo llevados por el bodhisattva Vimalakirti. No es mi asunto”.
En cuanto a los otros hombres y dioses, ellos no tenían conciencia de que estaban siendo llevados a ningún sitio. Si bien el universo Abhirati había sido traído al universo Saha, el universo Saha no era incrementado ni disminuido; no era ni comprimido ni obstruido. Ni era el universo Abhirati reducido internamente, y ambos universos aparecían iguales a como habían sido siempre.
En esto, el Buda Shakyamuni preguntó a todas las multitudes: “¡Amigos, contemplen los esplendores del universo Abhirati, el Tathagata Aksobhya, el arreglo de este campo de Buda, y los esplendores de estos discípulos y bodhisattvas!”
Ellos respondieron: “¡Los vemos, Señor!”
El Buda dijo: “Aquellos bodhisattvas que desean abrazar semejante campo de Buda se entrenan a sí mismos en todas las prácticas de los bodhisattvas del Tathagata Aksobhya.”
Mientras Vimalakirti, con su poder milagroso, les mostraba así el universo Abhirati y el Tathagata Aksobhya, ciento cuarenta mil seres vivos entre los hombres y dioses del universo Saha concibieron el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi, y todos ellos formaron una plegaria para ser renacidos en el universo Abhirati. Y el Buda profetizó que en el futuro todos serían renacidos en el universo Abhirati.
Y el Licchavi Vimalakirti, habiendo así desarrollado a todos los seres vivos que podían de ese modo ser desarrollados, regresó el universo Abhirati exactamente a su lugar anterior.
El Señor entonces dijo al venerable Shariputra: “Shariputra, ¿viste ese universo Abhirati, y al Tathagata Aksobhya?”
Shariputra respondió: “¡Lo vi, Señor! ¡Puedan todos los seres vivos llegar a vivir en un campo de Buda tan espléndido como aquel! ¡Puedan todos los seres vivos llegar a tener poderes milagrosos exactamente como aquellos del noble Licchavi Vimalakirti! Hemos ganado gran beneficio de haber visto a un hombre santo tal como él. Hemos ganado un gran beneficio de haber escuchado tal enseñanza del Dharma, ya sea que el Tathagata en sí mismo exista realmente o que ya haya obtenido la última liberación. Por lo tanto, no hay necesidad de mencionar el gran beneficio para aquellos que, habiéndolo oído, creído, confiado en él, abrazado, recordado, leído, y penetrado hasta su profundidad; y, habiendo encontrado fe en él, enseñen, reciten, y lo muestren a otros y se apliquen a sí mismos al yoga de la meditación al llegar su enseñanza. Aquellos seres vivos que comprenden correctamente esta enseñanza del Dharma obtendrán el tesoro de las joyas del Dharma. Aquellos que estudien correctamente esta enseñanza del Dharma se volverán compañeros del Tathagata. Aquellos que honren y sirvan a los adeptos de esta doctrina serán los verdaderos protectores del Dharma. Aquellos que escriban, enseñen y veneren esta enseñanza del Dharma serán visitados por el Tathagata en sus hogares. Aquellos que obtengan placer en esta enseñanza del Dharma abrazarán todos los méritos. Aquellos que lo enseñen a otros, aunque sea una estrofa de cuatro líneas, o una simple frase de resumen de esta enseñanza del Dharma, harán el gran sacrificio Dharma. Y aquellos que dediquen a esta enseñanza del Dharma su tolerancia, su celo, su inteligencia, su discernimiento, su visión, y sus aspiraciones, se volverán así sujetos de la profecía de futura Budeidad!”
Epílogo
Antecedentes y Transmisión del Santo Dharma
Entonces Sakra, el príncipe de los dioses, dijo al Buda: “Señor, anteriormente he escuchado del Tathagata y de Manjuri, el príncipe coronado de sabiduría, varios cientos de miles de enseñanzas del Dharma, pero nunca antes he escuchado una enseñanza del Dharma tan notable como esta instrucción de la entrada en el método de transformaciones inconcebibles. Señor, aquellos seres vivos que, habiendo escuchado esta enseñanza del Dharma, la aceptan, la recuerdan, la leen, y la comprenden, serán, sin duda, verdaderos recipientes del Dharma; no hay necesidad de mencionar a aquellos que se aplican a sí mismos al yoga de la meditación.
Ellos cortarán toda posibilidad de vidas infelices, abrirán su camino a todas las vidas afortunadas, siempre serán cuidados por todos los Budas, siempre vencerán a todos los adversarios, y siempre conquistarán a todos los demonios. Ellos practicarán el camino de los bodhisattvas, tomarán sus lugares en el asiento de la iluminación, y habrán entrado verdaderamente al dominio de los Tathagatas. Señor, los nobles hijos e hijas que enseñarán y practicarán esta exposición del Dharma serán honrados y servidos por mí y por mis seguidores. A las villas, ciudades, pueblos, estados, reinos, y capitales donde esta enseñanza del Dharma será aplicada, enseñada y demostrada, yo y mis seguidores iremos a escuchar el Dharma. Inspiraré a los incrédulos con fe, y garantizaré mi ayuda y protección a aquellos que creen y contemplan el Dharma”.
Al oír esas palabras, el Buda dijo a Sakra, el príncipe de los dioses: “¡Excelente! ¡Excelente! ¡Príncipe de los dioses! El Tathagata se regocija en tus buenas palabras. Príncipe de los dioses, la iluminación de los Budas del pasado, presente y futuro es expresada en este discurso de Dharma. Por lo tanto, príncipe de los dioses, cuando los nobles hijos e hijas lo acepten, lo repitan, lo comprendan profundamente, lo escriban completamente, y, haciéndolo un libro lo honren, aquellos hijos e hijas rendirán por lo tanto homenaje a los Budas del pasado, presente y futuro. Supongamos, príncipe de los dioses, que este universo galáctico de billones de mundos estuviera tan lleno de Tathagatas como está cubierto con bosques de caña de azúcar, con arbustos de rosas, con matorrales de bambú, con hierbas, y con flores, y aquel noble hijo o hija fueran a honrarlos, reverenciarlos, respetarlos y adorarlos, ofreciéndoles toda clase de comodidades y ofrendas durante un Eón o más de un Eón. Y supongamos que, estos Tathagatas habiendo entrado en la liberación última, él o ella honren a cada uno de ellos por medio de la veneración de sus cuerpos preservados en una stupa memorial hecha de piedras preciosas, cada una tan grande como un mundo con cuatro grandes continentes, levantándose tan alta como el mundo de Brahma, adornada con parasoles, banderas, estandartes y lámparas. Y supongamos finalmente que, habiendo erigido todas esas stupas para los Tathagatas, él o ella fuera a dedicar un Eón o más ofrendándoles flores, perfumes, banderas y estandartes, mientras tocan tambores y música. Habiendo hecho esto, ¿qué crees, príncipe de los dioses? ¿Recibirían esos nobles hijos e hijas mucho mérito como consecuencia de tales actividades?”
Sakra, el príncipe de los dioses, respondió: “¡Muchos méritos, Señor! Muchos méritos, ¡Oh Sugata! ¡Si uno fuera a dedicar cientos de miles de millones de eones, sería imposible de medir el límite de la masa de mérito que aquel noble hijo o hija reuniría de ese modo!”
El Buda dijo: “Ten fe, príncipe de los dioses, y comprende esto: quienquiera que acepte esta exposición del Dharma llamada “Instrucción en la liberación inconcebible”, la recite, y la comprenda profundamente, él o ella reunirán méritos aun más grandes que aquellos que practican los actos mencionados. ¿Por qué así? Porque, príncipe de los dioses, la iluminación de los Budas surge del Dharma, y uno los honra por la veneración al Dharma, y no por la veneración material. Así esto es enseñado, príncipe de los dioses, y así debes comprenderlo”.
El Buda dijo además a Sakra, el príncipe de los dioses: “Una vez, príncipe de los dioses, hace mucho tiempo, mucho antes que eones más numerosos que los innumerables, inmensos, inconmensurables, inconcebibles, y aun antes de eso, el Tathagata llamado Bhaisajyaraja apareció en el mundo: un santo, perfecta y plenamente iluminado, dotado con el conocimiento y conducta, un bendito, conocedor del mundo, incomparable conocedor de los hombres que necesitan ser civilizados, maestro de hombre y dioses, un Señor, un Buda. Él apareció en un Eón llamado Vicarana en el universo llamado Mahavyuha. La duración de la vida de este Tathagata Bhaisajyaraja, perfectamente y completamente iluminado, fue de veinte eones cortos. Su comitiva de discípulos era de treinta y seis millones de billones, y su comitiva de bodhisattvas era de doce millones de billones. En esa misma era, príncipe de los dioses, hubo un monarca universal llamado Ratnacchattra, quien reinaba sobre los cuatro continentes y poseía siete joyas preciosas. Él tenía mil hijos heroicos, poderosos, fuertes, y capaces de conquistar enemigos armados.
Este Rey Ratnacchattra honró al Tathagata Bhaisajyaraja y su comitiva con muchas ofrendas excelentes durante cinco eones cortos. Al fin de ese tiempo, el Rey Ratnacchattra dijo a sus hijos: “Reconociendo que durante mi reinado yo he adorado al Tathagata, a su turno ustedes también deberían adorarlo”.
Los mil príncipes dieron su consentimiento, obedeciendo a su padre el rey, y todos juntos, durante otros cinco eones cortos, honraron al Tathagata Bhaisajyaraja con toda clase de ofrendas excelentes. Entre ellos, había un príncipe con el nombre de Candracchattra, quien se retiró en soledad y pensó para sí: “¿no hay otro modo de adoración, aun mejor y más noble que este?” Entonces, por el poder supernatural del Buda Bhaisajyaraja, los dioses le hablaron desde los cielos: “Buen hombre, la adoración suprema es la adoración del Dharma”.
Candracchattra les preguntó: “¿Qué es esta adoración del Dharma?”
Los dioses respondieron: “Buen hombre, ve al Tathagata Bhaisajyaraja, pregúntale acerca de la adoración del Dharma, y él te lo explicará plenamente.”
Entonces, el príncipe Candracchattra fue al Señor Bhaisajyaraja, el santo, el Tathagata, el insuperablemente, perfectamente iluminado, y habiéndose aproximado a él, e inclinado ante sus pies, lo rodeó por la derecha tres veces, y se retiró a un lado. Él luego preguntó: “Señor, he oído acerca de la “adoración-Dharma”, que sobrepasa toda otra adoración. ¿Qué es esta adoración- Dharma?”
El Tathagata Bhaisajyaraja dijo: “Noble hijo, la adoración Dharma es aquella adoración rendida a los discursos enseñados por el Tathagata. Estos discursos son hondos y profundos en iluminación. Ellos no se conforman a lo mundano y son difíciles de comprender, difíciles de ver y difíciles de realizar. Son sutiles, precisos, y definitivamente incomprensibles. Como Escrituras, ellos son colectados en el canon de los bodhisattvas, estampados con la insignia del rey de las encantaciones y enseñanzas. Ellos revelan la irreversible rueda del Dharma, surgiendo de las seis trascendencias, limpios de toda falsa noción. Ellos son dotados con todas las ayudas de la iluminación y corporizan los siete factores de iluminación. Ellos introducen a los seres vivos a la gran compasión y les enseñan el gran amor. Ellos eliminan todas las convicciones de los Maras y ellos manifiestan la relatividad. Ellos contienen el mensaje de la carencia de yo, de la carencia de yo, la carencia de persona, la carencia de ser vivo, la carencia de tiempo de vida; la vaciedad, la carencia de signo, la carencia de deseo, la no-realización, no-producción y no-ocurrencia. Ellos hacen posible la obtención del asiento de la iluminación y ponen en movimiento la rueda del Dharma.
Ellos son aprobados y elogiados por los jefes de los dioses, nagas, yakshas, gandharvas, asuras, garudas, kimnaras, y mahoragas. Ellos preservan intacta la herencia del santo Dharma, contienen el tesoro del Dharma, y representan la cima de la adoración Dharma. Ellos son contemplados por todos los seres santos y enseñan todas las prácticas de los bodhisattvas.
Ellos inducen la comprensión sin error del Dharma en su último sentido. Ellos certifican que todas las cosas son impermanentes, miserables, sin yo y apacibles, y así resumen el Dharma. Ellos causan el abandono de la avaricia, la inmoralidad, la malicia, la pereza, la desmemoria, la estupidez, y los celos así como las malas convicciones, la adherencia a los objetos, y toda oposición. Ellos son elogiados por todos los Budas. Ellos son las medicinas para las tendencias de la vida mundana, y manifiestan auténticamente la gran felicidad de la liberación. Enseñar correctamente, contemplar, investigar, y comprender tales escrituras, así incorporando a la propia vida de uno el santo Dharma -esto es la adoración Dharma. Más aun, noble hijo, la adoración Dharma consiste en determinar el Dharma de acuerdo con el Dharma; aplicar el Dharma de acuerdo al Dharma; estar en armonía con la relatividad; estar libre de las convicciones extremistas; obtener la tolerancia del definitivo no-nacimiento y no-ocurrencia de todas las cosas; realizar la carencia de yo y la carencia de seres vivos; abstenerse de la lucha acerca de causas y condiciones, sin riña ni disputa; no ser posesivo; estar libre de egoísmo; confiar en el significado y no en la expresión literal; confiar en la gnosis y no en la conciencia; confiar en las enseñanzas últimas definitivas en significado y no insistir en las enseñanzas superficiales interpretables en significado; confiar en la realidad y no insistir en opiniones derivadas de autoridades personales; realizar correctamente la realidad del Buda; realizar la última ausencia de cualquier conciencia fundamental; y vencer el hábito de aferrarse a un suelo último. Finalmente, obtener paz mediante detener todo desde la ignorancia hasta la vejez, muerte, tristeza, lamentación, miseria, ansiedad, y problema, y comprender que los seres vivos no conocen fin para sus puntos de vista concernientes a esos doce eslabones del origen dependiente; entonces, noble hijo, cuando tú no te aferras a ningún punto de vista en absoluto, eso es llamado la adoración-Dharma insuperable.”
Príncipe de los dioses, cuando el príncipe Candracchattra escuchó esta definición de la adoración Dharma del Tathagata Bhaisajyaraja, él obtuvo la tolerancia conformativa del último no-nacimiento; y, tomando sus mantos y ornamentos, él los ofreció al Buda Bhaisajyaraja, diciendo: “Cuando el Tathagata esté en la última liberación, deseo defender este santo Dharma, protegerlo, y venerarlo. ¡Pueda el Tathagata otorgarme su bendición supernatural, que yo pueda ser capaz de conquistar a Mara y a todos los adversarios e incorporar en todas mis vidas el santo Dharma de Buda!”
El Tathagata Bhaisajyaraja, conociendo la gran resolución de Candracchattra, le profetizó que él sería, en un tiempo posterior, en el futuro, el protector, guardián, y defensor de la ciudad del santo Dharma. Entonces, príncipe de los dioses, el príncipe Candracchattra, por su gran fe en el Tathagata, dejó la vida de hogar para entrar en la vida sin hogar de un monje, y habiendo hecho esto, vivió haciendo grandes esfuerzos hacia la obtención de la virtud.
Habiendo hecho gran esfuerzo y siendo bien establecido en virtud, él pronto produjo los cinco súper conocimientos, comprendió las encantaciones, y obtuvo la elocuencia invencible. Cuando el Tathagata Bhaisajyaraja obtuvo la liberación última, Candracchattra, sobre la fuerza de sus súper conocimientos y por el poder de sus encantaciones, hizo girar la rueda del Dharma exactamente como el Tathagata Bhaisajyaraja había hecho y continuó haciéndolo así durante diez eones cortos. Príncipe de los dioses, mientras el monje Candracchattra estaba ejercitándose a sí mismo así para proteger el santo Dharma, miles de millones de seres vivos alcanzaron el estado de irreversibilidad en el camino de la insuperable, perfecta iluminación, catorce billones de seres vivos fueron disciplinados en los vehículos de los discípulos y los sabios solitarios, e innumerables seres vivos tomaron renacimiento en los reinos humanos y celestiales. Tal vez, príncipe de los dioses, te estarás preguntando o experimentando alguna duda sobre si, en aquel tiempo anterior, el Rey Ratnacchattra era o no alguien más que el actual Tathagata Ratnarcis. No debes imaginar eso, porque el presente Tathagata Ratnarcis fue en ese tiempo, en aquella época, el monarca universal Ratnacchattra.
En cuanto a los mil hijos del Rey Ratnacchattra, ellos son ahora los mil bodhisattvas del presente bendito Eón, durante el curso del cual mil Budas aparecerán en el mundo. Entre ellos, Krakucchanda y otros ya han nacido, y aquellos restantes aun nacerán, desde Kakutsunda hasta el Tathagata Roca, quien será el último en nacer. Quizás, príncipe de los dioses, estás preguntándote si, en aquella vida, en aquel tiempo, el Príncipe Candracchattra que contempló el Santo Dharma del Señor Tathagata Bhaisajyaraja no era otro que yo mismo. Pero no debes imaginar eso, porque yo fui, en aquella vida, en aquel tiempo, el Príncipe Candracchattra. Así es necesario saber, príncipe de los dioses, que entre todas las adoraciones rendidas al Tathagata, la adoración-Dharma es verdaderamente la mejor. Sí, es buena, eminente, excelente, perfecta, suprema, e insuperable. Y por consiguiente, príncipe de los dioses, ¡no me veneres con objetos materiales sino venérame con la veneración Dharma! ¡No me honres con objetos materiales sino hónrame por honor al Dharma!”
Entonces el Señor Shakyamuni dijo al bodhisattva Maitreya, el gran héroe espiritual: “Te transmito, Maitreya, esta iluminación insuperable, perfecta, que he obtenido sólo después de innumerables millones de billones de eones, para que, en un tiempo posterior, durante una vida posterior, una enseñanza similar del Dharma, protegida por tu poder supernatural, se esparcirá en el mundo y no desaparecerá. ¿Por qué? Maitreya, en el futuro habrá noble hijos e hijas, devas, nagas, yakshas, gandharvas, y asuras, quienes, habiendo plantado las raíces de virtud, producirán el espíritu de Anuttara Samyak Sambodhi. Si ellos no escuchan esta enseñanza del Dharma, ellos ciertamente perderán incontables ventajas e incluso perecerán. Pero si ellos escuchan tal enseñanza, ellos se regocijarán, creerán, y la aceptarán sobre las coronas de sus cabezas. ¡Por lo tanto, para proteger a aquellos futuros nobles hijos e hijas, debes esparcir una enseñanza como ésta! Maitreya, hay dos gestos de los bodhisattvas. ¿Cuáles son? El primero es creer en toda clase de frases y palabras, y el segundo gesto es penetrar exactamente el profundo principio del Dharma sin tener miedo. Tales son los dos gestos de los bodhisattvas. Maitreya, debe saberse que los bodhisattvas quienes creen en toda clase de palabras y frases, y se aplican ellos mismos en concordancia, son principiantes y no son experimentados en la práctica religiosa. Pero los bodhisattvas que leen, escuchan, creen y enseñan esta profunda enseñanza con sus expresiones impecables reconciliando dicotomías y sus análisis de estados de desarrollo, esos son veteranos en la práctica religiosa. Maitreya, hay dos razones por las que los bodhisattvas principiantes se lastiman a sí mismos y no se concentran en el Dharma profundo. ¿Cuáles son? Escuchando esta profunda enseñanza nunca antes oída, ellos están aterrorizados y dudosos, no se regocijan, y la rechazan, pensando “de dónde viene esta enseñanza nunca antes oída”. Ellos entonces contemplan a otros nobles hijos aceptando, volviéndose recipientes de, y enseñando esta profunda enseñanza, y ellos no la escuchan, no son amistosos hacia ellos, no la respetan, y no la honran, y eventualmente ellos van tan lejos como para criticarlas. Estas son las dos razones por las que los bodhisattvas principiantes se lastiman a sí mismos y no penetran el Dharma profundo. Hay dos razones por las que los bodhisattvas quienes aspiran al Dharma profundo se lastiman a sí mismos y no obtienen la tolerancia del último no-nacimiento de las cosas. ¿Cuáles son estas dos? Estos bodhisattvas desprecian y reprochan a los bodhisattvas principiantes, quienes no han estado practicando durante largo tiempo, y ellos no los inician o los instruyen en la enseñanza profunda. No habiendo gran respeto por esta enseñanza profunda, ellos no son cuidadosos acerca de sus reglas. Ellos ayudan a los seres vivos por medio de regalos materiales y no los ayudan por medio del regalo del Dharma. Tales, Maitreya, son las dos razones por las que los bodhisattvas quienes aspiran al Dharma profundo se lastiman a sí mismos y no obtendrán rápidamente la tolerancia del último no-nacimiento de todas las cosas”.
Habiendo sido así enseñando, el bodhisattva Maitreya dijo al Buda: “Señor, las hermosas enseñanzas del Tathagata son maravillosas y verdaderamente excelentes. ¡Señor, desde este momento en adelante, evitaré todos esos errores y defenderé y contemplaré este logro de Anuttara Samyak Sambodhi por el Tathagata durante innumerables cientos de miles de millones de billones de eones! En el futuro, colocaré en las manos de nobles hijos y nobles hijas quienes son merecedores recipientes del santo Dharma esta profunda enseñanza. Instilaré en ellos el poder de la memoria con la cual ellos pueden, habiendo creído en esta enseñanza, la retengan, la reciten, penetren sus profundidades, la enseñen, la propaguen, la escriban y la proclamen extensivamente a otros. Así los instruiré, Señor, y así puede saberse que en aquel tiempo futuro aquellos que crean en esta enseñanza y que entren profundamente en ella serán sostenidos por las bendiciones supernaturales del bodhisattva Maitreya”.
En esto el Buda dio su aprobación al bodhisattva Maitreya: “¡Excelente! ¡Excelente! ¡Tu palabra es bien dada! El Tathagata se regocija y recomienda tu buena promesa”.
Entonces todos los bodhisattvas dijeron juntos en una voz: “Señor, nosotros también, después de la última liberación del Tathagata, vendremos desde nuestros varios campos de Buda a esparcir ampliamente y lejos esta iluminación del Buda perfecto, el Tathagata. ¡Puedan todos los nobles hijos e hijas creer en esto!”
Entonces los cuatro Maharajas, los grandes reyes de los puntos cardinales, dijeron al Buda: “Señor, en todas las ciudades, villas, pueblos, reinados, y palacios, dondequiera que este discurso del Dharma será practicado, contemplado, y correctamente enseñado, nosotros, los cuatro grandes reyes, iremos allí con nuestros ejércitos, nuestros jóvenes guerreros, y nuestras comitivas, a escuchar el Dharma. Y protegeremos a los maestros de este Dharma en un radio de una legua para que ninguno que infrinja heridas o perturbación contra esos maestros tenga ninguna oportunidad de herirlos”.
Entonces el Buda dijo al venerable Ananda: “Recibe esto, Ananda, esta expresión de las enseñanzas del Dharma. Recuérdala y enséñala ampliamente y correctamente a otros.
Ananda respondió: “He memorizado, Señor, esta expresión de las enseñanzas del Dharma. Pero, ¿cuál es el nombre de esta enseñanza, y cómo debería recordarla?”
El Buda dijo: “Ananda, esta exposición del Dharma es llamada “Las enseñanzas de Vimalakirti” o “La reconciliación de las dicotomías” o incluso “Sección de la Liberación Inconcebible”. ¡Recuérdala así!”
Así habló el Buda. Y el Licchavi Vimalakirti, el príncipe coronado Manjusri, el venerable Ananda, los bodhisattavas, los grandes discípulos, la multitud entera, y la totalidad del universo con sus dioses, hombres, asuras y gandharvas, se regocijaron extremadamente. Todos elogiaron estas declaraciones del Señor.
Final del Sutra Vimalakirti Nirdesa
Revisado por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
31 de mayo de 2004
3:32 p.m.
No hay comentarios:
Publicar un comentario